Planteamientos Riesgos del conflicto universitario

En entrevista con la periodista Vannesa Davies, en el Programa Contragolpe (martes 18/0613), el titular del MPPEU, Pedro Calzadilla, reitera lo que hasta ahora ha sido el criterio del gobierno con relación al conflicto universitario. Se atendió la demanda de ajuste salarial que estaba pendiente, en función de los recursos financieros disponibles; se trató de un gran esfuerzo que en modo alguno planteó el desconocimiento de los derechos de los trabajadores universitarios; en lo inmediato, ya la Asamblea Nacional debe estar aprobando el crédito adicional y, luego de cumplir el procedimiento administrativo correspondiente, se procederá a cancelar lo correspondiente a esta primera fase, con retroactivo a partir del primero de enero de este año.
A nuestro modo de ver, fue insistente la entrevistadora en la pregunta: ¿Sr ministro, se tomarán medidas con relación a los trabajadores de las universidades que han paralizado sus labores? Ante lo cual, el entrevistado eludió la respuesta, insistiendo, por su parte, en que no se justificaba dicha paralización, la cual incluso, se acometió desde antes de las elecciones del 14 de abril, en términos parciales. También aclaró que constituye una manipulación la idea de la intervención universitaria.
Igualmente, el Viceministro de Planificación Estratégica del citado despacho, Humberto González, refiriéndose al tema, el mismo día, en el programa radial Pueblo Universitario, por la emisora Alba Ciudad 96.3 FM, ratificaba que el preacuerdo sobre las tablas de ajuste salarial ya había sido refrendado por el Presidente Maduro, como parte del instrumento jurídico que se discute (la Convención Colectiva) y que aplica para todos los trabajadores y trabajadoras del sector. Agregó, con respecto al paro indefinido, que representa un 15% del sector universitario.
De esta manera, el balance de las acciones promovidas por los gremios nucleados alrededor de la FAPUV y su impacto sobre el gobierno, hasta el momento de escribir este artículo, es claro: se mantiene inmodificable la política gubernamental, pese a las medidas de presión adoptadas. Luego de la marcha universitaria en Caracas y la consiguiente reunión Autoridades Universitarias- FAPUV- MPEEU, la incorporación de las universidades autónomas al paro indefinido y la huelga de hambre, (se espera por evaluar la caminata Barquisimeto – Caracas), aparte del efecto “mediático” logrado, no ha conseguido movilizar el criterio del gobierno con respecto al objetivo de discutir las Normas de Homologación.
El balance de las acciones gremiales incluye lo que en artículo anterior denominábamos la administración del triunfo, el cual incluye por parte de los sectores firmantes del citado preacuerdo, el despliegue comunicacional para explicar las bondades del mismo y sensibilizar a la opinión pública mediante una contraofensiva que apunta a defenderlo en la calle, “con las universidades abiertas, con todos los trabajadores en paz y armonía, dándole y garantizándole los servicios estudiantiles a nuestro pueblo venezolano”, según se ha expresado.
En el seno de las universidades en conflicto, dada la pluralidad existente, no puede hablarse de una totalidad de profesores, empleados, obreros y estudiantes que están sumados con presencia activa. La propia dinámica que esbozamos, el tiempo consumido, los resultados obtenidos y la política de desgaste aplicada por el gobierno, acrecientan los riesgos atentan contra la posibilidad de alcanzar los objetivos propuestos, dentro de una estrategia gremial que comienza a ser percibida como equivocada y extemporánea. Máxime cuando, se habla de “radicalizar el conflicto”, ignorando que se está en ejecución de las medidas extremas como son el paro indefinido y la huelga de hambre.
Se advierten, además, signos de confrontaciones internas (incluyendo agresiones físicas) producto de las diferencias en el preacuerdo laboral. En nuestra modesta opinión, con base en lo expuesto, entre otros factores, pareciese que uno de los escenarios que se vislumbra como más cercano es la continuidad del conflicto hasta finalizar el mes de julio, sin que el gobierno modifique su actitud y su política, a la espera de la reincorporación. Lamentablemente, no hay atisbo alguno por parte de la dirigencia tanto gremial como académica, en cuanto a plantearse la administración de la derrota como escenario directamente proporcional al incremento de los riesgos del conflicto universitario.