España informó el viernes que no pedirá disculpas a Bolivia tras la crisis diplomática abierta por el bloqueo del avión presidencial de Evo Morales y restó importancia a las críticas de Venezuela y otros países latinoamericanos.
El canciller español José Manuel García-Margallo relató por primera vez su visión de lo ocurrido en la noche del martes, cuando el avión de Morales fue desviado a Austria procedente de Rusia ante las sospechas de que pudiera ocultar al ex analista de inteligencia estadounidense Edward Snowden.
Según García-Margallo, el gobierno español recibió información clara de sus aliados de que Snowden, quien se cree permanece en una zona de tránsito del aeropuerto de Moscú, viajaba con Morales. No especificó si recibió órdenes de Estados Unidos, tal y como aseguró el mandatario boliviano, y precisó que el país ibérico jamás cerró su espacio aéreo, a diferencia de otros países.
García-Margallo explicó que Bolivia es una nación amiga y que inmediatamente inició contactos con su homólogo boliviano David Choquehuanca, quien, según el canciller español, le aseguró por escrito que Snowden no volaba con Morales.
`Bastó la palabra del presidente boliviano (para saber que la información no era cierta)», dijo García-Margallo en una entrevista a la pública Televisión Española.
«España no tiene que pedir ninguna disculpa, el espacio aéreo nunca ha estado cerrado», agregó.
El canciller no desmintió el episodio relatado por Morales sobre la petición del embajador español en Austria de tomar un café con Morales a bordo del avión, pero matizó que en ningún caso hubiera accedido a la aeronave sin el permiso de las autoridades bolivianas.
Ese supuesto intento fue uno de los más criticados por el presidente venezolano Nicolás Maduro, quien aseguró el jueves que revisaría sus relaciones con España tras la crisis con Morales.
García-Margallo afirmó que las palabras de Maduro se deben a un «desconocimiento de los hechos» y del papel mediador que jugó España con otros países para solventar la crisis.