El candidato izquierdista a la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ha ganado terreno como segundo en las preferencias para las elecciones de julio, se desmarcó del socialismo que aplica el mandatario venezolano Hugo Chávez y dijo el miércoles que aplicará un modelo económico propio.
El veterano ex alcalde de la populosa Ciudad de México se ubica en los sondeos cada vez más cerca del favorito Enrique Peña Nieto, del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque éste mantiene una cómoda ventaja en la mayoría de las encuestas previas a la elección del 1 de julio.
Su avance en los sondeos ha provocado que adversarios redoblen sus ataques, recordando lo que ocurrió en el 2006, cuando lo acusaron de ser «un peligro para México» y estuvo casi toda la campaña como favorito pero al final perdió por un puñado de votos contra el actual mandatario, el conservador Felipe Calderón.
Hace seis años, López Obrador fue vinculado también con Chávez -que ha nacionalizado amplios sectores de la economía e impuesto controles de precios y de cambios-, lo que trajo nerviosismo entre empresarios e inversores.
El mandatario venezolano, que en sus 13 años de Gobierno ha mantenido una agria relación diplomática con Estados Unidos pero al que le vende la mayor parte de su petróleo, también ha sido señalado como financista de campañas electorales de varios líderes izquierdistas de la región.
«No conozco al presidente de Venezuela, Hugo Chávez; nunca he hablado con él ni por teléfono», afirmó en conferencia de prensa al ser consultado sobre si en esta campaña ha tenido contacto con el líder venezolano y si ejecutaría estatizaciones o impondría controles en el marco de su proyecto de izquierda.
«El modelo nuestro, lo que vamos a llevar a la práctica en México, es algo que tiene que ver con nuestra realidad, yo les diría que es un modelo a la mexicana, no vamos a copiar modelos», agregó.
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