En una final españolísima, Rafael Nadal conquistó el Abierto de Francia al derrotar a David Ferrer 6-3, 6-2, 6-3. Nadal coronó así su octavo título en este escenario, y es el primer tenista que gana ocho veces el mismo torneo de Grand Slam.
Nadal establece un récord entre los varones para el mayor número de victorias en Roland Garros, con 59, y apenas una sola derrota contra Robin Soderling en la cuarta rueda en el 2009.
Para los aficionados encantados por la victoria de Nadal en semifinales sobre Novak Djokovic en un épico encuentro a cinco sets, la final pudo haber parecido poco en comparación. Pero no para el campeón, que tras asestar el golpe ganador se hincó en el piso de arcilla y se cubrió la cara embargado de emoción. El camino de Nadal al título fue más dificultoso que lo habitual; tuvo que superar desventajas iniciales en sus tres primeros partidos y necesitó cinco sets para vencer a Djokovic.
Este título resulta especialmente grato para el español porque es la coronación de su retorno a la actividad después de una pausa de siete meses a causa de dificultades en una rodilla. Desde que volvió a las canchas en febrero tiene foja de 43-2 con siete títulos en nueve torneos, y viene de ganar sus últimos 22 compromisos.
Con este duodécimo título de Grand Slam, Nadal pasa a empatar el tercer lugar con Roy Emerson, detrás de Roger Federer con 17 y Pete Sampras 14.
Un grupo de manifestantes trató de demorar el final del segundo set. Un hombre quiso invadir la cancha cerca de Nadal con una bengala encendida y personal de seguridad lo redujo rápidamente.
Otros manifestantes, también provistos de bengalas rojas, treparon al tope de la cercana cancha Suzanne Lenglen y desplegaron un cartelón que reclamaba la renuncia del presidente francés Francois Hollande.
Las interrupciones fueron breves y nada ni nadie pudo parar a Nadal. El español apenas ha perdido un total de 16 sets en nueve años en Roland Garros. Esta vez jamás estuvo en peligro ante Ferrer.
Ambos contrincantes se plantaron en la línea de base y un intercambio fue tan largo que los fanáticos empezaron a murmurar.
Ferrer, que a los 31 años jugaba su primera final de Grand Slam, suele ganar puntos con su férrea defensa. Pero Nadal lo compensó con su habilidad, y el toque preciso de sus envíos tuvo a Ferrer a maltraer.
El superatleta Usain Bolt, que presentó el trofeo, presenció el encuentro desde la primera fila. El día fue gris, con alguna ocasional llovizna muy ligera.
Nadal no estuvo muy preciso al mismo comienzo, quizás ajustándose a las condiciones y sintiendo el efecto de las cuatro horas y media que tuvo que batallar con Djokovic.
