La Red de Instituciones Larenses… ¡en acción! – El conflicto universitario (I)

Podríamos empezar señalando que este conflicto tiene varias aristas o varios aspectos que deben ser considerados antes de arribar a cualquier conclusión sobre el tema en cuestión:
En primer lugar y el más importante, está la discusión sobre la autonomía universitaria.
En segundo lugar, desde nuestro punto de vista, está latente el tema del presupuesto de las universidades.
En tercer lugar, tenemos el punto relativo a las providencias estudiantiles y los ajustes salariales a los miembros trabajadores de la comunidad universitaria.
En cuarto lugar el desconocimiento de los verdaderos y legítimos representantes del conflicto universitario y de la normativa laboral vigente.
Sobre la autonomía:
El artículo 109 de nuestra Constitución establece que “El Estado reconocerá la autonomía universitaria….., las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, de funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia de la ley……” y el artículo 9 de la Ley de universidades especifica los tipos de autonomía, a saber: autonomía organizativa, autonomía académica, autonomía administrativa y autonomía económica y financiera.
Resulta que ahora el gobierno nacional pretende imponer autoritariamente y de manera inconsulta con los legítimos representantes universitarios, un proyecto de convención colectiva única que amenaza el funcionamiento democrático de las universidades y elimina de forma unilateral la autonomía, que por cierto le fuera otorgada a la primera universidad del país- La Universidad de Caracas- hoy Universidad Central de Venezuela, por el propio Libertador en 1827.
La clausula sexta de este aberrante proyecto, no le cabe otro término, establece el desarrollo de valores socialistas “en pro del desarrollo y la consolidación del proceso educativo en estas instituciones………..de acuerdo a lo enmarcado en el plan de desarrollo económico y social de la patria 2013-2019”.
Esta pretensión de querer “encajonar” a la universidad bajo un solo pensamiento, una sola ideología, atenta letalmente contra la pluralidad democrática y el pensamiento crítico de un egresado universitario. El artículo 4 de la Ley de universidades señala que “la enseñanza universitaria…….estará abierta a todas las corrientes del pensamiento universal…”. Por su parte el artículo 2 de la constitución establece en nuestro país “la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia y……..el pluralismo político”.
La implementación en nuestras universidades de una sola ideología política no sólo es anticonstitucional, sino discriminatorio, intolerante e indignante, pues en ellas sólo tendrían cabida aquellos que piensen bajo la égida del socialismo, término éste que por cierto no aparece en ninguno de los 350 artículos de nuestra carta magna.
La universidad es un centro universal del pensamiento donde circulan libremente todas las ideologías inventadas por el hombre, para servir de ejemplo de convivencia democrática y pluralidad del pensamiento. No en vano es llamada la casa que vence las sombras, el oscurantismo que se nos quiere imponer.
El presupuesto universitario
En los últimos años nuestras universidades han sido víctimas de una serie de políticas discriminatorias por parte del gobierno nacional, que lamentablemente han contribuido a generar la crisis actual que atraviesan nuestras máximas casas de estudio. Una de ellas es precisamente la asfixia financiera, el cerco presupuestario al cual han sido sometidas desde hace siete años, pues el presupuesto que se la ha asignado ha sido prácticamente el mismo desde entonces, ha sido lo que denominan un “presupuesto reconducido”. Éste es el caso de las universidades no afectas ideológicamente al régimen dominante.
No se necesita ser un analista financiero para darse cuenta de que esta perversa política tiene un solo objetivo: la liquidación progresiva de la universidad venezolana. Si se ha mantenido esta conducta anti universitaria desde el 2007, resulta fácil inferir que esta asfixia presupuestaria lo que pretende es cercenar la calidad de nuestras universidades y convertirlas en simples escuelas entrenadoras de infortunados profesionales, cuya excelencia académica es cada vez más cuestionada por la misma sociedad. Pareciera que estamos viviendo una involución académica, producto de la perversa negativa gubernamental de dotar de presupuestos justos a nuestras universidades (…)