Caminito que un día

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Desde Barquisimeto, Morillo se despidió de Venezuela.
La presencia de Morillo por cuarta vez en Barquisimeto no fue propiamente una visita sino que luego de entrevistarse con Bolívar en Trujillo y firmar ambos el armisticio para la regularización de la guerra, regresó de aquella ciudad y de paso por Barquisimeto se ocupó en despachar varias comunicaciones así como redactar proclamas de despedida. Inmediatamente se trasladó a Valencia y de ahí a Puerto Cabello donde se embarcó rumbo a España.
En su tercera visita a Barquisimeto, organizó todo lo pertinente a la firma del armisticio, luego siguió hacia El Tocuyo desde donde se comunica con Morales en dos oportunidades, el 4 y 8 de noviembre y desde Carache, el 18 y 21 de ese mismo mes, pero el 3 de diciembre de 1820, luego de su reunión con Bolívar y concluir felizmente el tratado de regularización de la guerra, se encuentra de regreso en Barquisimeto y le escribe a Morales informándole varios asuntos: la reunión el 27 de noviembre con Bolívar con quien , entre otros actos, compartió un banquete; las manifestaciones de muchos venezolanos invocando la paz y su creencia de que ya no se romperán las hostilidades; se le ofrece como su agente en Madrid a donde partirá luego de hacer entrega efectiva del mando al general La Torre; le ofrece trabajar en España para que a Morales se le conceda el titulo de Mariscal de Campo para el cual él ya lo ha propuesto; que lo  ha nombrado al mando del Ejército como segundo de La Torre; que “Mientras dure el armisticio, si gusta, puede pasar en su hacienda el tiempo que quiera para descansar y arreglar sus negocios quedando entretanto Pereyra encargado del mando de la división”; le informa que saldrá para Valencia el 4 de diciembre a arreglar sus papeles para luego salir hacia España.
Ese mismo día, Morales se encarga de la división de vanguardia como 2º de La Torre, lo que comunica “para su inteligencia”; en otro despacho oficial y en cumplimiento de orden Real del 13 de septiembre en la cual se le acepta su renuncia, le hace entrega oficial del mando al Mariscal D. Miguel de La Torre, lo que le comunica al Secretario de Estado
Antes de abandonar a Barquisimeto redacta dos documentos más: uno dirigido a las principales autoridades civiles, políticas y eclesiásticas de Venezuela y otros puntos, pidiéndoles certificación sobre su conducta en la cual se de cuenta de las siguientes cuestiones: su dedicación a las operaciones de guerra, organización y aumento de los cuerpos, subsistencias y entrenamientos de ellos; su integridad y desinterés en el servicio; uso económico de bagages y medidas para evitar arbitrariedades y desórdenes; que los oficiales nombrados por él fueron de los de mayor integridad, dulzura y conocimiento; si protegió el comercio marítimo y terrestre, compuso caminos y puestos y ordenó obras públicas en general; que no impuso contribuciones extraordinarias; que respetó tribunales y leyes; que no abusó en la extracción de ganados; que no intervino en la venta de bienes secuestrados; que hizo jurar la Constitución aprobada por el Rey.
En otro documento se despide de los pueblos de Venezuela. Les dice haber sido enviado por el Rey “para restablecer la paz perdida y reunir las familias que la discordia había dispersado…; reconoce que “Venezuela era el lugar de más difíciles esperanzas, y mis tareas iguales a mi voluntad en su tamaño no lo eran en la consecución de sus fines…
“Yo parto, dice, de vuestro suelo con las ideas consoladoras  de que os dejo entrando al templo de la paz, y de que queda a la cabeza de vuestro heróico Ejército, de mi querido Ejército, un general que a sus notorias virtudes y cualidades une el carácter de  ser ya vuestro compatriota…
“Yo parto, repite, de vuestro suelo llevando en mi corazón a mi amada Venezuela. Mis venezolanos y mi Ejército de Costafirme… irán conmigo al pie del trono y al centro de la representación nacional para buscar allí su fortuna y el remedio de sus males”
Como lo anunció, el 16 de diciembre salió de Puerto Cabello en el barco que lo trasladó a España.
Las presentes informaciones, poco conocidos, por lo demás, muestran un aspecto muy interesante de cómo se desenvolvió la guerra independentista en Barquisimeto, ciudad y provincia que aparece como un remanso de  lealtad inquebrantable a la monarquía española de 1812 a 1821.

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