En todas partes del mundo existe preocupación por el suministro de agua a las poblaciones habitadas, menos en Venezuela, donde la sedimentación y la falta de inversiones en los embalses construidos y en nuevos proyectos, inexorablemente, acelerarán la sed.
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La advertencia es hecha por el doctor Guillermo Palacios, de larga trayectoria parlamentaria, quien desde hace años ha venido insistiendo en la necesidad de que el gobierno se preocupe por la situación por la cual atraviesa el embalse Dos Cerritos, cuyo nivel de sedimentación ha sido considerado como muy elevado por los especialistas; pero, inexplicablemente, hasta ahora nada se ha intentado hacer para enfrentar el problema.
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Hay estudios técnicos que indican claramente que si no se toman medidas eficientes y oportunas, para el año 2030-2031, Barquisimeto va a tener una seria dificultad para tener agua en cantidad y calidad suficiente.
Cinco o seis años es un tiempo relativamente corto para atender un problema de esa naturaleza, máxime para una población superior al millón de habitantes, acota el doctor Palacios. Porque para ocuparse de una situación tan importante como esta, ya debieran haber comenzado a buscarse los recursos económicos y técnicos, sobre todo tomando en consideración que ya Venezuela no dispone de los ingresos que en enormes cantidades generaba el petróleo cuando la industria producía más de 3 millones de barriles diarios.
Por otra parte, en el gobierno no ha habido interés en concluir el túnel del Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor, utilizando la excusa de la falla de Boconó como un enorme peligro, cuando técnicos de otros países. como China, han construido exitosamente una obra que atraviesa 16 fallas geológicas, experiencia esta que demuestra que hoy día no hay impedimento alguno para llevar a cabo cualquier proyecto de interés colectivo.
Señala el doctor Palacios que Yacambú-Quíbor, proyectada para haber quedado lista en el 2012, no fue terminada por irresponsabilidad de este gobierno, ya que gran parte de la infraestructura fue dejada abandonada y, en consecuencia, desmantelada, motivo por el cual de comenzar nuevamente los trabajos se requerirá de una gran inversión, cuyo monto tiene que ser precisado mediante nuevos estudios y, por supuesto, requerirá más tiempo.
Lo que llama más la atención es de que del Sistema Yacambú-Quíbor, que es una obra para el abastecimiento de agua al municipio Jiménez y además servirá para el riego del valle de Quíbor que transformará a esta zona en la más importante productora de alimentos vegetales en Venezuela, sólo falta terminar el 10 por ciento del proyecto, comenta el doctor Palacios. Evidentemente, hay insensibilidad humana en quienes tienen la responsabilidad de haber concluido ese ambicioso proyecto hidrológico.
