La crisis del principio de autoridad

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El principio de autoridad genuina está hoy, en Venezuela, debilitado. Está en crisis, en primer lugar, la autoridad de la ley, que en un régimen institucional republicano es, sin lugar dudas, la más importante de todas. Allí, donde la Constitución no es respetada, los derechos de los ciudadanos no están debidamente garantizados y la convivencia pacífica y vida política, valores supremos de toda sociedad organizada, se encuentran permanentemente en riesgo.
La autoridad de la ley, hoy en nuestro país, es desconocida por una razón a la vez simple y muy grave: Se ha despojado al Estado democrático de la voluntad de cumplirla y de hacerla cumplir. Si bien, estamos en falta los ciudadanos, está en falta, especialmente, el actual régimen que no respeta las normas constitucionales, las normas de derecho vigentes, que no se preocupa por asegurar la primacía del orden legal. La anomia -es decir, la ausencia de disposiciones jurídicas con efectiva vigencia- es una de las enfermedades más devastadoras que puede sufrir una sociedad. Hoy Venezuela padece esa enfermedad y nada indica que estemos en camino de empezar a combatir ese inquietante mal, pues,se han degradado o más directamente se han eliminado las reglas sociales.
No sólo está debilitada la ley. Está en crisis también la autoridad de los poderes públicos, que vulneran y avasallan sus respectivas esferas de competencia. Por un lado, se reiteran violaciones del principio que garantiza la independencia del Poder Judicial, proveniente del régimen anacrónico que viene gobernando al país desde hace 14 años,con poder absolutista en lo político, inepto en lo administrativo y orgánicamente incapacitado para dar una respuesta afirmativa a las interrogantes de vida y economía que tiene planteada la nación. Por el otro, existe también un permanente desconocimiento de la autoridad del Poder Legislativo, debido a que el presidente del mismono cesa en sus desembozados avances sobre aquellas esferas de responsabilidad que la Constitución de la República consideró exclusivas de la Asamblea Nacional.
Está en crisis, asimismo, la propia majestad del órgano rector y máxima autoridad del Poder Electoral, ha violado los actos y principios constitucionales dirigidos a garantizar el derecho al sufragio, la participación política y la soberanía popular en las recientes elecciones presidenciales del 14 de abril, pues no ha permitido que se conozca la ilegitimidad del actual gobierno o si se efectuó cumplidamente el valor de un consenso manifestado libremente por hombres autónomos y conscientes que da lugara la legitimidad.En un sentido muy amplio, es bueno recordar que la legitimidad no se subsume en la legalidad; la sobrepasa.
Hay que dejar de buscar culpables históricos. El principio de autoridad debe retornar de la mano de la reconciliación, de la superación de los enconos del pasado, del encuentro de cada venezolano con su propia esencia y con sus mejores tradiciones históricas.Necesitamos volver a ser la Venezuela que cree en sus propios valores y confía en su propia capacidad de recuperación de los ideales que presidieron, hace dos siglos, su nacimiento a la vida independiente.

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