60 años de la UCAB

Antes que nada, nos preguntamos qué significan estas siglas que per se obviamente abarcan una intención mayor que su contenido.
Se refieren en este caso a mi universidad, la UCAB, donde me formé no sólo como abogado sino especialmente como ciudadano, defensor apriorístico e instintivo de los derechos humanos, institución que cumple honrosamente sesenta años.
Allí tuve la grata experiencia de escuchar a esos intachables maestros de la vida, litigantes y profesores por vocación, inculcando en aquellos jóvenes amantes del derecho los valores importantes que sostienen a la sociedad, como el respeto, la humanidad, la tolerancia, la solidaridad, la seriedad, los buenos modales para el buen convivir social, como una excelente presencia y compostura, pasión por nuestras aspiraciones, buscando en el derecho hacer visible la justicia, inculcando el diálogo para dirimir los conflictos, evitando los juicios, pues de ellos se sabe cómo comienzan pero nunca cómo terminan, debiendo el abogado en todo caso pelear el caso como propio pero perderlo como ajeno.
Su primera letra se refiere a la U, de una Universidad, la cual podríamos definirla como aquel centro de enseñanza de estudios superiores contentivo de varias facultades o carreras, donde se reconocen los grados académicos a los alumnos para ejercer una profesión, que será su forma honesta de vivir, gracias a un trabajo fundamentalmente intelectual, donde esa persona será declarada como capacitada plenamente para ejercer alguna profesión.
Ella es además Católica, que es un calificativo sinónimo de una virtud muy importante para estos tiempos, la del ser universal, con su obvio influencia y gerencia jesuita. Finalmente su nombre finaliza con otras dos letras A.B. en reconocimiento a uno de los venezolanos más valiosos de todos los tiempos; se trata de don Andrés Bello, el más universal letrado. Fue rector de la Universidad de Santiago de Chile, en la que instruyó las cátedras de Derecho Romano e Internacional. Por un manejo intachable del idioma, obtuvo el título de Académico de Honor concedido por la Real Academia de la Lengua Española.
El 29 de junio cumple años mi universidad, la que me dio el titulo de abogado, el cual he ejercido con mucha mística, honrando la memoria de Don Cristóbal Mendoza, conocido como el abogado de la probidad, en cuyo honor se celebra el Día del Abogado cada 23 de junio. Así como cuando Ángel Osorio afirmaba que “la abogacía no se cimienta en la lucidez del ingenio, sino en la rectitud de la conciencia, que es mil veces más importante que el tesoro de conocimientos”, aunado a las palabras del Dr. Cardozo, quien afirmaba que “un hombre sin conciencia moral es una nave sin timón”.
Orgulloso de ser abogado, por haber compartido mis tiempos con abogados honestos, exigentes y probos, algunos ya no nos acompañan como el Dr. Jose Rafael Mendoza (+); mi profesor y amigo el Padre Olaso (+); en el ejercicio haber compartido con mi compadre el Dr. Rafael García Hernández, como el apoyo del Dr. Argenis Román, quien me prologó mi primer libro de Procesal, icono por su perfil de honorabilidad de la ciudad; mi tío también el abogado Dr. Enrique Alvarez García (+) quien fue una de las primeras víctimas de la violencia. Hoy gracias a Dios estoy acompañado por la mejor de las mujeres, la abogado Dra. Astrid Liscano de Raad, quien es una ciudadana ejemplar; un hola a Dr. Jesús Demetrio Raad Alvarez, mi hermano, el benjamín de la casa, a quien vi gatear, de quien soy también su padrino.
Un reconocimiento especial para cada uno de mis compañeros de la UCAB, cuya lista es muy larga. Quiero que sepan que ocupan un puesto insustituible en mu alma los de mi promoción, apadrinada por el intachable maestro, el ejemplar Dr. Renaldo Rodriguez Navarro (+), en cuyo recuerdo y honor cumplimos 40 años de graduados, para quienes va la bendición de Dios como a sus distinguidas parejas, hijos y nietos, deseándoles éxito en todos sus planes, aunado al deseo de que permanezcamos siempre unidos a pesar de la distancia, de este su compañero y colega barquisimetano, quien siempre los recuerda que los lleva en sus oraciones, deseándoles siempre lo mejor.