Desde hace más de veinte años se viene esperando la conclusión del proyecto hidráulico Yacambú–Quíbor, que fue presentado en 1965 en la Conferencia Pro–Desarrollo de la Región Centroccidental, en la cual estuvo presente el entonces presidente de la República, doctor Raúl Leoni; pero, no fue sino hasta el 4 de diciembre de 1,973 cuando se dieron inicio a los trabajos de esa obra en el primer mandato del doctor Rafael Caldera, como una alternativa para suplir de agua a Barquisimeto y Cabudare, además de ofrecer el preciado líquido para el riego del valle de Quíbor.
Al dar a El Impulso sus declaraciones el exdiputado Simón Yustiz, presidente de Encuentro Ciudadano en el municipio Iribarren, dijo que la obra se encuentra paralizada y, lamentablemente, por falta de interés del gobierno nacional, no ha podido ser concluida, ya que falta muy poco para terminarla porque, prácticamente, toda la estructura se encuentra hecha.
No hay que ocultar que desconocidos han robado equipos y material, que pueden ser nuevamente adquiridos, comentó Yustiz, pero tiene que haber voluntad y decisión para concluir esa obra, ya que existe una seria amenaza de padecimiento de sed para la población barquisimetana porque el embalse Dos Cerritos, de donde procede el agua para El Tocuyo, Quíbor, Barquisimeto y parte de Cabudare, tiene un elevado nivel de sedimentación, el cual aumenta cada día.
Conviene señalar que el volumen útil del mencionado embalse es de 120 millones de metros cúbicos y se había previsto el servicio para cuando las ciudades ya nombradas alcanzaran los 745.810 habitantes, número que hace ya muchos años superó Barquisimeto.
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Hago estos señalamientos tras haber hecho consultas con los técnicos de Encuentro Ciudadano, porque nuestra organización mantiene diario contacto con la población, conoce los problemas de ella y sobre todo el del agua, ya que hay comunidades que reciben ese recurso vital una vez por semana y otras pasan muchos días sin recibirlo, manifestó Yustiz. Los especialistas advierten que si no se toman medidas para eliminar la sedimentación y se deja que pase el tiempo sin buscar alternativas, vendrá, inevitablemente, en cinco años, una situación de sed, cuyas consecuencias hay que evitarlas rápidamente porque trabajos de suministro del vital líquido son de larga duración.
No es solamente Encuentro Ciudadano en donde hay preocupación sino en diversos sectores de la sociedad de Iribarren, porque el agua es un problema muy agudo y el que pega más a la gente, prosiguió. Es por ello que aprovechando la oportunidad que nos da este prestigioso medio de comunicación social, El Impulso, elevamos nuestra voz para que se le comience a buscar solución al problema y, desde luego, se termine el proyecto hidráulico más importante de la región, siendo la primera razón garantizar un servicio insustituible. Además, tenemos otras razones, dos de las cuales quiero subrayar:
Razones históricas
Lo que hoy es Lara es un territorio muy atractivo para el desarrollo de la actividad agropecuaria desde los primeros días de la colonización española, dice Yustiz. Es de recordar que de El Tocuyo, a la que se le ha dado el reconocimiento de ser la ciudad madre porque de ella salieron los conquistadores a fundar las ciudades de la que sería la provincia de Venezuela, fue asiento de agricultores que llegaron hasta producir, además de caña de azúcar y otros rubros, trigo y con éste las acemitas, que tomaron el nombre de Tunja cuando allá las hicieron con la receta tocuyano.
La mayor preocupación que tuvieron los colonizadores fue la falta de agua para cultivar la tierra larense y hay un detalle muy significativo que debe llamarnos a reflexión: En 1768, hace ya 257 años o lo que es lo mismo, faltaban cuarenta y dos años para que se pensara en hacer nuestra república, el teniente Juan Pérez de Hurtado envió a la Corona española un bosquejo para sugerir la construcción de dos lagunas en el valle de Quíbor, justamente, para incrementar la producción agrícola en ese lugar.
No sabemos si ese detalle lo asumieron los técnicos que hicieron el estudio del proyecto Yacambú-Quíbor, pero pensaron lo mismo que el teniente Pérez de Hurtado para que el valle se convirtiera, como se está esperando, en el principal sector agrícola del estado Lara.
Razones hidrológicas
Hay que destacar que la necesidad del agua para las zonas más pobladas del estado Lara tiene su explicación muy clara. La depresión conformada por los municipios Iribarren, Jiménez y Torres, donde habita tres cuartos de la población larense, según los estudios climáticos sólo recibe 800 milímetros de lluvia en todo el año, mientras que al sur de esta región donde están los valles y las montañas, en el nacimiento de los ríos Portuguesa. Tocuyo y Sarare, las precipitaciones dejan 2.000 milímetros anualmente.
Es precisamente en esa zona donde se encuentra el valle de Quíbor, que tradicionalmente ha sido el mayor productor de rubros agrícolas del estado Lara y el cual sería mucho más productivo si contara con suficiente agua para el riego de las diversas plantaciones que a bien tengan desarrollar los agricultores, máxime cuando ha avanzando tanto la tecnología en la rama agrícola porque no sólo utiliza maquinaria muy eficiente sino que ya los satélites y los drones han sido incorporados a esa actividad en el mundo.
Agua para consumo y riego
De acuerdo con el proyecto hidráulico Yacambú-Quíbor, este tiene como finalidad la regulación y trasvase de agua del río Yacambú, de la cuenca del Orinoco, en el estado Portuguesa, hacia la cuenca del Río Tocuyo, afluente del Mar Caribe, para proporcionar 6 mil litros por segundo para el riego de 18 mil 500 hectáreas y otros 3 mil litros por segundo para consumo humano del área metropolitana de Barquisimeto. Y finalmente, expresó Yustiz, el proyecto inconcluso tiene que terminarse para garantizar el desarrollo de Lara.