Palabras curiosas

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El sustantivo Rebeca, que define una chaqueta femenina de punto y abierta por delante con botones, debe su popularidad a la película del mismo nombre que dirigió Alfred Hitchcock en 1940.
Aunque Rebeca era en realidad, un personaje que nunca aparecía en la pantalla, la protagonista, Joan Fontaine, usaba precisamente esa prenda, que finalmente adoptó el título de la película.
Otra acepción muy privada por cierto fue la que le dieron inspirada en la película, en un colegio de monjas españolas, para manifestar discretamente cuando ellas y las alumnas tenían la menstruación, relacionando el sonido de Rebeca con la palabra regla, término común que se da al período menstrual. Así decían: hoy me visitó Rebeca, anoche vino Rebeca, parece que hoy viene Rebeca y expresiones similares claro que esto no transcendió mucho por discreción de las estudiantes. Otro nombre femenino es la gorra Cristina.
Un caso parecido al de Rebeca es el de la palabra Atlas. Atlas era el nombre del héroe que según la mitología griega, tras enfrentarse a los dioses fue condenado por Zeus a sostener sobre sus hombros la bóveda celeste. Pues bien, en 1585, el geógrafo Gerardo Mercator publicó una serie de mapas en cuya portada figuraba precisamente la imagen del gigante con el mundo sobre sus hombros. La obra tuvo una gran difusión y a la colección de mapas contenidos en un volumen, se la conoció desde ese momento como atlas.
Otro caso curioso es el de la palabra tanque, referida a esos ingeniosos bélicos también conocidos como “Carros de combate”. Cuando los ingleses desarrollaron los primeros de estos vehículos acorazados durante la I Guerra Mundial, afirmaron que las piezas remachadas que transportaban para su ensamblaje, eran de Tanques, Tank, pretendiendo así mantener la nueva arma en secreto. De modo que cuando las primeras maquinas acorazadas aparecieron en el campo de batalla, todo el mundo comprendió que aquellos eran los famosos Tanques en los que habían estado tan secretamente trabajando. Pero ya con anterioridad existían los tanques de agua u otro líquido.
Eulalio Ferrer, en su libro “El lenguaje de la publicidad” aporta otra teoría. El nombre de Tanque tendría que ver en realidad, con Thomas  Tank, al parecer uno de los ingenieros que participo en su diseño y que ligo su invento a su propio nombre. Algo así como lo ocurrido con la palabra Guillotina construida por Joseph Ignace Guillotin; Vatio, que deriva del apellido de James Watt; Linchar, que tiene que ver con Charles Linch; Nicotina, sustancia descubierta por Jean Nicot; Pasteurizar, procedimiento desarrollado por Luis Pasteur; el alfabeto Morse, el motor Diessel, el sistema Braille, la prenda interior Bloomer y otros tantos nombres y apellidos que identifican utensilios y marcas comerciales. Y existen muchos otros casos de palabras curiosas.

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