Brújula internacional – A propósito del asilo político para Snowden

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En relación a la situación de Edward Snowden, considerado por algunos como héroe al denunciar los sistemas de espionaje y de control ciudadano de los Estados Unidos, y por otros como traidor por revelar secretos de Estado que comprometen la seguridad y la defensa de su país; hoy el asunto es parte de la política y la diplomacia venezolana. El Presidente Maduro decidió ofrecerle la protección a pesar de las advertencias de Washington y de una futura solicitud de extradición.
La decisión de la Cancillería Rusa, de autorizar el ingreso de Snowden a su territorio facilitara el asilo diplomático, si este recurre a una embajada latinoamericana en Moscú.Luego delasilo diplomático, Snowden podrá solicitarel asilo territorial al Estado en cuya embajada sea asilado o de un tercero, en lo que se denomina asilo territorial. China y Rusia y más de 15 países le han negado el asilo político por la necesaria buena relación que tienen y deben seguir manteniendo con los Estado Unidos. Es muy posible que se dirija luego a una misión diplomática acreditada en Moscú. Moscú aplica el principio de Non refoulement del Convenio sobre Refugiados.En el caso de la embajada venezolana a unos 30 kilómetros del aeropuertoSheremétievo, sería el segundo caso de asilo o refugio en la historia de las relaciones diplomáticas entre Caracas y Moscú.
Como Encargado de Negocios, por la injusta declaración de Persona Non Grata del extraordinario Embajador Regulo Burelli Rivas, me toco manejar el único asilo que hemos conocido en Rusia, fue en los tiempos de la UniónSoviética. Para nosotros se trataba de la necesaria protección a varios jóvenes venezolanos de una misma familia, acosados por el sistema comunista y quienes habían encontrado la protección y el auxilio del embajador Burelli. Eran hijos de rusos, a pesar de haber nacido en Venezuela, el gobierno soviético desconocía la nacionalidad venezolana porque no aceptaba el Ius Solis sino el Ius Sanguinis. Los jóvenes irrumpieron en nuestra embajada al conocer la expulsión del embajador Burelli, en solicitud de protección, la cual se les concedió inmediatamente, no en su calidad de rusos sino en su condición de venezolanos. Para los soviéticos era un asilo de sus ciudadanos en una embajada latinoamericana, para los soviéticos eran delincuentes a quienes no se le debería dar asilo ni protección diplomática. Para Venezuela eran jóvenes honestos en demanda de protección. Venezuela no califico el asilo por tratarse de venezolanos. Moscú advirtió que nunca saldrían del país aunque respetaba la inviolabilidad de la embajada. Tanto en la cancillería venezolana como en la rusa se conoce este caso bajo el expediente de los Hermanos Machara. Después de largas negociaciones se me permitióacompañarlos siempre que salieran con pasaporte ruso, por la víaMoscú-Frankfurt, New York–Caracas. Por cierto en esa época nos atendió en New York el diplomático Roy Charderton, el mérito integral de esa negociación exitosa se debió al Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela en esa época el Doctor Simón Alberto Consalvi. Los Hermanos Machara disfrutan de la democracia venezolana, han constituido hermosas familias, y gracias a nuestra diplomacia regresaron a su país de origen, aunque no olvidan la amarga experiencia, da haber vivido un tiempo bajo el comunismo soviético. Gracias a Gorbachov a la Perestroica y al Glasnost, Rusia también dejo de lado el socialismo real y enterró el recuerdo cruel del Fascismo Estalinista.
En casi todas las situaciones de solicitud de asiloo de refugios, los gobiernos tratan de calificar de delincuentes a quienes solicitan la protección internacional, mientras que los Estados asilantesproceden porque se trata de delitos políticos y en defensa de la vida y libertad del asilado. El asilo es una figura eminentemente latinoamericana, regido por la Convención firmada en Caracas el 28 de marzo de 1954 en cuyo artículo 12 señala “todo Estado tiene derecho a conceder asilo, pero no está obligado a otorgarlo’. Cualquier país que acoja a Snowden lo haría bajoel artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se señala ‘en caso de persecución toda persona tiene derecho a buscar asilo y a gozar de el en cualquier país’.
En cuanto a Eduard Snowden más allá de lo humanitario, de lo jurídico y de lo diplomático, el problema para el país que le de asilo o refugio es eminentemente político. La política como la definía Bismarck es la ciencia de lo posible pero también de lo conveniente.

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