Estados Unidos informó que defenderá »con fuerza» al sistema interamericano de derechos humanos para contrarrestar lo que considera una regresión regional en cuanto a aspectos democráticos fundamentales que ya se consideraban superados.
La encargada de América Latina y el Caribe en el Departamento de Estado, Roberta Jacobson, dijo el miércoles que entre los temas que debían estar superados están la protección a los derechos humanos, a la libertad de expresión y a tener unas elecciones justas y libres.
»No hay duda de que hay amenazas a esos principios democráticos básicos», señaló. Sin mencionar países o personas específicos dijo que se trata de »líderes que fueron electos democráticamente, pero que no necesariamente gobiernan de esa manera».
El Departamento de Estado ha denunciado irregularidades en los comicios de noviembre que permitieron la reelección del mandatario Daniel Ortega en Nicaragua y también denunció el año pasado como violatoria de la Carta Democrática Interamericana a una ley habilitante aprobada por la Asamblea Nacional venezolana en diciembre de 2010 que permitió al presidente Hugo Chávez gobernar por decreto.
Jacobson admitió en conversación con reporteros que nunca esperó tantas críticas y que por eso en la reciente asamblea general de la OEA en Bolivia se pronunció categóricamente a favor de defender el sistema de derechos humano, que »ha sido criticado por muchos países descontentos por decisiones» emitidas por la Comisión _con sede en Washington_ o la Corte, con sede en San José.
»Las estructuras del sistema sí necesitan reforma, creo que eso es lógico, pero esa reforma tiene que ser constructiva y tiene que ser positiva, y eso no es completamente lo que hemos visto de algunos países», agregó.
Tras un debate a puertas cerradas debido a las abiertas diferencias entre las delegaciones, la OEA encomendó en Bolivia a su Consejo Permanente a formular un plan de aplicación de las reformas propuestas por un grupo de trabajo y buscar consenso con todas las partes, incluyendo a las organizaciones de la sociedad civil que han manifestado su temor de que esas enmiendas debiliten y resten autonomía al sistema interamericano de derecho humanos.
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