Hombres ávidos de emociones fuertes chocaban entre sí y se caían en sus intentos por escapar al atronador avance de los toros de lidia en el encierro del martes en la ciudad de Pamplona (norte de España), durante una carrera enloquecida que terminó con dos hospitalizados.
Los dos individuos heridos, españoles de 30 y 47 años, sufrieron hematomas al caer y fueron llevados al hospital para ser atendidos después del tercer encierro del festival anual de San Fermín, indicaron responsables de los servicios sanitarios de la región.
Los corredores saltaba para calentarse y hacían ejercicios de estiramiento antes de que los fuegos artificiales anunciaran el comienzo del encierro, con la liberación de seis toros negros y seis toros castrados que cargaron a través de la ciudad hacia la plaza de toros, donde serían sacrificados por matadores.
Los toros de la hacienda de Valdefresno cubrieron en sólo dos minutos y 29 segundos el trayecto de 848 metros.
Cientos de personas, en su gran mayoría vestidas del blanco tradicional con un pañuelo rojo en el cuello, escapaban ante el avance de los toros. Los espectadores observaban desde los balcones y protegidos tras barreras de madera.
«He corrido por primera vez y estaba muy nervioso, pero ha pasado tan rápido que casi no me he enterado. Lo más peligroso son la gente que te empuja, vi gente caer», declaró Matt Barney, un mozo de 26 años procedente de Wilmington, en el estado de Nueva York (Estados Unidos).
Estos encierros cotidianos constituyen el momento culminante de unas festividades que duran nueve días y atraen a cientos de miles de turistas de todo el mundo.
El festival que tiene lugar en Pamplona, una ciudad de 200.000 habitantes, se hizo célebre gracias a la novela de Ernest Hemingway «Fiesta» («The Sun Also Rises», 1926).