Las familias que hace algunos años se alegraron cuando Inavi les hizo entrega de sus casas en el sector La Escalonada, en la entrada a Cubiro, hoy día se encuentran tristes y desesperadas porque las mismas se están cayendo y ese organismo se desatendió por completo del problema y no ha habido quien le busque solución.
“Nos ordenaron desalojar la casita porque ya se nos cayó una parte y siguen derrumbándose las paredes, pero no nos dicen a dónde podemos irnos y tampoco nos ofrecen soluciones”, declara Marlene Sánchez, de cuya casa apenas queda parte de una habitación completamente agrietada.
Ella forma parte de una de las familias de La Escalonada que no pueden dormir tranquilas porque de noche, sobre todo cuando está lloviendo, no se los permite el crujir de las paredes al agrietarse.
En el sector ya han sido desalojadas algunas casas por el peligro que representaban y quienes las ocupaban han tenido que construir ranchos en los alrededores para tener un techo.
“Nosotros vivimos en el aire porque la casa sigue cayéndose y tenemos que aguantarnos porque no tenemos para dónde irnos”, afirma Carmen Olivia de Sánchez, otra vecina.
En esas condiciones se encuentra la mayoría de residentes de La Escalonada quienes se sienten abandonados por la Alcaldía de Jiménez, la gobernación o Inavi, organismo este último que construyó ese complejo residencial y ahora no responde ante los afectados.
“Están esperando que ocurra una tragedia para después salir a decir que la culpa es de los gobiernos anteriores”, manifestó Juan Silva, vecino de la zona.
El caso es que en La Escalonada de Cubiro un considerable número de familias viven en estado de desesperación porque sus casas se están cayendo.
También esperan buenas noticias las familias de La Escalonada para salir del peligro en que se encuentran por los hundimientos y agrietamientos de sus viviendas, algunas de las cuales, como se puede constatar a simple vista, quedaron destruidas por completo mientras sus habitantes esperaban una solución.
También el preescolar
El Jardín de Infancia Cubiro, donde se le brindaban las primeras enseñanzas a unos sesenta niños, también es un riesgo. Sus paredes y pisos comenzaron a agrietarse por lo cual Protección Civil recomendó su desalojo.
Elba Escalona, representante, explicó que como el preescolar quedó sin sede consiguieron les recibieran en la Casa de la Cultura Jesús María Gómez.
Pero allí no están nada cómodos porque ese local no está en las mejores condiciones, en especial los techos que “son unos coladores”.
A ella se agregó Yoenglis Mendoza, también representante, quien hizo un llamado al alcalde Plaza o al gobernador Falcón para que se conduela de esos 60 niños que “andan del timbo al tambo” por falta de un inmueble adecuado para su jardín de infancia.
Saúl Lara, otro representante, dijo que cuando comienza a llover les llaman desde la Casa de la Cultura para que pasen a retirar a los niños porque todo se llueve y pueden enfermarse.
Los padres y representantes han presentado alternativas pero hasta ahora no han logrado nada concreto.
Ubicaron un terreno en el sector Palermo pero algunos miembros del consejo comunal se opusieron rotundamente argumentando que el mismo está destinado a un parque.
En El Higuerón está otro, de propiedad privada, considerado otra alternativa para construir un nuevo jardín de infancia que reciba las cinco secciones en que están divididos los 60 niños.
Antonio León, luchador social de la parroquia Diego de Lozada, dijo que desde la gobernación se hacen gestiones para solucionar el problema del jardín de infancia y en cualquier momento pueden llegar buenas noticias.
Es lo que esperan representantes como Elba Escalona, Yoenglis Mendoza y Saúl Lara.