Una investigación realizada por profesores de la Universidad del Zulia y colgada en el portal www.agenciadenoticias.luz.edu.ve, refiere que se han registrado 534 apagones en lo que va de año, lo cual significa que hay más de dos por día en Venezuela.
Desde 1998, el Gobierno Nacional ha presupuestado 50 mil millones de dólares destinados a la electricidad pero se han perdido, porque a pesar de esta enorme cantidad de dinero siguen los apagones en Venezuela.
Los problemas de electricidad en Venezuela no son recientes. La deficiencia del sistema nacional de energía se ha evidenciado con millones de apagones desde hace cuatro años en diversas comunidades a lo largo y ancho del país.
Está comprometida la calidad de la prestación del servicio eléctrico.
El impacto negativo se ha sentido en el normal desarrollo de las actividades cotidianas, industriales y comerciales en todo el territorio nacional.
Pese a la seguridad en materia eléctrica que el Estado debe garantizarle a la población, y a la urgente necesidad de que se adopten medidas extraordinarias en este campo, hasta los momentos los esfuerzos del gobierno son ineficaces y el problema se agrava.
El ingeniero eléctrico Raúl Azparren, quien laboró en Enelbar desde el año 1964 hasta 1994, ahora en calidad de jubilado, lamentó profundamente la actual crisis eléctrica en detrimento de la calidad de vida de los venezolanos.
Un problema de conocimiento
“Históricamente fuimos los líderes en cuanto al consumo de energía per-cápita, pero ahora es un pecado mortal continuar disfrutando de este servicio como se hizo antes”, dijo Azparren.
Significó que los venezolanos fueron los primeros en desarrollar un sistema hidroeléctrico, ubicado en el río Caroní, y de emprender con esmero un proceso de transmisión eléctrica mediante líneas de alto poder para cubrir la demanda en el país.
Para el especialista, uno de los más acentuados inconvenientes que golpearon la estructura eléctrica nacional y la llevaron hasta las actuales deficiencias ha sido el desplazamiento de hombres y mujeres con un alto nivel de conocimiento dedicados por completo a esta industria.
“Por el contrario, teníamos el conocimiento y la gente sabía lo que hacía. Lamentablemente esos trabajadores calificados fueron desplazados por otros que no poseen experiencia, lo cual trajo las conocidas consecuencias en el sector en detrimento de los habitantes de este país”, manifestó.
Sostuvo además que antes se gerenciaba en función de una planificación eléctrica permanente y bien estudiada, con mucha antelación para evitar el colapso del sistema y para llevar a cabo a tiempo las inversiones a objeto de disminuir costos como parte de la dinamización de la empresa, pero esta labor se dejó de hacer hace catorce años porque la gente que está al frente no conoce con precisión las funciones, pese a que forma parte esencial de las tres fases del sistema.
Por tal motivo el sistema eléctrico nacional está atrasado y el pueblo recibiendo las consecuencias de esta equivocada gerencia.
Las plantas no solucionan
A raíz del progresivo deterioro de la electricidad en Venezuela, cuyo costo pagan todos los sectores de la vida en este país, el gobierno se dispone a la instalación de plantas eléctricas pequeñas de emergencia, lo que suma otro problema, la contaminación del ambiente con la emanación de monóxido de carbono, en lugar de utilizar energía del sistema hidroeléctrico.
A criterio de Azparren, estas plantas serían sometidas a permanente funcionamiento y requerirán riguroso mantenimiento, no obstante, desestima que el Gobierno brinde esta atención para impedir que estos equipos tengan rápido desgaste.
Indicó que el Gobierno debería invertir en el proyecto de Tocoma, ubicado en el río Caroní, y en el proyecto de Planta Centro, en el estado Carabobo, por tratarse de dos sistemas de generación que a la larga serían la solución al problema.
Deploró que ambos llevan 14 años paralizados y no se habla sobre su puesta en funcionamiento.
Demanda en Lara
El estado Lara requiere alrededor de quinientos megavatios, pero se genera aproximadamente la mitad en la entidad, expuso.
El resto de la electricidad proviene de la generación hidroeléctrica, aunque estos datos no se conocen oficialmente desde que en Caracas cerraron la Oficina de Planificación del Sistema Interconectado que registrada las estadísticas, acotó.
Cuestionó que la empresa eléctrica nacional maltrate salarialmente a sus trabajadores al no cumplirle con sus obligaciones laborales, tales como el contrato colectivo y deudas gigantescas que mantiene con los mismos, luego de haber sido una de las empresas más eficientes del sector público, que tenía una extraordinaria relación con los trabajadores.
Años de recuperación
Raúl Azparren aseguró que no será nada fácil la recuperación del sistema eléctrico a mediano plazo, como tampoco recobrar los altos niveles de eficiencia que tenía la empresa cuando estaba dirigida por personas que saben y conocen este sector tan importante para el país para la prestación de un servicio necesario para la vida de todos los ciudadanos.
“No soy nada optimista con los planes anunciados por el ministro Jesse Chacón para cien días, ya que no ha mostrado un solo proyecto consistente, ni una programación clara de lo que se debe hacer, respecto a la generación y transmisión de electricidad”, determinó.
¿Aumento de la tarifa?
Azparren está de acuerdo con que se aumente la tarifa de electricidad en Venezuela, “porque lo barato se derrocha”.
El Gobierno ha dicho que los venezolanos no tienen conciencia sobre el uso de la electricidad y por ello la derrochan, sin tomar en consideración que este servicio está demasiado barato.
Reiteró que si la electricidad se sigue regalando, sin que se pague su verdadero costo, continuará el derroche.
