Antonio Canales, uno de los bailaores más prolíficos de la escena flamenca universal, está por primera vez en Barquisimeto para regalarle al público una velada inmersa en su descarga rítmica, de pasión y hechizo.
Anoche en el Teatro Juares se gestó la primera función del maestro, que encendió las tablas junto a Danzas Granada y el consagrado violinista venezolano David Moreira.
Hoy culmina el espectáculo Antojos en el referido recinto. A las 6:00 p.m. es la cita que deleitará a los espectadores que podrán apreciar una obra de vanguardia.
Para Canales, Antojos es un espectáculo puro, en el que no está filtrado por personajes. Con el montaje destila toda su pasión y revela al público que con el ímpetu flamenco es posible protagonizar una puesta en escena inigualable.
EL IMPULSO sostuvo un ameno encuentro con el extraordinario bailaor que considera a Venezuela como su segundo hogar y que en cada visita a tierra tricolor se lleva el calor y el aplauso del público, al que define como exigente y amante de lo auténtico y realizado con amor.
El también escritor, coreógrafo y director elogió al movimiento flamenco venezolano y precisó que desde su primer contacto con Venezuela, en los años 80, observó el apogeo de ese estilo que surgió en España.
Canales comentó que después de la cuna de la citada expresión (España), este país es uno de lo que más fusiones incorpora en el género.
El laureado exponente compartió sus conocimientos con las bailaoras de Danzas Granada y trasladó su encanto por la docencia a una clase magistral en la que explicó el panorama del flamenco contemporáneo e impulsó a las intérpretes del movimiento a considerar el ritmo como el elemento imprescindible en todo intérprete y siempre presente en su propuesta.
-¿Se siente más cómodo como coreógrafo o intérprete?
– A mis 50 años estoy cómodo tanto en una cosa como en otra, pero es cierto que como intérprete llevo más que como coreógrafo. Intérprete llevo siéndolo desde que era pequeño.
-¿Qué cualidades debe reunir un coreógrafo?
– Creo que el coreógrafo se va haciendo cuando pasa el pozo de sobriedad que dejan los años en ti. Coreógrafos jóvenes hay muy pocos en la historia, ya que se hace a los 40 ó 50 años. Éste se vale del bagaje, de haber trabajado con diferentes directores en varios sitios y se adquiere con la experiencia.
-¿Seguirá Antonio Canales en los escenarios?
– Siempre estaré sobre el escenario y moriré sobre él. No existe un retiro para un artista.
¿Qué otras ciudades recorrerá con sus propuestas?
– Iré a Ecuador, a Quito y Guayaquil, vuelvo a España para bailar en Madrid junto a la Orquesta de Cadaqués y mostraré Amor brujo el 30 de junio. Luego en Sevilla, en el teatro del Generalife bailaré Muerte por el santo, de Ignacio Sánchez Mejías. Voy a Japón a montar Bolero para el Emperador para festejar el aniversario e iré a Bogotá para montar Crónicas de una muerte anunciada.
Foto: Daniel Arrieta