Las huellas del Tiempo – Festival cinematográfico para militares

Quines gobiernan arbitrariamente no piensan que el tiempo transcurre y en nuestros días con la velocidad mayor a de otras épocas. Viven como si fueran a gobernar siglos. La soberbia y los felicitadores los atrapa e inmerge en un mundo irreal, Mueren antes de tiempo, son derrocados, pierden elecciones. Después los esperan tribunales de su país, Comisiones Internacionales de los Derechos Humanos, Tribunal Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia. Pasan sin pena ni gloria.
Esto ocurre hoy en la América Latina, pero muy especialmente en Venezuela. La oficialidad militar renuflexa con gobiernos transitorios los marca. Al caer la neodictadura corren a los aeropuertos, huyen por las fronteras, sus familias padecen en vida, la absurda lealtad que ofrecieron no a los principios y leyes, sino a los jerarcas de la corruptela y las agresiones a los derechos humanos.. Esta reflexión la debieran leer las esposas e hijos de los militares y los cadetes de la fuerza armada. Los convocaría a llamar al orden a sus esposos y a sus padres y necesariamente se plantearía la conversación con sus compañeros. Como vivimos en un sistema democrático debería respetárseles las opiniones que emitan sobre los temas de los films.
Afortunadamente las empresas cinematográficas norteamericanas y europeas han profesado un profundo respeto por las historias y guiones de escritores y la escogencia que de los mismos han hecho directores de cine. Como hay festivales cinemográficos por países, también los hay sobre temas específicos y el relacionado con los regimenes dictatoriales tiene validez.
Para ello nada mejor que un festival cinematográfico privado o a escondidas integrado por títulos que nos atrevemos a recomendar. Del director griego Costa Gavras “Estado de Sitio” y “Missing” sobre las dictaduras de Uruguay y Chile. “La fiesta del Chivo” y El tiempo de las Mariposas” sobre la dictadura dominicana de Rafael Leonidas Trujillo. “Morir en Madrid” sobre la guerra civil española. “No” sobre cómo se desplomó el recio régimen de Augusto Pinochet en Chile. “Azúcar Amarga” sobre la dictadura de Fidel Castro en Cuba. La película venezolana “Tiempos de Dictadura” del director Carlos Oteyza y más recientemente “Amor, Honor y Libertad” sobre el gobierno militar de Birmania y la emblemática lucha de la dirigente Aung San Sui Kyi contra los militares de su país. Y sería larga la lista de las películas que recomendaríamos sobre la lucha contra Caligula en los días del imperio romano (El Manto Sagrado y Demetrio El Gladiador) el nazismo alemán y el fascismo italiano.
Cómo sería de interesante ver si en los cuarteles se pasaran estas películas y medir la reacción de los soldados respecto a sus jefes. La analogía sería la consecuencia inmediata de estas sesiones de cine sobre gobiernos que piensan durar toda la vida.
El reciente desfile para conmemorar otro aniversario de la Batalla de Carabobo nos obliga a advertir de alguna forma sobre obligar a la tropa a gritar marchando “somos socialistas y también chavistas”. El culto exagerado al ahora llamado “comandante eterno”, usado por el Presidente Maduro y casi todos los ministros obliga a rechazar las consignas de un partido y ni siquiera de una ideología, incorporándolas a la vida nacional de un país donde la mitad de la población no comparte ese criterio.
Lo que va ocurriendo con juicios arbitrarios, asesinatos no esclarecidos, golpes a parlamentarios de la oposición, elecciones cuestionadas, desaparecidos, expropiaciones, militares perseguidos, corrupción gubernamental, descalificaciones a los organismos internacionales de derechos humanos, intervención en asuntos internos de otros países, alianza con gobiernos cuestionados por la comunidad internacional, quedan en las películas recomendadas con ejemplos claros del final de esos regimenes, Pantalla y la butaca en la casa esperan para este post grado que produce el deslinde a tiempo.