Reporteros Sin Fronteras emitió este viernes un comunicado en el que fija posición sobre el continuo ataque al ejercicio del periodismo que se vive en Venezuela, a sólo meses de las elecciones presidenciales del mes de octubre
A continuación le dejamos la misiva publicada por la organización
A cuatro meses del escrutinio presidencial del 7 de octubre de 2012 que enfrenta al presidente Hugo Chávez y al ex gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, las agresiones contra el gremio no cesan (http://es.rsf.org/venezuela-a-siete-meses-de-la-presidencial-21-03-2012,42168.html). Incluso, toman un giro cada vez más inquietante por los ataques contra redacciones.
«Aún tomando en cuenta las investigaciones desarrolladas por los recientes atentados, seguimos muy preocupados por agresiones físicas y actos de violencia de tal intensidad, ante la cercanía de las elecciones presidenciales del 7 de octubre. Tan alto grado de polarización afecta no sólo la libertad de informar sino que también limita la simple capacidad de movimiento de los periodistas. La cobertura normal de las elecciones parece imposible si no se toman algunas medidas de urgencia que recomendamos:
– Que una sola jurisdicción trate todas las agresiones contra el gremio relacionadas con el contexto electoral y que ésta funcione en coordinación con las organizaciones profesionales de todas las tendencias.
– Que se establezca un acuerdo solemne entre los candidatos y sus Estados Mayores respecto a la libertad de información, que garantice el respeto absoluto del trabajo de los periodistas por parte de los militantes.
– Que todos los medios de comunicación –en especial los audiovisuales– establezcan el compromiso de ofrecer una cobertura lo más equitativa posible de los debates y que también lo sea el tiempo asignado a los discursos de los candidatos», declaró Reporteros sin Fronteras.
Tres medios de comunicación fueron blanco de atentados en Maracaibo, capital del estado de Zulia. El primero, perpetrado con granada el 29 de mayo pasado, estuvo dirigido contra el diario Qué Pasa; dañó su fachada. El segundo atentado tuvo lugar horas más tarde y podría haber tenido consecuencias aún más dramáticas: desconocidos que circulaban en una camioneta dispararon catorce veces contra la sede del canal Catatumbo TV. El 3 de junio el diario Versión Final sufrió el mismo tipo de ataque, afortunadamente no hubo heridos.
En cada caso, la dirección de los medios de comunicación afectados señala represalias directas contra su línea editorial. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) de la policía, encargado de las investigaciones, también se inclina por esta hipótesis. Se cree que la reciente cobertura que hizo Catatumbo TV de los graves incidentes en la prisión de Sabaneta podría ser el móvil del atentado.
La crisis penitenciaria que vive el país también explicaría las amenazas que recibió el 1 de junio María Isoliett Iglesias, reportera del diario El Universal, a quien le «advirtieron» a través de un comunicado anónimo que podía ser víctima de un «atraco». La periodista, apoyada por el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), presentó una denuncia el 5 de junio y solicitó protección a la Unidad de Atención a la Víctima.
Estigmatizados por ambos lados
Estos últimos casos empeoran un clima de por sí muy deteriorado por las múltiples agresiones cometidas contra periodistas de campo, estigmatizados debido al medio de comunicación al que pertenecen, ya sea público, es decir, progubernamental, o privado, o sea, crítico y parte de la oposición.
También en el ámbito de estos motines carcelarios, el 8 de mayo pasado, en las inmediaciones del penal La Planta, cerca de Caracas, un grupo de individuos agredió físicamente a Jordán Rodríguez y a su camarógrafo, Claybord Saint Jhons, por el simple hecho de que ser empleados de la cadena Telesur. En el mismo momento, agentes de la Guardia Nacional confiscaron y dañaron el material de grabación de Daniel Guillermo Colina y su camarógrafo, Luis Reaño, quienes trabajan para el canal privado Globovisión.
Otra agresión se registró dos días más tarde contra un camarógrafo de la principal cadena pública Venezolana de Televisión (VTV), Danny Vargas, durante la cobertura de un mitin del candidato Henrique Capriles en el estado Barinas. Un mes antes, en el estado Anzoátegui, su colega del canal privado Televen, Oneiver Rojas, corrió la misma suerte en las mismas condiciones, sus agresores creían que era empleado de VTV.