Reflexionemos

En este último tiempo he leído varios artículos que hacen referencia al comportamiento de algunos gobernantes de países del mundo, detallando cómo llegaron al poder, cómo llevaron su pensamiento histórico político a sus conciudadanos, cuál fue su accionar como gobernantes y especialmente detallándolos como individuos con características de megalómanos y de resentidos sociales.
Desde que el mundo es mundo y el hombre tuvo la capacidad de comunicarse y competir siempre habrá ese deseo individual y colectivo en lo familiar, local, regional y mundial, y es ahí en donde surge la política, que no es otra cosa que la forma de hacer y ejercer el gobierno. El político de la familia es el padre o madre que enrumba a esa familia al máximo del bienestar en competencia sana con las demás familias; el político local es el líder que lleva a la población constituida por familias a converger en proyectos que permitan el máximo bienestar colectivo y así sucesivamente.
Hoy contamos con un mundo de políticos, de políticas, de proyectos, de ilusiones, de deseos que normalmente se manifiestan en todas partes y nos enteramos de ellos por los medios de comunicación al realizarse asambleas, foros, convenciones mundiales para tratar los problemas del hambre, salud, pobreza, la no violencia, que siempre ha sido los ejes en los que gira el bienestar general. En este mundo animal en que la especie humana lleva la batuta en cuanto al razonamiento de lo que se puede llamar buena o mala competencia, y es de ahí donde surgen líderes positivos o líderes negativos tanto en ideas como en acciones para imponer sus criterios y es en este punto donde comienza la violencia.
Cuantos años de historia de la humanidad han sido reseñados como no violentos y la respuesta a flor de labios debe ser ninguna y no me refiero a la violencia natural, por lo que si comenzamos con Adán y Eva ya la guerra arrancó con Caín y Abel, lo que significa que el abrazo de la paz ha sido un símbolo en lo espiritual mas no en lo real y en esa competencia de quien es más que quien hemos tenido imperios, naciones y pueblos para dominar el mundo en lo religioso, en lo social, en lo político y económico, y no para satisfacer las necesidades reales de toda la sociedad.
Qué iluso es pensar en grande y qué difícil materializar el deseo en pequeño y es por eso que hoy contamos con muchas leyes universales que tratan de garantizar derechos y exigen deberes a los individuos, a las comunidades y a las naciones, a manera no de frenar la competencia  sino de regular la violencia que busca imponerse.
Estas regulaciones son producto de hechos de violencia generados por líderes individuales y colectivos que han impuesto límites religiosos, sociales y políticos y en donde lo económico siempre estará en el último escalón.De los líderes e imperios religiosos no debo escribir, de los imperios sociales no voy a escribir y de los imperios politicos que hoy se materializan en las doctrinas políticas de democracias y dictaduras con sus variantes debo entender el cómo y el quién ejerce el poder y es a partir de aquí en donde me hago las siguientes preguntas: ¿Por qué la humanidad permitió un Neron, un Atila, y en los últimos tiempos un Hitler-Mussolini-Stalin y muchos otros individuos que su accionar en su ejercicio de gobernantes están marcados por la violencia?
Hacerle estas preguntas a un militar de quien solo espero una repregunta me es obligada, los avances científicos, tecnológicos, de la humanidad, no se deben a esos locos, se deben a los sofistas que hacen que ese ser racional en la adversidad invente y produzca los medios que permitan continuar su existencia.
En estas reflexiones en positivo sólo quiero para Venezuela que no haya líderes en la política que no se adapten a la buena y sana competencia, que crean y estén convencidos que la democracia es la doctrina político social que permite la mayor suma de deberes y derechos a los ciudadanos, y como lo he escrito tantas veces su primer principio es la exclusión de la violencia dentro de las relaciones sociales, que a quien no está con uno no se le coacciona ni se le atropella, que siempre habrá los medios para llegar a acuerdos y satisfacer las necesidades sociales, mas hoy cuando tenemos un Tribunal Superior Civil, una Asamblea Nacional y un presidente civil. Por todo lo anterior pido por un Gobierno civilizado.