La Reina de las 39º ferias ganaderas de Carora, María Daniela Oropeza González, como buena descendiente de ganaderos es una apasionada de los caballos y es por ende una amazona formidable. Ella es terapeuta del lenguaje, egresada con honores del IVAL (Instituto Venezolano de la Audición y el Lenguaje) y se especializó en tratamiento y diagnóstico de la disfagia, es decir su labor es ayudar a niños con dificultades para hablar. Actualmente cumple esta misión en el Invedin (Instituto Venezolano para el Desarrollo Integral del Niño).
María Daniela es hija de Ambrosio Oropeza Herrera y Stella González, ambos pertenecientes a familias vinculadas con el sector agropecuario. Realizó un posgrado en la Universidad de Connecticut y tiene en planes editar un folleto sobre los aportes de la equino terapia en la evolución verbal de los niños especiales.
A este respecto nos dice: “La relación del hombre y del caballo es milenaria y por ello existe una transmisión recíproca de información que va más allá de las instrucciones que se dan a nivel de riendas y piernas, es algo más profundo que toca las áreas esenciales del sistema nervioso. De hecho quienes montamos a caballo sentimos que cuando cabalgamos somos una misma forma de vida integrada en los ritmos del trote. Creo que esta vinculación estrecha entre ser humano y equino sirvió de inspiración en la película Avatar, en la cual jinetes y animales estaban conectados biológicamente.”
“Los caballos -dice María Daniela- en verdad son parte de nosotros al momento de estar sobre ellos, allí logramos una comunicación intensa mediante la cual damos y recibimos calor y afecto, algo que experimentan los niños especiales y que yo llamo amor. Por eso digo que los caballos saben darle amor a los niños especiales, donde se presenta en muchos casos problemas de Disfagia, área específica a la que me dedico.
Perspectivas para las ferias
Las ferias son un acto de amor del caroreño con su tierra y sus animales, aseguró María Daniela Oropeza. Estas jornadas en las cuales una vez al año se dan las gracias al Santo Patrón son igualmente milenarias, es algo que está inscrito en el código genético de todos los pueblos dedicados al trabajo agropecuario. En Carora todo el mundo ha heredado esta condición ancestral, por eso no hace falta que se tengan o no animales de pastoreo, aquí todo el mundo ama a las vacas, a los chivos y a los caballos porque tenemos con ellos una relación que va más allá de lo económico, es una relación poderosa que llevamos en la sangre y en la memoria colectiva. Espero que estas Ferias sean tan buenas, hermosas y fraternales como las del año pasado. Con ese sentimiento invito a todos los larenses para que nos acompañen”.