“Si un hombre comete adulterio con la mujer de otro, con la mujer de su prójimo, tanto el adúltero como la adúltera serán condenados a muerte”
Levítico 20:10
Capítulo I
La influencia de las amigas
La influencia de las amigas exacerbó en Nita, la fijación por el adulterio que ya venía cometiendo en anteriores empleos, y Eureka encontró justificación en los perversos consejos de Lilia y de Jaqueline. Aunque Nita tiene sus propias perversiones inmorales, fue la vieja Lilia, quien la motivó e incentivó para que las desarrollara y se soltara el moño, para llevar una vida de adulterio y de lujuria en irrespeto a Dios, a su esposo, a sus hijos, a su matrimonio y a su hogar. Los consejos inmorales e irrespetuosos de la vieja Lilia y de Jaqueline para destruir a una familia ajena, produjeron un monstruo llamado “Nita», que se siente orgullosa del pecado y se justifica y complace en el adulterio.
Lilia una vieja que solo consume pornografía, no le pareció mejor que mal aconsejar a Nita a que aceptara las propuestas de Jorge y le fuera infiel a su esposo y se juntara gozosa en el pecado y el delito de adulterio con Jorge, de quien recibió un costoso regalo como premio por convencer a una esposa a destruir su propio matrimonio y a engañar a su esposo, abandonando las responsabilidades maritales y convirtiendo en odio maléfico el anterior amor por el hogar y el recato de mujer honesta en una pérfida sin pudor ni vergüenza. Nita veía a Lilia como a una madre sustituta, pero por sus consejos sería más preciso que la hubiera visto como una vieja prostituta y celestina, como una madame de un burdel que le entregó en bandeja de plata a una joven esposa de otro hombre, a Jorge un sujeto infernal sin honor ni valores éticos ni morales, que nunca respetó al esposo de Nita y que solo la ha hecho pecar y nada le ha dado que no sea sodomizarla.
Además fue contundente el celestinaje que Nita encontró en Jaqueline, una mujer infértil a quien Dios maldijo con no poder procrear tal como una mula. Estas cosas suceden cuando los consejos de las “amigas” no buscan construir ni preservar a las familias, ni a los matrimonios y quienes no sufren las consecuencias de esas malas ideas, las siembran en las cabezas ingenuas de las mujeres que pudieron evitarse el pecado mortal y el delito del adulterio si no les hubieran hecho caso a las amigas. Ahora Nita es una desenfrenada pecadora, una lujuriosa, sucia e impúdica mujer, que se niega a aceptar y asimilar su equivocación al hacerle caso a los consejos de una vieja inmoral que no pensó en el alma inmortal de su amiguita, sino en el calor que hierve entre sus piernas y hacerla sucumbir a la tentación del pecado.
Y Nita que se siente justificada y cree tener la razón de todo el daño que ha causado y que sigue causando, a ella y a su matrimonio exterminado por la saeta de la infidelidad, por la influencia nefasta de personajes ajenos a un hogar que tenía sus propias peculiaridades y que es obligación del resto de la gente respetar. Nita no logra entender ni comprender el mal que ha hecho a su esposo, a sus hijos y a sí misma, pues el infierno la espera aunque se haya salvado de la cárcel terrenal. Como todo insano pensamiento pecaminoso, Nita solo esperaba que una vieja con experiencia pornográfica la justificara, la autorizara y la respaldara. Y entonces Nita se metió a puta. Una de las putas de la madame Lilia.
Es importante mencionar a quien representa Lilia, cuyo nombre proviene de Lilith, fémina diabólica considerada por los textos hebreos la primera mujer de la Creación, que se configura a lo largo de la historia como la imagen última del pecado, del vicio, de la lujuria. Lilith se niega a permanecer en el Paraíso sumisa y obediente a Dios, así que se escapa y comparte su cuerpo con los súbditos de Lucifer. De modo que Lilia o Lilith se cercioró de que el alma de Nita se vaya al infierno, cuando logró que Nita ya no fuera sumisa a los preceptos de Dios.
Capítulo II
El pecado y el delito de adulterio
Estos son apenas segmentos de la historia adúltera de Nita.- En lo que constituye por parte de Nita un adulterio permanente, continuado, doloso (extremadamente intencional), muy consciente, deliberado, con saña y maldad, violatorio de las disposiciones penales que sancionan para la época con cárcel el delito para la mujer adúltera y para el coautor. Nita ha irrespetado total y absolutamente a su cónyuge, a sus hijos, a su hogar y a su familia; ha protagonizado una traición prolongada sin fecha de terminación y una burla vitalicia al sacramento del matrimonio; además violatoria de toda la prohibición sobre el adulterio contenida en la palabra de Dios.
No obstante, el esposo habiendo podido procesar por el delito de adulterio, no lo hizo; para evitar un escándalo, por vergüenza y por respeto a todo lo que Nita no respetó, ni valoró, jamás. Por esas razones el cónyuge de Nita, le evitó a la madre de sus hijos, entrar a la cárcel. Juzgue usted en el corazón de quien permanecía el verdadero amor conyugal. Y sin querer justificarlo de ningún modo, el adulterio de Nita, ha sido injusto, vulgar, inmoral, indecente por su naturaleza impía, irrespetuoso de Dios y de su esposo quien le dio la confianza de creer en ella. Por otra parte, esa no fue la formación que le dieron sus padres a Nita.
