La estabilidad de Venezuela es clave para toda Latinoamérica, afirma el presidente peruano Ollanta Humala, quien considera, en una entrevista publicada este domingo, la victoria de Nicolás Maduro como «un resultado definitivo» pero llama al presidente venezolano a «tender un puente» a la oposición.
Cualquier problema de inestabilidad en Venezuela nos afecta a todos», aseguró Humala al diario de centro-izquierda español El País.
«En Venezuela hay un proceso de polarización del país que ya lleva tiempo», recuerda, y por este motivo «el resultado tan ajustado de las elecciones […] generó suspicacias, generó dudas particularmente en el candidato que perdió», el conservador Henrique Capriles.
Como sus socios de Unasur, Humala reconoce la victoria de Maduro: «No tenemos ningún indicio de que haya habido una tergiversación del mandato popular, por lo tanto para nosotros ya es un resultado definitivo».
Sin embargo, llama a su homólogo venezolano a entablar un diálogo con la oposición para atajar la inestabilidad. «La estabilidad de Venezuela es también la estabilidad de la región», insiste.
«Hoy día lo que tiene que hacer el gobierno venezolano, y esperemos que lo esté haciendo, es pasar la página lo más rápido posible», afirma.
«Y establecer un estilo de gobierno que permita tender un puente hacia las fuerzas políticas venezolanas que no están conformes a fin de hacer un acuerdo nacional», agrega, con esperanza en que se acabe con las «posiciones duras por ambos lados».
El presidente peruano se felicita por otra parte los lazos reforzados de su país con Estados Unidos. «Me congratulo de que Washington vea en el Perú un socio estable, un socio importante en América Latina», afirma, subrayando que «eso no se consigue de la noche a la mañana».
*No es un tema de suerte, es un tema de trabajo», añade.
Humala defiende así su modelo de economía de mercado, pero acompañado de una «distribución de la riqueza».
«Hace 50 años podías invisibilizar a los pobres; hoy día no», dice. «Hoy día ellos son una fuerza y por eso ellos también deben de estar considerados en el presupuesto de la República», agrega, abogando por una reforma profunda del Estado.
«El problema en América Latina es que somos una región, además de muy desigual, poco formalizada, somos muy informales», lamenta, por lo que «para reclamar algo es más fácil encadenarse en la calle que llevar su solicitud a través de un ministerio».
