El salario realmente no existe en Venezuela. Así, en forma tajante, lo afirma, al ser entrevistado por El Impulso, el doctor Omar Agüero, médico con 31 años de experiencia profesional y quien ejerce el cargo de Secretario Ejecutivo del Sindicato de Empleados Públicos del estado Lara.
El salario mínimo, que no se incrementa desde hace más de tres años, está fijado de manera unilateral en 130 bolívares, lo que ha afectado totalmente la calidad de vida de los trabajadores, añade. Ese pírrico monto contraviene el artículo 91 de nuestra Constitución, el cual ordena para todo trabajador o trabajadora el derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia sus necesidades básicas, materiales, sociales e intelectuales.
Hay que remarcar la palabra suficiente que contiene el texto constitucional, subraya el doctor Aguero. Y debemos insistir en ese mandato porque los trabajadores merecen vivir dignamente junto con su familia
Además del 91 tenemos que ver el artículo 89 constitucional, que habla de los principios laborales, de intangibilidad, que no pueden ser modificados y además se indica que deben tener progresividad esos derechos laborales y de irrenunciabilidad de los mismos.
Pero la Constitución no se queda en esos artículos, sino que hay uno muy importante, el cual es muy preciso al establecer que en las relaciones laborales prevalece la realidad sobre la forma y las apariencias.
Amparado en la Constitución es que el doctor Aguero asevera que realmente no existe salario, porque el monto del salario mínimo es igual a la pensión de las personas de la tercera edad.
“Equivale, como yo se lo dije hace unos instantes a mi esposa, a dos botellones de agua,” comenta al hablar con el reportero de El Impulso. “Es completamente irrisorio, porque el último costo de la canasta de 60 alimentos, correspondiente al mes de marzo, estuvo por encima de los 526 dólares para una familia de cinco personas. No ha concluido el mes de abril, pero no puede estar por debajo de esa cifra porque el dólar todos los días incrementa su valor“.
Tras una breve pausa, el doctor Agüero pregunta: Dime tú, ¿en qué cabeza cabe que una persona pueda vivir con 130 bolívares? Por eso digo que en realidad no existe el salario o la pensión. Y no existe porque la política económica del gobierno, y sobre todo la política dirigida a los trabajadores, no tiene el objetivo de beneficiarlos, sino a confiscar sus derechos. Los derechos, que se ganaron con años de trabajo, desaparecieron.
No hay un solo artículo de la Constitución en este momento que no haya sido violado, asevera. Por eso es que desde la clase trabajadora nosotros estamos solicitando al gobierno que respete los derechos que en beneficio de los trabajadores están contemplados en la Constitución.
Mienten y tratan de engañar inútilmente algunos dirigentes del gobierno cuando defienden el monto del salario mínimo y alegan que los trabajadores están recibiendo bonos complementarios, manifiesta el doctor Aguero. La escala salarial de la administración pública se construye a partir del salario mínimo.
Si el gobierno no incrementa el salario mínimo, como ha venido ocurriendo desde hace más de tres años consecutivos, no sólo acabará con el salario sino también con los beneficios laborales.
En este punto, explica que por ejemplo el bono vacacional se calcula en base al salario básico, de igual forma sucede con el cálculo del bono de fin de año e igualmente ocurre con las prestaciones sociales.
Como un botón de ejemplo indica que, hace cuatro años, un profesional universitario de la administración pública, con más de veinte años de servicio, recibía 900 dólares por concepto de bono vacacional, pero, hoy, acaso reciba 40 dólares, lo que evidencia claramente que ha perdido sus beneficios laborales.
A los trabajadores nos quitaron el salario, el bono vacacional y el bono de fin de año porque lo que estamos percibiendo no alcanza para satisfacer las necesidades básicas, apunta. Recordemos, por ejemplo, que con el bono de fin de año se podía tener el dinero suficiente para hacer los arreglos de la vivienda, adquirir los estrenos, comprar los regalos, hacer las hallacas y celebrar la Navidad y el año nuevo. Al momento, eso no existe.
Claro está, con la devaluación de la moneda y la galopante inflación que tenemos, así como por la ausencia de evaluación de la situación de los trabajadores, éstos se encuentran en condiciones deprimentes.
Como profesional de la medicina, el doctor Agüero insiste en el contenido del artículo noventa y uno de la Constitución relacionado con el salario digno y al respecto señala que si los trabajadores no tienen un salario digno suficiente, no tienen calidad de vida y, lógicamente, no tienen salud.
Los trabajadores han perdido la seguridad social y por eso vemos hoy, a todas horas y en las redes sociales, que la gente tiene que acudir a la caridad para solicitar recursos destinados a comprar los insumos médicos, los medicamentos y todo lo relacionado para el tratamiento de familiares que se encuentran enfermos.
Como se perdió la seguridad social, los trabajadores ya no tienen la asistencia de un seguro de hospitalización, cirugía y maternidad, el conocido HCM, y esa es parte de la lucha de la dirigencia trabajadora.
En este momento están más vigentes las palabras del Papa santo Juan Pablo II: “Largo ha sido nuestro sufrimiento en la lucha contra la fuerza del mal para tener una vida más digna.” En eso estamos millones de venezolanos.
Si el gobierno mantiene esa política nefasta, que se ha prolongado amargamente a los trabajadores y por ende a su familia, va a extinguir a la clase trabajadora, advierte el doctor Agüero. Y es triste en este momento recordar que con los ingresos petroleros percibidos por el Estado, la clase trabajadora tuvo la oportunidad, en la mal llamada cuarta república, de mejorar sus condiciones de vida y de profesionalizar a las nuevas generaciones.
El aprovechamiento de los recursos petroleros por parte de la clase trabajadora fue lo que generó la clase media en la sociedad venezolana; pero, hoy, lamentablemente no existe porque el país hay dos sectores sociales: los privilegiados que están cobijados por el gobierno y los pocos que conforman la élite social;, y los pobres que, según los estudios socioeconómicos, constituyen el 92 por ciento de la población, cuyos ingresos no les permiten siquiera tener alimentación adecuada.
Esa situación explica que sea diaria la lucha de los trabajadores y de los pensionados, asienta. Aquí no valen planteamientos, propuestas y súplicas porque no se respetan el marco constitucional y las leyes que rigen la república.
Próximo como está el Primero de Mayo, Día del Trabajador, esperamos que haya un acuerdo para que como ha venido analizando la tripartita, se pueda alcanzar un salario mínimo y, progresivamente, volver a recuperar los derechos laborales, ya que de lo contrario no habrá respuesta hasta que se produzca un verdadero cambio en Venezuela, enfatizó el doctor Omar Agüero.