Capítulo III
Un asesinato programado
Una declaración del esposo engañado.- Dice el cónyuge de Nita: Cada día tengo la salud más deteriorada, por el aceleramiento de todo lo que he somatizado por tu indecencia e indolencia hacia mí; por lo que tú permanente, vitalicio, depravado, burlón e irrespetuoso adulterio ha causado en mi vida, desde que hiciste contacto con los sindicatos, demostrando tu vocación al pecado y al delito. Si bien ustedes tres Nita, Jorge y José son culpables de mi postración, mayormente eres tu Nita. Cuánta indecencia la tuya para conmigo aprovechándote de que no tengo dolientes y ¡que irrespetuosa! has sido de modo persistente e ininterrumpido. Te has valido Nita, de mi amor por ti para quedar impune porque pude meterte a la cárcel a ti por adúltera y a Jorge y a José por ser ellos coautores del delito de adulterio. Pero por amarte te evité que fueras a la cárcel… ¿qué clase de persona eres Nita? Tu naturaleza indecente todo lo destruyó y me está llevando a la muerte.
Capítulo IV
¿Y qué haces tú revisando mis asuntos?
¿Y qué haces tú revisando mi sistema?- Nita, haciéndole un escándalo a su esposo, casi escupiéndole y con un reclamo al que no le encontraba el esposo víctima ningún sentido, ni ningún asidero. Pero luego entendió. Es que el esposo es tardío, siempre ha sido tardío para entender los actos, las intenciones, las conductas y reacciones de Nita, toda vez que siempre equivocadamente la ha creído una persona sana espiritualmente e incluso mentalmente, y además una mejor persona que él (cuán iluso ha sido este esposo, por la ceguera del amor). Siendo Nita un disfraz de persona, siempre para desgracia de su esposo, ha creído a Nita, una persona de principios y de valores de hogar y otras veces la ha creído ingenua. Y ha resultado una vulgar puta.
Tardó el esposo en entender que Nita es una mujer narcisista y una psicópata, (los psicópatas son mentirosos, son promiscuos sexuales). Pero no fue hasta que el esposo estudió esos trastornos de la personalidad, cuando al fin pudo entender el origen de los comportamientos de Nita y dimensionar sus conductas desadaptativas, a quien con toda precisión se le puede calificar como una mujer con trastornos de personalidad. De modo que Nita no es loca, ella está consciente cognitivamente de la maldad que hace, solo que no tiene conciencia moral, está convencida de que lo que hace, su maldad y su inmoralidad, para ella, eso está bien y está correcto, sin importarte el daño que causa a su esposo. Al fin para la percepción psicopática de Nita, su esposo es un objeto, una cosa, al cual puede pisar y destruir a su antojo, y calumniar y jugar con su honor y con su prestigio y ensuciar su reputación con tal de quedar ella bien ante los demás.
Capítulo V
Características del trastorno de la personalidad narcisista
El narcisista y el psicópata son expertos en tender trampas, en mentir (son mitómanos), no tienen remordimientos respecto de la maldad y el descaro insolente de sus actos perversos. Son incapaces de experimentar culpas, son fríos y calculadores, son promiscuos sexuales, son envidiosos, son falsas personas, ante su sentido de inferioridad se enfilan en hacerse ver como superiores a los demás, sin importarles a quien destruir. Así es Nita la mujer adúltera de esta epístola.
De modo que Nita voltea entre la gente de su entorno, la realidad sobre ella, cambia y altera las versiones de los acontecimientos en los que ella es la perversa adúltera y a su antojo desfigura la verdad para beneficio de ella y se la endilga a su esposo. De tal manera que si el esposo reacciona de dolor ante las infamias de Nita; entonces los coludidos con Nita, lo miran como a un loco, que no tiene razón y peor, que no tiene derecho ni a llorar ni a sufrir (que eso es fingido), porque para Nita, su esposo no siente, o mejor dicho no tiene derecho a sentir.
Nita le dice a su esposo: ¡cómo se te ocurre sentir dolor, cómo se te ocurre llorar, cómo se te ocurre somatizar el daño espiritual y moral que yo te causo, complotada con Jorge y con José! Si es que tú esposo mío, eres menos que un objeto, no llegas ni a cosa. Eso le reclama Nita iracunda a su esposo, luego que lo somete a vejámenes y lo humilla, dejando por sentado que el esposo no es quien, que no es nadie ni nada, para ni siquiera osar, ni para revisar ni enterarse de nada de ella.
Capítulo VI
Una vida de «amor y alegría» pecaminosa
Después que Nita, con su adulterio, infidelidad y deslealtad, toda una vida ha estado burlándose de su esposo e irrespetándolo como hombre, como persona y como hijo de Dios, luego le censura que él por cortesía le haya querido aligerar para beneficio de ella en una pequeñez financiara. Pero desde luego, en estos asuntos como en toda su vida, siempre oculta cosas y está temerosa en no dejar cabos sueltos por los cuales la descubran en sus preferencias en el pecado y adulterio.
Pero el caso es que ya estaba descubierta. ¡Qué caradura es Nita! Nita ha visto a su marido y así lo ha concebido, como si fuera alguien sin importancia, olvidando especialmente que es hijo de Dios. Con su reclamo, Nita deja por sentado que los únicos autorizados para entrar a su página personal y enterarse de sus asuntos y situaciones son Jorge y José, pero le niega esa posibilidad a su esposo. Mejor dicho, le dice a su esposo víctima: tú no eres nadie (insulto narcisista).
Nita le argumenta a su esposo que él es un intruso en sus asuntos personales. Imagínate nada más Nita, cuando has sido tú quien ha entregado a Jorge (un invasor destructor de la vida de tu esposo) toda la información confidencial de su vida, de su casa, y de su hogar (y lo que has inventado para justificar tu inmoralidad). Y peor aún, Nita, te entregas tú todo el tiempo, sin respetar tu cuerpo que es templo del Espíritu Santo, y te complaces en la fornicación con Jorge y con José, cuando andan lujuriosos como demonios de Asmodeo, que es habitualmente.
