Este jueves, el Vaticano anunció que el papa Francisco, hospitalizado desde la semana pasada por una neumonía en ambos pulmones, pasó una «noche tranquila» y mostró una leve mejoría en su estado de salud.
Según la Santa Sede, Francisco se levantó e intentó trabajar. «La noche fue tranquila, el papa se levantó y desayunó en un sillón», precisó en un breve comunicado matutino.
Francisco ingresó en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis el viernes pasado pero, el martes, la Santa Sede anunció que padecía una neumonía bilateral.
Fuentes cercanas al papa han asegurado que, pese a su enfermedad, el papa se sigue manteniendo informado e intentando trabajar, leyendo y firmando documentos, escribiendo y hablando con sus colaboradores.
El miércoles, la Santa Sede indicó que «los análisis de sangre, examinados por el personal médico, muestran una leve mejoría, en particular los indicadores» de inflamación.
El anuncio de que el papa sufre una neumonía reavivó la preocupación por la salud del líder de la Iglesia católica pues, en su caso, el diagnóstico es complicado, ya que al jesuita argentino le extirparon el lóbulo pulmonar derecho cuando era joven.
Sus colaboradores más cercanos y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, lo visitaron el miércoles.
Según la mandataria, que estuvo con él unos veinte minutos, el papa estaba «alerta y receptivo». Meloni afirmó que incluso «bromeó» con él. «No ha perdido su famoso sentido del humor», aseguró.
Francisco, que llegó al papado en 2013, ha presentado en los últimos años varios problemas de salud, incluyendo inflamación del colon y una operación de hernia.
Cabe recordar que Francisco se desplaza desde 2022 en silla de ruedas debido a dolores persistentes de rodillas y cadera.