Durante siete días consecutivos, han estallado protestas en varias ciudades turcas, con la gente continuando sus manifestaciones contra el arresto del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, el principal rival del presidente Recep Tayyip Erdogan, que gobierna desde hace 22 años, a pesar de la severa advertencia del presidente de que no se tolerarían las protestas callejeras.
En Estambul, la policía respondió con gas pimienta, gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a cientos de manifestantes que intentaron romper una barricada cerca del histórico acueducto de la ciudad, mientras los manifestantes lanzaban bengalas, piedras y otros objetos contra las autoridades.



Protestas desde el domingo
Cientos de miles de simpatizantes de la oposición se reunieron frente al ayuntamiento de Estambul la noche del domingo para protestar por el arresto del alcalde de la ciudad, un rival clave del presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
Un tribunal arrestó formalmente al alcalde Ekrem Imamoglu el 19 de marzo y ordenó su encarcelamiento a la espera del resultado de un juicio por cargos de corrupción.
Su detención el miércoles por la mañana provocó la mayor ola de protestas en las calles de Turquía en más de una década, en las que grandes multitudes se reunieron frente al ayuntamiento por quinta noche consecutiva. También profundizó las preocupaciones sobre la democracia y el Estado de derecho en Turquía.





Su arresto está ampliamente considerado como una maniobra con motivaciones políticas para eliminar a un importante rival de la próxima contienda presidencial, programada actualmente para 2028 y ha desatado manifestaciones, algunas de las cuales se han vuelto violentas, en todo el país. El gobierno insiste en que el poder judicial de Turquía es independiente y libre de influencias políticas.
Causas del arresto
El partido del alcalde Ekrem Imamoglu ha llamado a boicotear a las empresas que, según ellos, apoyan al gobierno de Erdogan. El presidente turco acusó a la oposición de estar “tan desesperada que lanzarían al país y a la nación al fuego”.
En su discurso ante los legisladores de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), Erdogan añadió que “el sabotaje dirigido a la economía turca será llevado ante los tribunales”.
Como alcalde de la capital económica y cultural de Turquía, con una población de 16 millones de personas, Imamoglu es probablemente el segundo político más destacado de Turquía después de Erdogan.
El arresto de Imamoglu por acusaciones de corrupción y terrorismo fue una bomba el miércoles pasado, a pesar de los recientes procesos legales contra alcaldes de distrito de su Partido Republicano del Pueblo, o CHP.
Desde 2016, cuando Erdogan enfrentó un intento de golpe, los tribunales de Turquía han ampliado su represión contra los partidos de oposición, utilizando cargos como corrupción o vínculos con militantes kurdos para desacreditar a sus rivales. Sin embargo, el gobierno dice que los tribunales son completamente independientes y niega las afirmaciones de que las acciones legales contra figuras de la oposición tienen motivaciones políticas.