Tú Nita, que has revelado a un extraño la vida y pormenores de tu esposo, le has revelado y le cuentas las singularidades de su vida, de su casa, de su hogar, y de su privacidad, a dos extraños (Jorge y José) que le han destruido la vida. Qué caradura tienes Nita, cuando te atreves a sentirte invadida por tú esposo, cuando tú y tus amantes Jorge y José han invadido la vida de un hombre desprevenido e inocente y se la han destruido. Queda demostrada la confabulación infernal al traer a una de nuestras pruebas a Asmodeo, un archidemonio, que así es como se denomina a los sirvientes del Diablo o Satanás. Esta figura, que aparece en el libro bíblico de Tobías y en el Talmud hebreo, es considerada la responsable del pecado de la lujuria.
Capítulo VII
Mutilando la vida de su esposo inocente
Ah, pero tú Nita te has sentido con autoridad para mutilar la vida y existencia de tu esposo, para enlodar su nombre, para avergonzarlo delante de sus amigos y conocidos y enfrente de tus entornos con los cuales lo mal pones (lo desacreditas) para que te vean a ti, como una inocente mujer de buen juicio moral y ético. Siendo que tu esposo es la víctima, para que te vean a ti como una víctima, cuando eres la victimaria. Le das a la gente una visión acomodaticia de los sucesos, para que justifiquen tu proceder y digan: ah, pero Nita actúa así porque su esposo es un loco.
Dicho de otro modo, te metiste a puta porque tu esposo es un loco, excelente justificación Nita. Fíjate que en el supuesto negado de que tu esposo fuera un loco en el sentido que tú quieres significar para justificarte; que sabes muy bien que no lo es, pero ni siquiera en calidad de loco tú estás autorizada para causarle daño, más por el contrario mayor ha de ser tu disposición espiritual y psicológica para causarle felicidad, protección y comprensión. Pero tu Nita, eres una persona de mucha bajeza moral y espiritual.
Tú Nita, no tienes techo moral que te detenga en tu indecencia, para respetar a nadie. Te crees sobrada y que vas un paso por delante arteramente para dañar a tu esposo. Para que lo vean como a un hombre sin juicio, cuando es un letrado, un hombre de altos principios éticos y morales y con sentido de familia, un estudioso, un hombre de la pluma (pero te conviene hacer creer que es un mentecato, porque han sabido ustedes tres depravados como escabullirse y engañarlo), que si reacciona con vehemencia por el dolor que le causas, entonces tú te quedas inmóvil y serena viendo los toros desde la barrera, para que te perciban centrada, pero el dolor solo lo siente tu esposo víctima, porque tú eres una fría y calculadora narcisista y es a tu esposo a quien has causado daño espiritual y psicológico durante toda la vida matrimonial, desde que te ibas a los Andes a encontrarte furtiva y sexualmente con José el locutor, con el pretexto de visitar a tu familia.
Desde que te encontraste con Jorge en los sindicatos y te escondías de tu esposo porque sabias que el adulterio era delito, e hiciste y protagonizaste con Jorge olimpiadas de sexo, duro, rudo y sucio. Jorge les cuenta a todos sus amigos y amiguetes; que casualmente algunos son amigos en común con tu esposo; tu amante les dice que te gusta el sexo anal, que se lo pides encarecidamente. Jorge le cuenta a su amigos, lo que hace contigo y cómo destruyó el matrimonio de un honorable hombre estudioso y sin consecuencias perjudiciales y visibles para ustedes. «O sea que todo el asunto de vuestro adulterio y el daño causado a un hombre inocente ha quedado impune».
Capítulo VIII
La trinca de inmorales
Y ustedes Nita, Jorge y José se creen buenas personas.- Ustedes se atreven a juzgar a otros, porque se creen poseedores de una pureza moral, ética y espiritual sin parangón. Cuando estando conscientes de que siendo Nita una mujer casada, tú y Jorge, tú y José, se atreven a “no darle importancia ni trascendencia al matrimonio, ni respetan al hombre inocente que desconoce a sus perpetradores pero siente el daño moral y espiritual que ustedes le infligen; a un esposo que desconoce la identidad y ubicación de sus agresores morales, espirituales y patrimoniales”. Y ¿qué es eso? Que Nita es una mujer casada, que su esposo es un hombre al que han debido respetar. Pero no, eso a ustedes les ha dado igual.
Tú Nita, no te respetas ni a ti misma, nada te ha importado que todos los docentes y la gente de los sindicatos sepan y se enteren de que andas excitada como perra en celo y maluca detrás de Jorge. El guapo, según tú. Tu coautor, en irrespetar y destruir a tu cónyuge legítimo. No eres Nita, una mujer virtuosa de la que manda la palabra de Dios debe ser la mujer casada. ¿Cómo puede alguien como tú Nita, conocer la palabra de Dios e ir en contra de sus preceptos? El matrimonio debe respetarse, la mujer adúltera hace adúltero a su esposo inocente. Y tú te quedaste pegada permanentemente de modo vitalicio en el pecado del adulterio, porque se pierde en el calendario el tiempo desde que te “dejaste coger y empezaste a coger como puta” con hombres extraños y que no fue un hecho aleatorio ni casual ni accidental, pues le diste al adulterio prolongación en el tiempo, de modo consciente, deliberado y con desfachatez.
Y no es que quiera justificar un acto de adulterio, jamás; pero no fue un desliz de una ocasión, se trata de un pecado y de una ilicitud continuada intencionalmente desde hace demasiados años y que aún el desorden moral continúa. Tiempo todo éste en el que tú Nita, has ratificado y corroborado tu pecado y tú delito de adulterio, tu deslealtad y la inmoralidad por espacio de tanto tiempo sin temor a Dios y sin respeto a tu esposo. Has dejado claro Nita, que eres una adúltera consumada, gustosa, gozosa en el pecado y en violación de los derechos humanos y los derechos legales y espirituales de tu esposo. Eso significa que amas el pecado, que te sacias y te gusta el pecado, que te creces en el pecado de adulterio y otros más adheridos a este; que te crees más lista que tu esposo porque te has sabido camuflar de gente decente siendo una inmoral. No respetaste a la cabeza del hogar que Dios te asignó.
