¿Chávez vive?

Con motivo del reciente deceso del presidente Chávez, numerosos de sus partidarios utilizan el slogan “Chávez vive”, expresión que aún utilizan en actos públicos y privados.
Existen diversas opiniones acerca de lo que ocurre cuando el ser humano muere. Dentro del cristianismo, hay quienes sostienen que, al morir, el ser humano va al cielo, a un  infierno o a un purgatorio. Otros sostienen que, al morir, el ser humano “reencarna”  en otro ser humano superior o inferior o hasta en un animal, según sus obras buenas o malas de su vida.
La Biblia -la Palabra infalible de Dios- enseña que, cuando Cristo Jesús regrese con majestad y gloria “resucitará” a los que llevará al cielo con cuerpo glorificado y que en su tercera venida a la tierra, después del milenio, Jesús “resucitará” a los malos para su destrucción definitiva final, junto con Satanás y los demonios que son los ángeles caídos que se revelaron contra Dios en el cielo.
En obediencia a la Palabra de Dios debemos dar crédito a la enseñanza bíblica conforme a la cual el ser humano al morir “duerme” en el sepulcro hasta que nuestro Salvador Jesús regrese y que es  enseñanza diabólica aquella que sostiene que, al morir el ser humano, sale de su interior una especie de ser paralelo que es llevado al cielo, a un infierno, a un purgatorio o que deambula por doquier.
Tales enseñanzas tienen su origen en la mayor y más antigua mentira que ha seducido a millones de personas, dicha por Satanás a Eva en el Edén, cuando afirmó a ella “no moriréis” en abierta rebeldía y contradicción con las Palabras de Dios: “Ciertamente moriréis”. Desde entonces, se ha dado mayor credibilidad a las palabras de  Satanás sobre la sentencia de Dios. En consecuencia, quienes sostienen que “Chávez vive” ignoran la enseñanza divina, conforme a la cual el ser humano, al morir, nada sabe, perecen sus pensamientos y sentimientos de amor y odio, y “duerme” hasta que Cristo lo resucite para vida eterna o segunda muerte definitiva.
Eclesiastés 9:5, 6 y 10; Salmos 146:4; 115:17, 6:5; Job 14:21; 7:9-10; Génesis 3:19. Por vía de excepción, Dios ha llevado al cielo a los profetas  Enoc, Elías y Moisés y los que resucitaron con Cristo  y fueron llevados  al cielo como primicias. Génesis 5:24; Hebreos 11:5; 2ª de Reyes 2:1-11; Judas 9. Todos los demás muertos “duermen” en el sepulcro hasta el regreso inminente de Cristo Jesús.