A pesar que los trabajos sobre el sistema de transporte masivo se han retomado, y la ciudad se mantiene en zonas colapsada por los cambios que se realizan mientras se lleva a cabo la adecuación, las opiniones contrarias a la forma en la que se ha emprendido la obra se siguen manifestando.
En este caso, Juan Manuel Carmona, director del Diario EL IMPULSO y arquitecto de profesión, indicó que el proyecto de Transporte Masivo Transbarca, “fue manejado mal desde el comienzo”. Para el especialista en obras civiles, cuando el proyecto fue presentado al grupo de profesionales que lo estudió y del cual formó parte, se hizo una serie de observaciones que no fueron tomadas en cuenta, debido a que persisten en los planos del proyecto actual. “Siempre preguntamos el por qué las unidades debían ir en sentido contrario al flujo de las vías, en los canales exclusivos”, explicó Carmona, sobre uno de las inquietudes hechas desde el inicio. Según el arquitecto, la respuesta dada por los responsables del proyecto, la razón de este contraflujo recayó en el hecho de la “viveza del venezolano”, quien, en horas pico, aprovecharía los canales exclusivos para moverse detrás de los buses y saltarse la cola, “están reconociendo la discapacidad para hacer cumplir las normas”.
Además, Carmona explicó que el proyecto de Transbarca fue tomado de ejemplos que se desarrollaron en ciudades de Brasil y Colombia, sin embargo, en ambos casos, el sistema contempla líneas rectas, sin cruces como los que se planifican para el sistema local, “si tienes un ejemplo de cómo hacer las cosas bien, ¿por qué lo vas a copiar mal?”, cuestionó.
Falta de consulta preocupa
Por su parte, el mismo especialista indicó que, uno de los aspectos que más preocupa entre los grupos de personas que han estudiado el tema desde el principio, es la falta de consulta hecha a los factores que componen la sociedad larense. “La Autoridad Metropolitana de Transporte Terrestre (Amtt) puede tomar decisiones para el transporte urbano” dice Carmona, sobre la imposición por parte de Ministerio de Transporte Terrestre, quien se hizo cargo de la obra y ha desarrollado los últimos trabajos. Sin embargo, el especialista explica que, para este proyecto, era necesario la consulta y participación de los afectados, “en la ley dice que tiene que haber participación ciudadana”, continuó.
Además, el director de este medio especificó que, al no ser con sultada la colectividad, “el deber ser de la participación ciudadana desapareció, el conocimiento y la difusión del proyecto tampoco existe y, cuando traten de imponer esto, se encontrarán con un problema con el Sindicato de Transportistas”.
El panorama que traza el especialista no es alentador, debido a que considera que la falta de información que ha girado en torno al proyecto provocará “más colapso para la ciudad”.
Proyecto factible
Sin embargo, Juan Manuel Carmona considera que, a pesar de tomar uno de los canales de dos de las avenidas principales de la ciudad, el proyecto puede representar una solución para el problema de movilidad que tiene el barquisimetano, “otros métodos de transporte son costosos, y éste sería uno de los proyectos que funcionen de manera auto-sustentable”, dijo, “siempre y cuando movilice a gran cantidad de personas, haya más información y se involucre a las partes de la sociedad, podría funcionar”, condicionó.