Capítulo IX
La satisfacción del pecado y del delito
Deben estar muy satisfechos, tú Nita, Jorge y José, porque ya no le queda salud a tu esposo, a quien han venido asesinando dosificada y paulatinamente para que nadie advierta que es y ha sido por culpa e intención de ustedes tres. Casi está ciego y las neuropatías lo están destruyendo, junto al síndrome de meniere, el reumatismo, las cataratas y el edema macular. Pero claro, tú dirás que no eres culpable, que no son tu Nita, Jorge y José, responsables de su estado de salud; cuando han sido ustedes quienes le han quitado la tranquilidad y serenidad, pues han sido ustedes quienes han exacerbado su dolencias físicas y dolencias espirituales, con tu adulterio despiadado, que cuales demonios llenos de maldad, que de a poco y de a mucho, que de a poco y de a mucho, lo están llevando a la muerte.
Pero !coño! Dicen ustedes, ¿Cuándo te vas a morir venado, si con todo el daño que te hemos infligido y disparado ya es hora de que estés muerto? Muérete de pena y de vergüenza, de dolor espiritual y de daño moral. Que te de un paro respiratorio, un paro cardíaco, o un derrame cerebral. Pero muérete venado. Es que nosotros Jorge, José y Nita, somos gente de valía y hemos logrado engañar a todos sobre la malignidad de nuestras bajezas morales y espirituales , y que nadie se entere de que somos unos sucios malditos.
Capítulo X
Siempre confabulando un asesinato
Golpee a mi esposo enfermo, echándole a un lado su mano con desprecio y con indignación.- Cada vez que se enferma, y se le exacerban las dolencias a mi esposo: mismas que le he provocado y maquinado con mis maltratos y desprecios, me afinco perversamente gritándole y injuriándolo, despreciándolo e hiriéndolo en su amor propio, para lograr que al fin se muera naturalmente (en apariencia) mí víctima. Cuando un primero de enero, se le produjo un caudaloso vómito a mi esposo, por un virus que andaba (que producía fiebre, dolor estomacal, diarrea y vómito) y del cual se contagió del ambiente, ese día en la mañana amaneciendo, observaba yo como mi esposo vomitó y él en señal de auxilio me extendió la mano para buscar consuelo y mi ayuda para levantarse del piso al cual había caído.
Pero contrariamente a lo que él rogaba en su cuadro de enfermo, yo Nita lo golpee violentamente con mi mano y eché a un lado la suya con gestos amargos y despiadados en mi rostro, mostrando enojo , arrechera, mostrándome iracunda, haciéndole saber y sentir a mi esposo con mis actitudes, ¡que cómo se le ocurría ocuparme y quitarme el tiempo con su enfermedad, ¡que antojoso ha sido de enfermarse, va pues ¡ Mi esposo que no llega ni siquiera a ser ni una cosa, que no es nadie, que es menos que una basura, que no es Jorge, que no es José, porque ellos si son personas importantes en mi vida adúltera, (mis amante adúlteros e inmorales, que se cogen a las mujeres casadas como a mí (NIta).
Pero nosotros, Jorge, José y Nita no somos unos sucios ¿verdad?. Cómo se le ocurre a mi esposo vomitar a causa de sus dolencias y por qué me importuna extendiéndome su mano en solicitud de apoyo y de empatía, si es que yo Nita no soy empática. Yo Nita, soy una narcisista psicópata. ¿Por qué mi esposo se ha tardado tanto en morir, en desaparecer de este plano terrenal?, me ha limitado para poder yo Nita volcar abiertamente y sin que sea vea como una vulgaridad, mi descompostura moral con Jorge y con José; sin que nadie critique nuestras bajezas, con las cuales no he tenido reparo desde que lo conocí (a Jorge) en el Sindicato y cuando conocí de niña a José en los Andes.
Con mi doble moralidad, me gustan los hombres ajenos, pero censuro y critico a los hombres que andan con jovencitas. ¿Cuándo te vas a morir esposo? ¡Coño si has durado con vida! Cuándo te vas a morir a causa de todo el daño que te he perpetrado abiertamente solo conocido por ti como testigo de excepción y víctima, o por el daño que te he infligido veladamente y de bajo perfil, para que nadie sospeche que he sido yo Nita la que he provocado todos tus sufrimientos aprovechándome y exacerbando tu diabetes, tus neuropatías, tu síndrome de menier, tus reumatismos, tus cataratas, tu edema macular, tu soplo cardíaco. Porque he sido yo Nita, quien te he descuidado y te he malogrado para enfermarte y conseguir que te mueras, no he sido la mujer idónea de la cual habla la palabra de Dios; y por eso permití a mi hijo también narcisista y psicópata que te envenenara con un tóxico para perros.
Capitulo XI
Multiplicidad de delitos
Dice Nita: Así, las huellas no existirán de mis delitos morales y criminales en complicidad con Jorge y José, y nadie podrá achacárnoslos directamente, de que fuimos nosotros quienes te llevábamos a la muerte esposo mío. Y Nita dice: de Dios me encargo yo de burlarme, todos en la iglesia me creen una mujer virtuosa y piadosa, respetuosa de la palabra de Cristo, pero no saben cuánto daño agazapadamente le he hecho a mi esposo, junto con Jorge y José, por el doctorado en indecencia que obtuve de Lilia y de Elizabeth.
Que cuando mi esposo dice ¡me están matando!, yo le respondo, «cállate que no te estamos haciendo nada, (traducido, quiere decir, no te llevamos nada», no hagas bulla, quédate en silencio, no nos descubras, somos unos artistas del engaño y unos ganadores inmorales, te estamos destruyendo, te estamos causando pena en el corazón para que te infartes, en el espíritu para que sufras y en tu psiquis para que te vuelvas loco y no puedes hacer nada para favorecerte, no te puedes defender, porque mis amantes están ocultos cuales cobardes, pero yo Nita los pongo al corriente de tu localización y de tus privacidades y de tus vulnerabilidades y les doy luz verde para que no te hagan caso ni que te respeten como hombre, que tú no eres un hijo de Dios y que pueden seguir impunemente causándote daño, que hagan caso omiso de que tú eres una persona a la cual le están violando sus derechos civiles, humanos y espirituales.
