Una enorme explosión e incendio sacudió el sábado un puerto en el sur de Irán, supuestamente vinculado con un envío de un ingrediente químico utilizado para fabricar propulsor de misiles, matando a 25 personas e hiriendo a otras 800.
Helicópteros y aviones lanzaron agua desde el aire sobre el incendio voraz durante toda la noche y hasta la mañana del domingo en el puerto de Shahid Rajaei. La explosión ocurrió justo cuando Irán y Estados Unidos se reunían el sábado en Omán para la tercera ronda de negociaciones sobre el rápido avance del programa nuclear de Teherán.
Nadie en Irán sugirió directamente que la explosión se debiera a un atentado. Sin embargo, incluso el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, quien dirigió las conversaciones, reconoció el miércoles que «nuestros servicios de seguridad están en alerta máxima debido a los casos anteriores de intentos de sabotaje y operaciones de asesinato diseñadas para provocar una respuesta legítima».
Los medios estatales ofrecieron el número de víctimas, diciendo que las autoridades identificaron sólo a 10 de los muertos, incluidas dos mujeres.
Mal manejo de materiales
“Según se informa, el incendio fue resultado de una manipulación inadecuada de un cargamento de combustible sólido destinado a ser utilizado en misiles balísticos iraníes”, dijo Ambrey.
“No se encontraba (ni se encuentra) ningún tipo de cargamento de importación o exportación para combustible o uso militar en el recinto del puerto”, declaró por teléfono a la televisión estatal. Calificó de infundados los informes extranjeros sobre el combustible para misiles.