El secretario de Estado John Kerry viajó a Catar este viernes en una misión para coordinar con los aliados los próximos pasos en la asistencia a los rebeldes sirios por parte de Estados Unidos.
Kerry inició en Washington una gira de 12 días que incluirá reuniones con su aliado emergente India, una conferencia regional de Asia en Brunei y su último intento de reactivar el proceso de paz en Oriente Medio.
Estados Unidos se ha comprometido a reforzar el apoyo a los rebeldes después de declarar que Asad desafió las advertencias de no utilizar armas químicas, pero el presidente Barack Obama mantiene la cautela, antes de comprometerse en un conflicto crecientemente sectario que ha llegado a cobrar casi 100.000 vidas.
«La meta de la reunión es ser muy concretos sobre la importancia de cada tipo de asistencia que brindan los 11 países … a fin de que sea totalmente coordinada y pase sólo a través de la coalición opositora siria», dijo un alto funcionario estadounidense.
En el grupo «Amigos de Siria» participan Jordania, Egipto, Catar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia y Alemania.
En tanto, el presidente ruso, Vladimir Putin, defendió el envío de armas de su país al presidente sirio, Bashar al-Assad, y dijo que Occidente no debería proveer arsenal a las fuerzas rebeldes sirias porque entre ellas hay grupos «terroristas».
«Si Estados Unidos (…) reconoce a una de las organizaciones clave de la oposición siria, Al-Nusra, como terrorista (…) ¿cómo puede uno enviar armas a esos miembros de la oposición?», dijo Putin en una aparición con la canciller alemana, Angela Merkel.
«¿Dónde terminarán (esas armas)? ¿Qué rol jugarán?», agregó el mandatario desde San Petersburgo.