La apuesta del presidente Nicolás Maduro de mantener vivo el recuerdo del expresidente Hugo Chávez en el seno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en razón de intentar mantener el control durante su Gobierno, podría afectarlo de manera negativa, si se considera que el desaparecido mandatario aprovechó su conocimiento del componente militar para reacomodar las fuerzas a su medida, en momentos cuando no pensó que moriría tan pronto.
La reconocida periodista Sebastiana Barráez, columnista del semanario Quinto Día, reflexiona sobre la petición de “lealtad chavista” solicitada por el primer mandatario nacional y nota que acciones como la colocación de la boina roja destaca como “un símbolo presidencial del comandante Hugo Chávez” con el cual se reafirma el reconocimiento y lealtad del pueblo venezolano hacia el exmandatario.
La comunicadora considera más simbólico que el ascenso de los profesionales de la aviación haya tenido lugar en el Salón de Honor de la Academia Militar, porque difiere del acto de ascensos y condecoraciones a oficiales y tropa profesional de la Guardia de Honor Presidencial, que tuvo lugar en el Cuartel de la Montaña, junto a los restos del desaparecido presidente.
La subordinación de la fuerza militar a un factor político como el chavismo, compromete en gran medida su imagen, sobre todo en términos de lealtades. Barráez considera que las FANB de Chávez jamás serán la de Maduro, al extremo de que en las instalaciones militares del país sólo se encuentran fotografías de Chávez (incluso en formato gigante) y no la del actual presidente.
“Ha sido precisamente la subordinación uno de los pilares más afectados en la Fuerza Armada, cuando Chávez empezó, incluso en actos públicos, a dirigirse a oficiales de bajo rango, en presencia de sus oficiales superiores, violentando la subordinación”.
