El mayo francés y la Venezuela de hoy

Fue conocido como la segunda revolución francesa o “El despertar de la Francia”, movimiento capitaneado por los estudiantes, al cual se plegó posteriormente la clase obrera, con la finalidad de obtener reivindicaciones estudiantiles y socioeconómicas, fundamentados en que el “Imperialismo Fascista de la URSS Stalinnista” había sacrificado por más de una década, a toda una generación de estudiantes e intelectuales librepensadores y la clase obrera seguía siendo sometida a la explotación del hombre por el hombre.
La nueva filosofía de la masa estudiantil francesa estaba siendo guiada por el filósofo y sociólogo alemán Hebert Marcuse con su obra “L´homme unidimentionel” (El Hombre Unidimensional) y por el filósofo y novelista francés Jean-Paul Sartre, autor de L´Age de Raison o La Edad de la Razón y Le Diable et le Bon Dieu o El Diablo y el buen Dios.
Por ello, los estudiantes pletóricos de un auténtico potencial democrático, exigieron una profunda reforma de la educación universitaria y de toda la sociedad francesa; lo cual les llevó a establecer una alianza entre los intelectuales y la masa obrera, donde todos estaban obstinados de la indiferencia de los dirigentes gubernamentales de esa época, que no mejoraban el sistema educacional universitario y espoleaban a la clase laboriosa y obrera.
Dicha explosión revolucionaria tuvo como epicentro al famoso “Quartier Latin” o Barrio Latino de París, por ser la zona donde se encuentra la Sorbonne como Templo del estudiantado francés; estallido que se efectuó el día 13 de mayo de 1968 y estremeció no sólo a Francia sino al mundo entero, incluido nuestro país. Movimiento que tuve la suerte de vivirlo in vivo, al encontrarme efectuando mi postgrado en el Instituto Pasteur. Pero deseo recordar que las consecuencias de esa explosión estudiantil terminaron el 2 de junio con las siguientes consecuencias de repercusión internacional:
1. Establecimiento de un nuevo diálogo.
2. Eliminación de la “leucemia inflacionaria”.
3. Decapitó al chancro del socialismo-fascista mal entendido y a la soviética.
4. Transformaron el modelo cultural universitario.
5. El colocar dirigentes intelectuales como guías de la sociedad, que les permitieran salir de la sumisión tecnológica y cultural para el fortalecimiento del país.
6. Acabaron con el autoritarismo de los irresponsables y estimularon la competitividad industrial.
7. Suprimieron la diferenciación entre gobernado y gobernante de la Rusia stalinnista y fascista.
8. Las universidades deben ser “el campo de batalla de la inteligencia”, de lo que depende el dinamismo industrial y sociocultural. Todo esto se logró sin odio ni terror mediante un diálogo farterno y constructivista. Y eso es lo que proponemos los venezolanos demócratas. !Voilá¡