China ha identificado un enorme depósito de torio en Mongolia Interior, un hallazgo que podría cambiar el futuro energético del país y consolidar su liderazgo en tecnologías nucleares sostenibles.
El descubrimiento tuvo lugar en el yacimiento de Bayan Obo, una región ya conocida por su riqueza en tierras raras. Sin embargo, este nuevo hallazgo añade un elemento estratégico clave para la transición energética de China. Las estimaciones sugieren que las reservas de torio en el área podrían garantizar el suministro energético del país por hasta 60.000 años.
Torio: la apuesta china por la energía nuclear sostenible
A diferencia del uranio, el torio no puede utilizarse directamente para generar energía, pero se convierte en un recurso clave cuando se emplea en reactores de sal fundida. Este tipo de reactores permiten transformar el torio en uranio-233, un combustible nuclear altamente eficiente y sostenible.
China ya había iniciado la construcción de su primer reactor de sal fundida de torio en el desierto de Gobi, un proyecto experimental que se espera entre en operación en 2029, aportando 10 megavatios al sistema eléctrico nacional. De confirmarse la viabilidad de esta tecnología, el país podría desarrollar reactores a gran escala que reducirían su dependencia de los combustibles fósiles y del uranio tradicional.
El mayor depósito de torio del mundo
Según un informe desclasificado publicado por The South China Morning Post, el yacimiento de Bayan Obo podría contener hasta un millón de toneladas de torio, lo que convertiría a China en el país con las mayores reservas conocidas de este mineral.
Además, el informe señala que existen al menos 233 regiones adicionales con alto potencial de contener torio, lo que refuerza la posibilidad de que el país cuente con una fuente de energía prácticamente inagotable.
Impacto geopolítico y liderazgo tecnológico
El hallazgo llega en un momento clave para la geopolítica energética global. Con un acceso sin precedentes a este recurso estratégico y el desarrollo de reactores de nueva generación, China podría consolidarse como líder mundial en la energía nuclear del futuro.
Mientras otras potencias continúan apostando por el uranio y los combustibles fósiles, Pekín avanza hacia una era de independencia energética, basada en una tecnología que promete ser más segura, limpia y sostenible.
