Generalmente las mujeres suelen utilizar “flip flops” o sandalias en las épocas de calor o en días de playas. Sin embargo, algunos estudios han determinado que este calzado no es seguro. Al parecer su uso frecuente podría ser la causa de un abanico de enfermedades, como la fascitis plantar, la inflamación de los músculos o dolor de la parte baja de la espalda.
Según los especialista cuando se utiliza este tipo de calzado los pasos son más cortos que, por ejemplo, con unas zapatillas deportivas. Los talones chocan con el suelo de un modo no del todo vertical, lo que altera el ritmo natural de la marcha. Esto se debe a que la mayoría de las personas suele tensar los dedos de los para mantener sujeta la sandalia y esta presión en los dedos añade estrés a la zona del tobillo.
Por ende lo que comienza siendo un esfuerzo adicional para el talón y el arco del pie termina en una inflamación de las piernas, las caderas y la parte baja de la espalda.
Las “flip flops” también están en el punto de mira porque su uso frecuente se relaciona con la fascitis plantar, una inflamación del tejido conectivo del pie y que empeora en las personas con sobrepeso y que llevan un estilo de vida sedentario.