Pornopolítica por suscripción

“… la obscenidad es un proceso de saneamiento,
mientras que la pornografía solo aumenta la tenebrosidad”.
“Necesitamos un viagra político».
H.CH.
Henry Miller
0. La política venezolana es una sucesión de espectáculos coitales, capítulos de telenovela y hard core-deepthroat movies.
1. El público quiere ver. La gente tiene hambre de diversión, necesita entretenerse a lo grande. El show debe continuar (y no puede terminar).
2. La política venezolana ya no es posible sin la massmediatización de sus relaciones. Es un teletón agendado en capítulos y giros de cámara: ¡Patria, salchichas y rock and roll!
3. El gobierno ya no oculta su promiscuidad: ejerce el poder desde simulacros pornográficos.
4. Los focos de la opinión pública están desplazados no por la vulgarización, sino por la masificación de la vulgaridad.
5. La desnudez revela verdades de país: el gobierno mediático ya es PG+13.
6. Hojillas y boomerangs: Mario Silva es la mediatización de una podredumbre. Un leak ensayado. Y útil.
7. Huecos o trincheras: en tiempos de guerrilla, cualquier piedra agrieta los vidrios.
8. El gobierno funciona más que al nivel de la provocación, al de la estimulación. Es el show del microondas: en vivo, caliente y sin cocción.
9. Erecciones ideológicas, manuelazos comunicacionales: los políticos se instalan como modelos de agitación, excitación, eyaculación y abandono.
10. Ludopatía y cinismo: “Esto no es pornografía: es estética del poder desvestido”. En otras palabras, un montaje.
11. La opinión pública está cada vez más-mass-turbada. La estrategia oficial es la diosacanalización . Ejecútese.
12. Sesiones orgiásticas de bandas delictivas: es la hora del malandraje institucional sin censura.
13. Horario supervisado y teatro comunicacional: los canales de televisión son jineteros del apocalipsis.
14. Cosificación de los cargos públicos, prostitución de la voluntad popular: la democracia venezolana es un consuelo de masturbación.
15. En la pornopolítica por suscripción, todo tiene su precio: pay and fuck, darling.
Aquí nos enseñaron que una política sin diversión es como irse a la cama con el coito en las manos. Chávez migró los contenidos políticos al espectáculo tentador. Sus hijos hacen ahora pornografía a domicilio. Un snuff que alterna la alienación y la rabia.
Pobres de nosotros, consumidores hormonales de la exhibición.
@zakariaszafra