Pero ese “no te estamos haciendo nada”, significa que nos estamos afincando en nuestros revolcones sexuales adúlteros e ilícitos ante los ojos de Dios y de las leyes de los hombres haciéndonos pasar por gente moral y ética, especialmente cristiana (dice Nita), pero te estamos mutilando la vida lentamente para no levantar sospechas de nuestros crímenes hacia ti, ni hacia Dios. Por eso no le hago caso a los reclamos de mi esposo, ni leo sus mensajes de llamado de atención donde expone toda la verdad y le digo para confundirlo que no me insulte, pero mi esposo no me insulta, sino que se defiende y me dice la verdad, lo cierto sobre la maldad, la bajeza y el daño que le hago.
A mi esposo, cada día lo estamos llevando a la muerte física por la somatización que su cuerpo hace del daño moral que le causamos y de las angustias que le provocamos con nuestros actos perversos y por el daño psicológico que le infligimos cada vez mayor y que él asume y siente como una falta de respeto a su dignidad de hombre y de esposo. ¿Pero coño, cuándo te vas a morir esposo?, sin que nadie se entere de que has muerto por la inyección continuada y artera de la maldad que hemos tejido y hecho en tu contra, Jorge, José y yo Nita.
Capitulo XII
La proyección de Nita
Yo Nita me justifico de mis pecados e inmoralidades en los pecados e inmoralidades que imputo y creo ver en los demás, porque yo soy incapaz de ver mi propio culo.- Ah, otra cosa, yo Nita la adúltera digo: Yo puedo y tengo el derecho ser adúltera, inmoral, pecadora, pero me escondo y escudo en los pecados inventados por mí que le achaco a mi esposo que pudieron ser pasajeros de un momento específico o coyuntural y no vitalicios como lo míos (él no se quedó estacionado permanentemente en pecados que me empeño en endilgarle) provocados e incentivados por mí, para hacerlo caer en descrédito, por mi falta y negación de tener intimidad con él, para que no se noten los míos. Haciéndolo ver a él como un pecador y vociferando que el culpable de mi adulterio e inmoralidades es él, cuando yo Nita forje los escenarios para que él resbalara por un despeñadero moral y no lo he logrado, porque es un hombre con convicciones morales y principios éticos blindados en su conciencia.
Entonces con eso yo Nita su esposa, me excuso, me exculpo, me exonero de mis vagabunderías, finjo que me libero de responsabilidad y me hago pasar por inocente, para seguir de ninfómana inmoral, libertina, descarada y de adúltera. Y todos me amarán como una mujer justificada en mi inmoralidad y en mi adulterio y promiscuidad, así todos entenderán (creerán entenderme) la razón por la cual tuve la osadía de quedarme embarazada o preñada ilícitamente de Jorge que es mi macho adúltero; burlándome e irrespetando a mi real esposo que es mi cónyuge, pero sin ser Jorge mi esposo legítimo, ni mi cónyuge sino mi amante, quedé preñada de él; porque yo permanecía casada con mi esposo y entenderán por qué Dios me castigó con la muerte de esa niña inocente a la que iba a llamar Guadalupe, porque fue producto de una unión carnal ilícita ante los ojos de Dios y en perjuicio del matrimonio, del hogar y de un hombre que nada les debe a mis amantes Jorge y José.
En cambio ellos, mis amantes Jorge y José, sí le deben a mi esposo, ante los ojos de Dios y ante las leyes de los hombres. Nosotros tres, Nita, Jorge y José, nos hemos gozado y recreado y chapoteado en el pecado y en el delito, pero somos inocentes, el culpable es mi esposo por existir, porque no debe estar vivo, porque no debe reclamar nada, porque debe aguantarse los cachos (los cuernos) y mis groserías y vulgaridades, porque todo lo sucio que somos Nita, Jorge y José, se lo debemos endilgar a mi esposo, quien no merece nuestro respeto ni como hombre ni como hijo de Dios.
Es que Nita, Jorge y José somos unos desalmados, unos malandros de la moral, unos pecadores infernales, unos violadores de las leyes, pero nos echamos de gente correcta, y nuestra honestidad se fundamenta en tener sexo corrido y furtivo ilegal en perjuicio y en burla de un hombre casado (con padecimientos de salud originados por nuestra culpa) sin respetar su matrimonio, porque nada nos detiene en nuestras perversiones, haciendo ver a mi esposo como el culpable de nuestras descomposturas morales y espirituales. Ah, tampoco les contaría yo a ellos, a Jorge y a José, que los engaño al uno con el otro, y que antes que con ellos me he revolcado con los representantes de las escuelas y los jardines de infancia en los que he trabajado.
Pero me la echo de decente y de correcta..jajajaja nadie me conoce realmente. Yo soy Nita y me jacto del daño que hago a mi esposo y que le he hecho disfrazada de cristiana y de mujer correcta (porque ya no sé a cuál grupo religioso meterme e introducirme y del cual formar parte, para mimetizarme entre ellos y que me crean buena persona espiritualmente digna). Yo Nita, soy capaz de perseguir injustamente a mi esposo, inculpándolo por pecados e ilicitudes que yo le he creado e inventado y que quiero que en realidad él cometa para sentirme justificada. Son muchas las trampas que le he tendido con la inventiva demoníaca, retorcida y de maldades mías y de Jorge el guajiro y de José el gocho, mis machos ilícitos. Pero mi esposo no cae muerto, que desgracia, ¿cuándo se irá a morir mi esposo?. Al menos ya se está quedando ciego “y ojos que no ven corazón que no siente”,,,jajajaja soy muy inteligente, al fin y al cabo soy una narcisista psicópata y por tanto promiscua, mala persona, tramposa y mentirosa.
