Isaías 60:18 describe en la Santa Biblia un clamor inherente al pueblo venezolano: “Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción, ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza”. Dicho versículo es necesario para la compresión y reflexión de la ciudadanía sobre el mensaje de paz y unión que promueve la Iglesia católica.
Monseñor Antonio José López Castillo, Arzobispo de Barquisimeto, en conversación con EL IMPULSO manifestó profunda preocupación por la múltiples escenas de violencia que a diario enlutan los hogares larenses, como consecuencia del desconocimiento de la palabra de Dios, sus mandamientos y las bienaventuranzas del evangelio.
“La violencia comienza por el pecado original del hombre y proviene, en su mayoría, de familias violentas que crean al niño un ambiente de zozobra. También por la manera violenta escuchada en la palabras de políticos con orientaciones apegadas al fanatismo y la arbitrariedad”.
Asimismo, insistió en que la mejor manera de combatir la violencia se sustenta en erradicar focos de miseria, ignorancia y hambre, a fin que haya dignidad en la vida del ciudadano.
“El Estado tiene la responsablidad de generar bienestar en la población. Al quebrarse alguna obligación propia de sus facultades suceden estas consecuencias que afectan principalmente el desarrollo social y económico de un país”.
Entre tanto, reprochó la difícil relación entre Gobierno e Iglesia católica, opinando que ciertas orientaciones ideológicas truncan el respeto y la igualdad de poderes.
“La división entre el Gobierno y la Iglesia católica ocurre principalmente porque el socialismo tiene como referencia al marxismo y el comunismo. Y el marxista es ateo”.
“Tenemos que enfrentar la ola de violencia con nuestra fe, apegados a lo que establece nuestros mandamientos y masificando el amor a nuestros semejantes. Es importante llevar a los niños al catecismo para que se incorporen en la orden pastoral juvenil junto a sus familiares. Lo demás se lo dejamos a Dios y a las decisiones acordes en próximas elecciones”.
Finalizó expresando sobre el futuro de la nación, el cual debe estar apoyado en la unión de sus ciudadanos con poderes autónomos que generen un ambiente libre y en democracia. “Dios siempre estará vigilante de esta noble tierra”.