Parafraseos

•Errar es de humanos y hacer de esos errores un hábito es aún más humano
•“Los medios que usamos deben ser tan puros como los fines que perseguimos”. Martin Luther King, Jr.
•Siendo nuestro país productor del mejor cacao del mundo, los grandes cacaos de hoy (Maduro, Diosdado, Jaua…) deberían saber cómo se bate el chocolate
•Ojalá que el video logre que el personaje de La Hojilla (ese “monstruo” creado por Chávez, como lo denomina Nelson Bocaranda)
abandone por siempre dicho programa
•Por cierto, la palabra “excremento” ha sido una muletilla para dicho personaje. El INOS debería emplearlo en aguas negras ahora que deja el cargo
•Maduro es una copia mejorada de todo lo malo del difunto
•Quien habla de otro pueda que esconda mucho más de sí mismo
•El aumento del pollo más su escasez nos está dejando en el pellejo
•Llegaron alimentos del Brasil: Muito obrigado, Vilma. Vocês são nossos amigos
•Tengo mis reservas en relación a que las reservas alcancen para 15 dias de importación. A ellos no les importa y uno se reserva la opinión que tiene de ellos
•En otros tiempos planchábamos en planchas de hierro calentadas en tres topias y a leña. Ahora uno anda como plancha e ‘chino por falta de luz y de todo
•Técnicamente hay 365 días en un año. Dependiendo de cuán ocupado estemos, esos días se irán por la escalera (tipo sueldo) o por el ascensor (tipo inflación)
•De pequeño, siempre pensé que Dios estaba inventando la pobreza con nosotros. Luego me di cuenta de que éramos su modelo con propósito: si nosotros podíamos salir de ella, otros también
•Puede que a ti no te sirva la política pero tú sí a los políticos
•Lo peor que nos puede pasar es que entremos en una diarrea colectiva después de haber oído hablar a Mario Silva. 50 millones de rollos no alcanzarían
•“No pierdas tiempo con explicaciones. La gente sólo oye lo que quiere oír”, Paulo Coelho. La Asamblea Nacional es un excelente ejemplo de ello
•Verdad que el estrés exagerado puede enviarte al cementerio pero igual su ausencia total
•Nos vamos de anécdota: En los tiempos cuando mi hermana mayor era una damita de veinte, y yo su hermanito menor, ella tenía un pretendiente que le echaba la jauría muy formalmente. Mi potencial cuñado era un respetuoso distinguido de la Guardia Nacional. Hablamos de los tiempos de la mayor efervescencia de la dictadura de PérezJiménez en la cual hasta los niños tarareábamos el hit del momento: “General Marcos Pérez Jiménez, presidente constitucional, elegido por el pueblo, con orgullo nacional”. De modo que, tener un militar de visita en casa, daba caché. Particularmente para una familia súper humilde como la nuestra. Inteligentemente, mi mama no le ofrecía cache (guayoyo) sino quimbombó (bebida elitesca tipo café) a tan distinguido personaje. Mi hermana lo recibía en el patio pues el piso del “recibo” era de tierra y muy desnivelado, lo que obligaba a que las dos únicas sillas que teníamos mantuvieran un complejo de mecedoras; además, el hombre era viejito y se podía malograr en la caída. Mi madre encomendaba la vigilancia del militar a mi perrita Yumiraide y a mi persona. Yumi era entretenida con alguna exquisita golosina y a mí me salía fina propina. Algo que recuerdo con mucha claridad eran las serenatas del militar, quien triplicaba en edad a mi hermana, y con singular prestancia, y a través de la música, pretendía acortar esa distancia. Lo anecdótico de todo esto es que la serenata la ofrecía en un tocadiscos portátil condiscos de 45RPM. Un día la serenata la inició con la canción “Despierta” cantada por Pedro Infante: “Despierta,dulce amor de mi vida, despierta, si te encuentras dormida… La verdad es que nadie lo estaba porque apenas eran las 9 de la noche y nos hacíamos los dormidos. Y como no teníamos luz, con apagar la mucurita que hacía de lámpara, bastaba.Bien, mi candidato a cuña, arrancó con esa canción pero el disco estaba rayado y a mitad de camino se trancó y lo que oíamos era: Despiert..despiert… Escuch..escuch…te veng.. te veng..te quier..te quier.. Finalmente, la ventana se abrió, el Distinguido se disculpó, mi hermana lo perdonó , pero la serenata, de ahí en adelante, por su ausencia brilló. Ah, y mi hermana en casarse desistió porque no quería continuar de niñera. Suficiente era que de mi lo fuera