La creciente tensión entre China y Estados Unidos ha alcanzado un nuevo nivel luego de que el portavoz del Ministerio de Exteriores de China declarara que el país asiático está “dispuesto a luchar hasta el final” en respuesta a las recientes medidas comerciales impuestas por Washington. El mensaje, difundido a través de la red social X, constituye una amenaza directa que eleva la posibilidad de un enfrentamiento más allá del plano económico.
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El pronunciamiento se produce tras la decisión del gobierno estadounidense de implementar nuevos aranceles a productos chinos, en un intento por presionar a Pekín para que colabore en la lucha contra el tráfico de fentanilo. Sin embargo, China considera que estas medidas son una simple “excusa” y acusa a Washington de utilizar la crisis de opioides como una estrategia para afectar su economía.
El Ministerio de Exteriores chino fue enfático en su postura: “Cualquiera que ejerza la máxima presión sobre China está eligiendo a la persona equivocada y calculando mal”. Pekín sostiene que ha hecho esfuerzos para cooperar en la lucha contra el fentanilo, pero denuncia que Estados Unidos ha optado por la difamación y el chantaje comercial en lugar de la colaboración.
Presupuesto militar en alza
En este contexto de creciente rivalidad, China ha anunciado un incremento del 7,2% en su presupuesto de defensa para 2025, alcanzando los 245.000 millones de dólares. La decisión fue presentada en el Congreso Nacional Popular y responde a la estrategia del país de continuar modernizando sus fuerzas armadas para afirmar sus reclamos territoriales y desafiar la supremacía militar de Estados Unidos en la región de Asia-Pacífico.
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Este incremento mantiene la tendencia del año pasado y, aunque se encuentra por debajo de los aumentos porcentuales de dos dígitos registrados en décadas anteriores, refuerza el compromiso de China con el desarrollo de tecnología militar avanzada. La expansión del arsenal nuclear, la producción de cazas furtivos y la construcción de un cuarto portaaviones forman parte de esta ambiciosa estrategia de modernización.
Las tensiones entre China y Estados Unidos, sumadas a disputas con Taiwán, Japón y otras naciones con reclamos sobre el Mar de China Meridional, han sido factores determinantes en la expansión del gasto militar chino. Mientras ambas potencias endurecen su retórica y refuerzan su postura en distintos frentes, el escenario internacional observa con preocupación la evolución de este conflicto que podría tener repercusiones globales.