Capitulo XIII
La sequía de afecto
Cuando mi esposo me pide un abrazo o un simple gesto de cariño.-Cuando mi esposo quiere darme afecto o recibir afecto mediante apenas un abrazo, yo me enojo visiblemente y despreciativamente se lo hago saber, para que entienda que únicamente Jorge o únicamente José pueden ser solícitos de mis abrazos, incluso de algún gesto de cariño, pero a mi esposo no se los doy, porque aunque es buena persona yo Nita su esposa me deleito en el pecado y en la maldad y se los niego rotundamente.
Así me lo ruegue, ni lo abrazo, ni le permito abrazarme, y si me abraza él porque le apetece por su noble corazón, entonces yo me quedo inmóvil y rápidamente me salgo y me zafo del abrazo y lo golpeo sobre sus carnes y sus huesos doloridos por sus neuropatías y el maltrato somático que a través del tiempo me he encargado que sufra y padezca, para que sienta y entienda que a mí solo me abrazan mis amantes demoníacos, solo Jorge predilectamente. Recuerdo, que cuando mi esposo estaba construyendo el hogar que siempre quiso para que la familia se sintiera cómoda; mientras él estaba ocupado en esas tareas invirtiendo tiempo, dinero y especialmente amor hacia la familia, yo Nita estaba en la cresta de la ola de mi corrupción carnal, inmoral y adúltera con Jorge y con José, y cuando mi esposo se acercaba a mí le gritaba y le despreciaba si me tocaba, para que se alejara, y sintiera mi rechazo hacia él siendo mi legítimo esposo y mi cónyuge, porque yo solo respondo con afecto a la lujuria del pecado y del adulterio. Si no hay pecado de por medio, entonces no siento placer.
Cuando una vez mi esposo, me tocó sensualmente estando yo en la cocina del hogar, le grité y lo insulté como de ordinario lo hago como una perra rabiosa, porque no quería estar íntimamente con él, porque solo le era fiel y le soy fiel y leal a mis amantes demoníacos y lujuriosos con los cuales estoy habituada a pecar, que son Jorge y José. Por eso mi esposo pretendía buscar intimidad por fuera y yo me aprovechaba de eso para señalarlo como infiel y le saboteaba sus planes, para que nunca le cuajaran, cuando era una válvula de escape de él para buscar un cariño fuera de la casa que no encontraba de mí como su mujer en el hogar.
A la postre, mi esposo no consolidaba aventuras ni relaciones, porque yo Nita me encargaba de perseguir y de amenazar a cuanta mujer pudiera llegar a mirarlo, porque yo no le daba amor, pero tampoco permitía que mi esposo lo consiguiera de ninguna mujer, pues solo yo la que hablo Nita, solo yo como mujer adúltera tengo licencia del Diablo para pervertirme sexualmente y ser feliz a mi modo; pero le negaba amor a mi esposo y lo mantenía en una extrema frustración y grande abandono íntimo a ver si él pecaba o se moría e impedía entonces yo, que mi esposo encontrarse amor en otros brazos.
Al punto que él me informó de querer hacer una nueva familia para salir del tormentoso mundo de infidelidad (donde él es el venado por el tamaño de los cuernos que yo le pongo) que yo le monto y entonces yo perseguí con una llave de tubos inmensa y pesada, a la mujer que tal vez hubiera podido hacerlo feliz pero yo no podía correr ese riesgo de que fuese feliz, y la perseguí para matarla junto a su hijita de 4 años, y no obstante siendo yo la culpable a quien deben abandonarme por mi personalidad engañosa, mitómana, adúltera y narcisista, pupila de Lilith (la vieja Lilia y de la negra elefanta Jaqueline), a mi esposo no le permitía que me abandonara, ni le permitía zafarse de mi yugo de maldad.
Pero mi esposo es un estúpido que me quiere y olvida rápidamente mis pecados y mis delitos en su contra. Tuvo que desistir de esa aspiración, de liberación porque solo yo Nita puedo ser una mujer feliz teniendo sexo inmundo permitido por Satanás, con hombres prohibidos por ser de otras mujeres a las que también yo he irrespetado y a las cuales les debo.
El quebrantamiento de Dos.– «Yo Nita declaro que no he experimentado el quebranto que merezco de Dios, pero sé que no saldré impune de mis pecados contra el cielo ni en contra y en violación de la palabra de Dios». Nosotros Jorge, José y Nita, nos hemos sabido camuflar como si fuésemos gente honorable y decente, para burlar e irrespetar a un hombre que nada nos ha hecho. Jorge y José somos los amantes furtivos de Nita, que llevamos hijos varones que seguro pagarán igual precio y mayor maldición que el daño que hemos hecho a un desprevenido e inocente esposo.
No sé qué pasa conmigo en mi cerebro (dice Nita), es que soy una mujer adúltera que no permito que me dejen ni me abandonen voluntariamente ni sanamente y sin escándalos; sino que soy yo la que decido abandonar y ser adúltera y me lo deben aguantar y perdonar y no señalar, y dejarme hacer pasar por una mujer decente, honesta, correcta y con principios morales, para poder calar en los en entornos donde quiero hacerme ver como una mujer buena y temerosa de Dios.
