El arquitecto y diseñador urbano Orlando Rivas también fijó su posición con respecto a la decisión del Gobierno nacional de arrebatarle la Flor de Venezuela a la Gobernación de Lara, al alegar que esta obra se mantiene activa en función de la gran cantidad de eventos que se realizan en sus instalaciones, los cuales responden a una dinámica social espontánea, democrática y plural. Es visitada por niños, jóvenes, adultos y abuelos, sin distingo de credo, raza, posición social o pensamiento político.
Reconoció que siente el temor de que se imponga un cambio social dentro y fuera de la estructura arquitectónica, a consecuencia de posibles movilizaciones de carácter político, dirigidas y no espontáneas.
“Teniendo una situación política como la que tenemos, de polarización, la nueva dinámica de la Flor podría excluir a más del 50 por ciento de la población, porque en Lara la mayoría de los ciudadanos simpatiza con la opción opositora”.
Agregó que tiene razones para sentirse temoroso ante este posible panorama “porque esa fue la suerte que corrió el movimiento cultural que se venía consolidando en el Teatro Teresa Carreño, antes de pasar a manos del Gobierno nacional. Ahora, los que piensan distinto no pueden participar en las actividades programadas en este recinto porque están saturadas de preceptos socialistas. Esto no puede seguir pasando porque esos espacios deben ser de todos los venezolanos, de un profundo estado democrático”.
Propaganda inútil
Orlando Rivas calificó de irrespetuoso que los gobiernos de Venezuela estén “obsesionados” con la propaganda política.
A manera de reflexión, comentó que en ciudades japonesas como Tokio y Seúl “no hay ni un solo letrero, foto o valla alusivo a determinada institución pública, partido político o líder gubernamental. Es algo enfermizo a lo que se enfrentan nuestras ciudades. Todo se politiza, todo tiene vallas. Las propagandas no hacen falta. La ciudad es para los ciudadanos. Cuando les quiten esas cosas, el venezolano se apropiará más de los espacios públicos. Ojalá este fenómeno no ocurra en la Flor de Venezuela”, precisó antes de recordar que la politización de los iconos urbanos de las ciudades nunca ha dado buen resultado.
Causas y consecuencias
¿Por qué está en mal estado la Flor de Venezuela? Una de las preguntas que hoy se formulan muchísimos larenses y figuras gubernamentales; y Rivas tiene una respuesta.
“Porque se le han negado los recursos a la Gobernación. En consecuencia, las autoridades hacen lo que pueden y no lo que quieren”.
A juicio de este diseñador urbano, las posibilidades de que la Flor luzca más bonita son mayores si es regentada por la Gobernación del estado, debido al carácter local de acción de esta instancia de gobierno.
“No me quiero imaginar el escenario en el cual el Ministerio de Turismo asuma, como una función primordial, mantener las cosas que se deterioran en el país. Este organismo debe dedicarse a promover la instalación de hoteles, incentivar a las alcaldías para que las ciudades se vean limpias, atractivas y que los elementos urbanos sean ciudados. Si, por el contrario, decide dedicarse al mantenimiento, entonces le propongo al ministro Izarra que recoja toda la basura que está a lo largo de las carreteras del país. Eso sí ensombrece los hermosos paisajes que tenemos”.