Desde los frigoríficos en el este de Barquisimeto, los carniceros insisten en que tienen un problema fundamental con la regulación del precio a 27,5 bolívares el kilo para la carne de primera, y lo que esto conlleva para las de segunda y tercera, cuando los mataderos lo venden entre 50 y 60 bolívares.
“La consecuencia de esto es una escasez, pues además Indepabis aplica una serie de medidas que incluyen multas de dos mil y hasta tres mil unidades tributarias, lo que afecta realmente la rentabilidad del negocio”, declaraba ayer Roland Rodríguez, mientras atendía a sus clientes en conocido frigorífico ubicado en la avenida Lara de Barquisimeto.
“Nuestro establecimiento emplea a 42 personas. Debemos pagar impuestos y todos los servicios básicos, aparte de todos los elementos en los que invertimos para ofrecerle un mejor servicio a los clientes.
Simplemente no se puede mantener dentro del nivel de costos una pérdida de 40 bolívares por cada kilo de carne. Por tal motivo, vendemos carne de cortes de parrillero, los cuales no están regulados, es decir, solomo de cuerito y punta trasera importada, porque tampoco hay nacional”, dijo, aclarando que en el caso de las importaciones, los proveedores que traen la carne del exterior, introducen los containers a Venezuela y comercializan su contenido a un precio que actualmente está alrededor de 40 y 45 bolívares el kilo de carne.
“Resulta incluso más económico que la carne nacional a nivel de matadero”, destacó, añadiendo que aunque el origen de la carne importada suele ser Uruguay o Argentina, principalmente, o incluso ganado de Brasil y Colombia, el cual no es de la misma calidad que el venezolano.
“El nacional tiene mejor sabor por ser originario de la zona y estar mejor adaptado al tipo de pasto, por lo que el rendimiento de su carne es muy superior”, enfatizó, recordando que la carne importada es sometida a congelación, proceso en el que siempre se genera agua dentro del corte.
En cuanto a alcanzar un precio justo, el carnicero señaló que el acuerdo para esto debe pasar por sincerar la cadena de comercialización. “No puede pagársele a un productor por el kilo de carne, con todo lo que implica engordar el ganado, a 6, 8 u 10 bolívares, porque nos queda muy cuesta arriba.
Luego, también hay que sincerar, a nivel de matadero, cuál es el precio real de acuerdo a los costos y determinar cuál es el precio real que le llega a los frigoríficos, para poder vender toda la carne de comercialización a un precio final justo tanto para el productor y el matadero, como para los frigoríficos”, explicó, resaltando que el precio acordado debería oscilar entre 90 y 100 bolívares, con el kilo de carne en el matadero a 60 bolívares, a fin de que haya suficiente rendimiento para cada miembro de la cadena comercial.
¿Qué dicen los compradores?
Abundio Escalona, quien compraba en el frigorífico, expresó: “Es necesaria una sinceración de los precios de la carne para productores y consumidores. El gobierno debe instaurar como referencia el precio que paga a los países de donde se importa carne, pues indudablemente es superior al que se paga a los mataderos.
Hay tres o cuatro cortes de carne que no consigo. Hace diez años se podía comprar cualquiera. Llego a gastar hasta dos mil bolívares al mes en comprar carne”.
Por su parte, María de Montilla, dijo: “En el supermercado no hay carne, por eso he venido a un frigorífico. Gasto al mes entre 300 y 400 bolívares en carne, pero no soy de Barquisimeto, y en estos negocios es más caro. De donde vengo sólo hay carnicerías y allí se pueden encontrar todavía todos los cortes y el kilo aún se mantiene a 80 bolívares”.