Capítulo XIV
Cómplice del delito de homicidio frustrado
Me alegré de no impedir que mi hijo drogadicto y psicópata que tiene mi propia personalidad insana y engañosa, le echara veneno mata gusanos a la comida de mi esposo.-. Sí, yo Nita vi cuando mi hijo le echó veneno a la comida de mi esposo y no lo puse sobre aviso, ni regañé a mi hijo. Permití que mi esposo ingiriera el alimento envenenado. Pero desgraciadamente a mi esposo solo le dio un fuerte dolor de estómago, pero como eso es común en él, de sufrir del estómago, no lo advirtió ni le dio importancia, pero el caso es que mi esposo fue envenenado por mi hijo y con tal suerte que no se murió, para mi descontento e infelicidad porque era el momento ideal para deshacerme de él. Y quedarme con mis inmorales, lujuriosos y adúlteros amantes Jorge y José, sin tener que ocultarlos más.
Para el colmo de la indecencia argumenta Nita: Ellos dos si son decentes, ellos no son sucios. Nosotros Nita, Jorge y José que en colusión hacemos maldad en contra de mi esposo, no somos sucios ni inmorales, porque al tratarse de nosotros, entonces estamos justificados y eso si es correcto. Porque mi esposo no vale nada, ni siquiera llega a ser un ser humano, porque es menos que una cosa, por eso no lo respetamos, por eso desconocemos y violamos sus derechos humanos, civiles, personales, patrimoniales, morales y legales; y a escondidas cometemos delitos en su contra. Mi esposo no es hijo de Dios, a nadie le duele, no tiene dolientes, está solo y es la víctima perfecta porque nadie reclamará nada por él, porque no tiene familia, la familia artificial no lo quiere porque es hijo de un sacerdote, y yo lo insulto y le gritó que es un loco hijo de loca, que nadie lo quiere, para que experimente dolor y quede muerto de un paro fulminante al corazón.
Pero mi esposo nunca ha pronunciado ni una palabra ofensiva en contra de mis padres, por el contrario llama respetuosamente doña a mi mamá cuando se dirige a ella y trata con admiración y cortesía de don a mi papá. Yo a mi esposo lo trato ofensiva y despreciativamente, con tono mordaz, áspero y burlón. La expresión con la que hice y hago que sus hijos lo llamen o lo traten, es un tono agresivo y nunca con la dulzura de la palabra papá. Pero a Jorgito el hijo de Jorge si le digo que llame papá a Jorge mi guapo y adultero intruso y adultero hombre infernal. Lo mismo que al hijo de José a quien le inculco llamar con amor y admiración a su papá.
Capitulo XV
Sigo el ejemplo de Elizabeth
La mujer ejemplo de Nita.- Pero es que yo Nita, quien les habla, me encanta la amistad con Elizabeth, que tiene dos maridos además de su esposo, y eso es bueno para tener sexo ilícito y demoníaco continuamente. Por eso una vez le pregunté a mi esposo qué opinaba de que Elizabeth tiene dos amantes, y él inocente sin saber que le estaba diciendo que era yo, su esposa Nita; me recriminó mi amistad con Elizabeth, jajajaja y no se dio cuenta que me estaba burlando doblemente de él y en su cara, en sus narices, y que ni siquiera le daba intimidad siendo mi legítimo cónyuge. Pero mi esposo siempre me ha creído una santa porque me abstengo de darle sexo e intimidad a él, porque lo tengo reservado para mis ilícitos amantes Jorge y José. Cuando lo que ocurría es que estaba atiborrada, saciada, jactanciosa saturada de sexo indecente y adultero que me dan Jorge y José.
Siempre le he infundido terror a mi esposo, a través de mis actos y propiciando que otros también lo traten con desprecio para que tenga miedo y sienta que no es nadie y que nadie lo respete.- Lo trato con infamia y desconsideración, para que se infarte de una vez y ya deje de existir y de ser testigo excepcional de mi desvergüenza e inmoralidad. En una ocasión mi esposo iba llegando a la casa que él me regaló afuera de la ciudad y a la que yo acostumbro invitar a Jorge, a quien le satisface grandemente no tener que comprarme una casa porque se aprovecha de la casa que mi esposo me regaló.
Es que Jorge es un tipo con suerte, hasta le robé una esclava de oro a mi esposo y aprovechando la drogadicción de mi hijo le dije mentira a mi esposo de que el hijo se la había robado para comprar droga y fue que yo se la robé a mi esposo y se la regalé a Jorge, porque aunque mi esposo se la compró para sí, con dinero fruto de su propio trabajo, esa esclava de oro; tiene más lucimiento y se ve más bonita en la muñeca de mi guapo e ilícito amante Jorge, el hombre con el cual me he condenado, que iré a las llamas del infierno por la eternidad. El estúpido de mi esposo no ha querido mandarme a la cárcel por adulterio, el cree ilusamente que mi adulterio tiene vuelta atrás, y está equivocadísimo.
No temo ni a Dios, ni al Diablo y mucho menos a las leyes de los hombres. Es que Jorge es el propio vividor, el propio chulo, nunca me ha dado nada material que no sea sodomizarme y pervertirme sexualmente; porque hasta la casa donde vivo y el celular que uso, me los ha dado mi esposo. Pero me gusta que Jorge se aproveche de mí, porque me siento abusada y eso me excita, aunque Jorge solo me ha dado una vida llena de pecado y lujuria y adulterio, por la cual he perdido mi alma y me ha hecho destruir el hogar, el matrimonio, irrespetar a Dios, e irrespetar a mi esposo, un hombre inocente, crédulo. Jorge me ha hecho irrespetar a mis hijos que están enfermos, seguramente por mis ilicitudes espirituales y que ellos inocentemente están recibiendo el daño.
El caso es que Jorge como de costumbre iba a la casa de afuera de la ciudad a buscarme porque asistiríamos a un partido de Béisbol (porque es que Jorge es un excelente beisbolista, que orgullo, me gusta lo que hace con las bolas y el bate) y luego al terminar el juego vamos a tener sexo adúltero como siempre. Pero ese día, nos encontramos en el camino a mi esposo, cuando a su vez Jorge me venía a buscar a mí a Nita en un taxi, y al ver que mi esposo perseguía el automóvil donde íbamos, le indiqué al conducir que estacionara el vehículo y enfrentara a mi esposo con grosería y a la ofensiva, que seguro mi esposo se llenaría de miedo y nos dejaría de seguir. El caso es que el muy idiota de mi esposo me quiere mucho (y yo me aprovecho de eso), además él evita los problemas y le rehuye a los escándalos, esa es la razón por la cual mi adulterio con Jorge y con José ha durado de forma vitalicia.
