Existen muchas razones por las cuales una pareja de novios decide contraer matrimonio. En el mejor de los casos lo hacen por amor, pero en muchos otros lo hacen por motivos que muy poco o nada tienen que ver con este sentimiento. A continuación mencionamos los más comunes:
1) Por dinero: Una chica ve que su novio tiene dinero o viceversa, y piensan que su futuro estará asegurado. Pero si la razón por la que se casaron fue el dinero, cuando éste falte corren el peligro de divorciarse.
2) Por placer: ¡Que guapo/a!, wow, me caso porque es bello o bella y quiero placer sexual. Si esa también es la razón del matrimonio, corre el riesgo de un adulterio, ya que la belleza de ese momento, se pierde con los años.
3) Por obligación: Mis padres, amigos, quieren que me case, que “me paso de edad” o me quedo para vestir santos”.
Si se toma una decisión apresurada por estas presiones, puedes tomar una mala decisión que te puede llevar a tener una insatisfacción por el resto de tu vida, preguntándote: ¿Será esto lo que Dios tenía para mí?
4) Por la libertad: Muchos jóvenes que forman parte de un núcleo familiar muy restrictivo deciden aventurarse al matrimonio como un intento por “liberarse” de sus familias de origen.
5) El embarazo: Esta razón sigue siendo, sin lugar a dudas, una de las principales causas por las que los jóvenes, en ocasiones, demasiado jóvenes, son en muchos casos prácticamente obligados a casarse, de modo que saltan la etapa del galanteo y la elección de pareja a uno de los ciclos fundamentales de la vida, el de la paternidad.
La vida en pareja es todo un reto, principalmente para la capacidad del desarrollo personal. Un reto al amor, a la paciencia, a la comunicación, a la comprensión, a la confianza, la fe, al respeto, etcétera. Es mucho más que lo que las jóvenes parejas se imaginan que es. El matrimonio es un acto de madurez que va más allá de la firma de un papel; es asumir un compromiso, es un sí a una persona y un no al resto (incluyendo a la familia de origen), y es también el primero de muchos acuerdos a los que se debe llegar como pareja.