Una muestra de ello es el costo mucho más elevado del servicio de aseo urbano, en comparación con el bajo cobro por concepto de la prestación del servicio eléctrico, cuya deficiente recaudación no le permitirá a la empresa disponer de suficiente dinero para realizar las respectivas inversiones.
Datos
El 8 de mayo, Jesse Chacón presentó su plan de 100 días para solventar la crisis energética, el cual consistía en generar una disponibilidad adicional de 2 mil megavatios de reserva en este periodo que permita iniciar un programa de mantenimiento y modernización de la red de transmisión y distribución.
Prometió que al final de este tiempo, presentaría al país un nuevo modelo tarifario escalonado, que tiene como fin la “racionalización del uso de la energía”. A partir de un estudio que determine el gasto promedio por usuario -casa, apartamento, industria, centro comercial-, el Estado puede “subsidiar” el servicio si el gasto está dentro de los parámetros. Pero si alguien decidiera consumir por encima del “uso racional”, entonces tendría que pagar más, aseguró el ministro, quien prometió que “si en 100 días no hemos logrado nada, pongo mi renuncia”.
Gobierno reconoce el problema
En el año 2012, el Estado venezolano, en su deber de garantizar la seguridad de la Nación y la protección de sus ciudadanos, declaró la urgente necesidad de adoptar medidas extraordinarias en materia de energía eléctrica, siendo la primera de éstas, la aprobada por el actual presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, al declarar el Estado de Emergencia del Sistema y Servicio Eléctrico Nacional, por un lapso de noventa (90) días (prorrogable por igual período), según consta en el Decreto número 09, publicado en Gaceta Oficial 40.151, del 22 de abril de 2013.
Esta vendría siendo una acción de continuación de reconocer el problema, toda vez que bajo el gobierno del presidente Hugo Chávez, fue declarado igualmente este Estado de Emergencia, así como la deficiencia en la prestación del Servicio Eléctrico Nacional, sus instalaciones y bienes asociados.
Cabe recordar que las declaraciones oficiales para referirse a los apagones estuvieron directamente relacionadas, por una parte, a supuestos sucesos naturales que habrían afectado las cuencas hidrográficas, restringiendo a su vez el aporte de agua a los embalses destinados a la generación hidroeléctrica, lo que provocaría una caída en el abastecimiento de electricidad al sistema eléctrico nacional; y por otro lado, al presunto aumento en el consumo de energía eléctrica, por lo que se hizo necesaria la difusión de programas dirigidos a la población a fin de estimular el uso eficiente y el ahorro de electricidad.
Dicha declaratoria de emergencia fue dictada por un lapso de sesenta (60) días, en el decreto 7.228, publicado en Gaceta Oficial. 39.363 del 8 de febrero de 2010, lo que posteriormente, fue objeto de sucesivas prórrogas, según consta en el Decreto 7.357, de la Gacera Oficial 39.399 del 08 de abril de 2010 y en el Decreto 7.462, publicado en Gaceta Oficial 39.440, del 7 de junio de 2010.
Inicio de la crisis
La crisis energética de Venezuela de 2009-2013 se refiere a un período durante el cual el país experimentó un marcado déficit de generación de energía eléctrica. La causa inmediata de la crisis fue una prolongada sequía que ocasionó que el agua en el embalse de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar alcanzara niveles muy bajos. Esto ocurrió durante una nueva ocurrencia del fenómeno climático de El Niño, que se empezó a desarrollar desde julio de 2009.
Aunque se tomaron diversas medidas para superar la crisis, una de las más polémicas fue la implementación de un programa de racionamiento eléctrico en todo el país, excepto en la capital Caracas, que fue finalmente suspendido de manera oficial en junio de 2010, debido a la recuperación de los embalses por las lluvias, y para no interrumpir la transmisión de la Copa Mundial de Fútbol de 2010.
A pesar que el 29 de agosto de ese año el embalse de Guri alcanzó su nivel óptimo, los cortes de electricidad se han seguido produciendo en el interior del país, aunque con menor frecuencia y duración, esta vez impulsados por fallas en otras partes del sistema.
La situación de emergencia eléctrica decretada por el gobierno el 21 de diciembre de 2009, fue suspendida el 30 de noviembre de 2010; no obstante, el 14 de mayo de 2011, luego de que el país experimentase dos apagones nacionales, el gobierno de Hugo Chávez anunció un plan de racionamiento temporal y reconoció que el sistema eléctrico continuaba enfrentando debilidades en la generación que no esperaban superar hasta finalizar el año.
Politizan los apagones
El problema energético fue ampliamente politizado en Venezuela: además de la sequía, el Gobierno de Hugo Chávez culpó también a sectores pudientes de la población de la crisis, asegurando que derrochaban la energía eléctrica y por ello ocurrían los apagones.
La oposición venezolana respondió responsabilizando al Gobierno, acusándolo de no haber realizado las inversiones necesarias para seguir el ritmo de crecimiento de consumo eléctrico del país, así como haber descuidado la infraestructura eléctrica, que fue completamente nacionalizada unos años atrás.
La Causa R, por ejemplo, ha recordado reiteradamente que el ministro Jesse Chacón ha anunciado un paquetazo eléctrico a la población, haciendo énfasis en los siguientes puntos:
• Solicitó 100 días de gestión para mejorar el servicio eléctrico. Le quedan menos de 40 días y los apagones continúan.
• El servicio eléctrico es pésimo, no hay inversión ni mantenimiento.
• Esta autoridad agrede a la población cuando anuncia el aumento de las tarifas ante una alta inflación. Además, anuncia racionamiento del servicio.
• No se puede hablar de aumento de tarifa eléctrica si no hay un mejor servicio y no se disminuye el número de fallas del sistema interconectado nacional.