Capítulo XVI
Mi esposo me creía mejor persona
Cara de santa, vulva de adúltera.- Además mi esposo siempre me ha creído una mujer decente y no sabe de lo que soy y he sido capaz inmoralmente, porque no me detiene ni Dios ni el Diablo. En más de una ocasión una obrera adiestrada por mí (Nita) y con la cual me había coludido, irrespetó a mi esposo con mi consentimiento, pues ella se congració conmigo provocando a mi esposo a que se saliera de su centro y de sus casillas, impulsivamente al ser ninguneado por esa obrera, quien sin ningún consideración y apoyada por mi (Nita), le gritaba a mi esposo, las barbaridades que yo Nita había puesto en su boca, todo con la deliberada y manifiesta intención de provocar una reacción de mi esposo que justificara mis tareas de desprestigiarlo, para que lo vieran como a un loco y justificarme yo (Nita) de mis conductas inmorales consentidas por todos mis compañeros de trabajo, porque yo era la jefa.
Una vez mi esposo me iba a abastecer de alimentos y cuando lo vi llegar desde lejos hice gestos y ademanes bruscos, movimientos de alerta y prevención, agitando el celular para que tuviera miedo y no se acercara a la casa pues Jorge estaba adentro.- Sí, dentro de la casa que mi esposo me regaló estaba Jorge descansando del sexo que habíamos tenido, aun estando mi esposo casado conmigo, aun siendo yo su esposa. Yo Nita, soy capaz de esa y mucha mayor inmoralidad. Es que soy una pervertida e inmoral. Una vez mi hija, le tomó una fotografía a Jorge en el auto conmigo, y yo aprovechándome de la enfermedad de ella y por la cual la martirizo y prefiero no comprenderla; cuando estaba desprevenida le tomé su celular y le borré la foto de Jorge porque era una prueba que me incriminaba, me delataba.
Pero me siento tan satisfecha, tan orgullosa de mi listés, porque es que soy muy lista, nadie se compara conmigo, soy una artista del engaño y del sexo adúltero, le he hecho vivir a mi esposo una existencia terrible de ofensas y tormentos, y me aprovecho de que me dio una casa para meter e introducir en ella a mi adultero amante Jorge. Y a cualquiera que se me antoje, total, ya mi conducta es conocida por mi esposo y cualquier escenario puedo protagonizar, por mis osadías inmorales. Yo Nita, sé que por mi sordidez sexual y espiritual, por mi conducta inmoral, he dañado psíquica, física y espiritualmente a mi esposo. Pero ese es y ha sido mi propósito y lo he logrado.
Capítulo XVII
Invalidando a mi esposo
Me encanta invalidar a mi esposo, hacerlo sentir que es nadie.- Me deleita, me siento satisfecha y a gusto con ridiculizar y hacer quedar mal a mi esposo, desaprobarlo por cualquier cosa y hacer que sienta mi rechazo, porque yo soy una narcisista psicópata y pecadora adúltera y me gusta y complazco en que otros sientan en carne y en psiquis propias, lo que estoy conteste que soy yo misma. Por eso me la paso invalidando a mi esposo, y el muy imbécil, el muy ridículo me ama, no obstante que no le doy intimidad y saber cuán perversa persona inmoral soy. Cada vez, en cada oportunidad que puedo lo ridiculizo en público, lo desautorizo y lo hago sentir mal si veo que está alegre o agradado o cuando alguien lo saluda con afecto y con respeto, de inmediato lo invalido y lo hago sentir que no es nadie o nada, que es una mierda o una basura, para que entienda que yo soy superior a él y que él nada es, nada vale.
Cuando mi esposo va conduciendo, le grito y le meto un susto para que colisione y se mate, pues siempre he querido que muera en un accidente de tránsito, o se tire del puente, eso lo sabe él porque se lo he gritado desde el fondo de mi alma. Más abusadora y perversa si puedo ser. Si algún imprudente en la calle molesta a mi esposo, porque en la calle hay muchos locos, entonces yo me pongo de parte de su agresor y hago que mi esposo sienta que no tiene respaldo ni ayuda, para que no se sienta apoyado. Lo dejo colgando de la brocha.
En más de una ocasión conduciendo yo mi vehículo, (el cual me mandó a robar la mujer de Jorge por mi osadía de guardarlo en el garaje de su casa cuando ella no está mientras tenemos sexo el guajiro y yo ), estando mi esposo mal de salud, lo dejé botado desamparado en la vía, desfavorecido de trasporte y lo hice bajar del vehículo, por su osadía de reclamar mi adulterio. Mi esposo tiene que morir callado y no divulgar que soy adúltera, pues soy tan camaleónica que nadie le creerá. Además debería causarle vergüenza que todos sepan que una insignificante mujer con mi estampa, le he podido engañar tan astutamente y que tengo dos coautores en delito y pecado de mi adulterio. Todo un daño espiritual perpetrado por la malignidad de Lilia (Lilith) , la negra Jaqueline y Asmodeo.
No creas Nita, que Dios bendice tu unión con cualquiera de tus dos amantes adúlteros, porque ella proviene del pecado y del irrespeto a los hijos, además de la destrucción de un esposo inocente, de su salud, de su casa, de su matrimonio y de su hogar. Nadie puede pretender ser bendecido y ser feliz a costa de la infelicidad de otros y menos siendo víctimas inocentes de delitos.
La mujer sabia edifica su casa; pero la necia con sus manos la derriba.
Proverbios 14.
Dr. Crisanto Gregorio León