El fin de la oposición mediática

No hay mal que por bien no venga, dice el refrán. Es lo que cabe afirmar con la compra de Globovisión por el régimen. Veamos por qué.
1.- Con Globovisión se va la oposición mediática, lo contrario de la oposición de calle que es la requerida para la caída de la tiranía comunista y el establecimiento de una nueva democracia. Globovisión era el canal oficial de la oposición mediática.
2.- Con Globovisión se va la oposición mediatizada, lo contrario de la oposición frontal. La televisión mediatiza a la oposición imponiéndole la censura, llamándola mesura, debido al temor de cierre por Conatel. La oposición mediatizada tenía que seguir las pautas del régimen para tener acceso a la televisión.
3.- Con Globovisión se va la oposición teledirigida por los medios, que la han condicionado, debido a la inexistencia de la oposición de calle. Cuando la oposición tiene fuerza en la calle y la usa, los medios se abren a ella sin condiciones. Cuando la oposición no tiene fuerza en la calle o no la usa, los medios la condicionan. Los viejos partidos nacieron en dictadura y sin televisión, pero se hicieron fuertes en la calle y usaron su poder de convocatoria, por lo cual la tv se le rindió y puso a su servicio. Otro ejemplo: el difunto no tenía acceso a la tv en 1997, pero al hacerse poderoso en la calle se le abrieron todas las televisoras en 1998.
4.- Con Globovisión se va la oposición electorera, que era la invitada a sus programas. Por excepción algunos opositores llamados radicales eran invitados, de contrabando, por los disidentes de la línea editorial como Nitu Pérez Osuna.
5.- Con Globovisión se va la vitrina de la tiranía comunista que mostraba al mundo entero para probar que estamos en una democracia, con libertad total de expresión. Sin quererlo, Globovisión le prestaba este servicio al régimen. Ahora nadie podrá decir que no estamos bajo una tiranía, para mayor desgracia comunista, ni sostener que hay libertad de expresión y de información. La tv privada, sin excepción, está bajo el control absoluto de la tiranía comunista.
6.- Con Globovisión no se acaba la oposición; por el contrario, se pasa de una etapa a otra: termina la oposición mediática y comienza la verdadera oposición, la de calle. Los partidos tendrán que ajustarse a la realidad (no hay salida electoral) montando una organización adecuada al combate contra una tiranía, peor aún una tiranía comunista. Tendrán que organizar células o comandos simón bolívar, como lo han llamado, y valiéndose de ellos estimular y dirigir las protestas populares por sectores. La rebeldía, hasta ahora espontánea, de cada grupo o sector social debe ser encauzada por los comandos o células. Aquí está la clave para el derrumbe de la tiranía. El partido que no lo haga, perecerá. El cuento de las elecciones se acabó. Capriles lo enterró con su denuncia del fraude masivo y su demanda de nulidad.
7.- Con Globovisión se acaba la oposición que condenaba al pueblo a ser espectador, para que emerja en su lugar la que lo tenga de actor. En la que creíamos última dictadura se usaba lo único disponible para la movilización popular: multígrafo y volantes. En estos tiempos una oposición de verdad cuenta con una posibilidad infinita de recursos de comunicación alternativos de la tv-radio: internet, redes sociales, blogs, mensajerías, etc, complementados por “radio-bemba”. Es más fácil adoctrinar y dirigir multitudes. Ejemplo: la primavera árabe, que tumbó tiranías crueles y longevas.
8.- Con Globovisión se va el espejismo de democracia. Ahora todos saben que estamos bajo una tiranía comunista que nos ha sido impuesta por Cuba, de la cual El Ilegítimo es títere. Al tomar conciencia de esta realidad, la gente va cambiando de actitud. Se prepara mentalmente para todas las formas de lucha.