#OPINIÓN ¡Ahora todo tiene sentido Frankenstein! #22Ene

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Un estudio reveló que las mujeres conservan por años el ADN de sus parejas sexuales.

Diviértete, joven, ahora que estás lleno de vida; disfruta de lo bueno ahora que puedes.

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Déjate llevar por los impulsos de tu corazón y por todo lo que ves, pero recuerda que de todo ello Dios te pedirá cuentas.

Eclesiastés 11:9

Este dato te dejará con la boca abierta.- ¿Sabías que se ha publicado un estudio que revela que si una mujer tiene sexo con varios amantes, el ADN de sus amantes queda activo en el cuerpo de la mujer? Esta noticia verdaderamente abre puertas a tantas preguntas que nos dejan estupefactos. El estudio dice que la pared vaginal de la mujer absorbe espermatozoides y los adhiere al organismo de ella en forma de células. En otras palabras, adhiere ADN masculino a su ADN. Afirma la investigación que estos restos nunca desaparecen del cuerpo femenino, sino que se quedan allí de por vida. La pregunta es, ¿en qué afectan la sexualidad de la mujer? ¿Será que si esta mujer tiene relaciones con su nueva pareja, y llega a procrear, entonces ese hijo manifestará algunos rasgos del ex? ¿Será que tendrá el color de los ojos de Pedro, los lunares de Juan, la estatura de Joaquín y el pelo de Rodrigo? ¿Será que partículas de toda esa gente vienen en el cuerpo de esa mujer por toda una vida? ¿Será que una vez más la Biblia tiene razón? Huye de la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecado que una persona comete está fuera del cuerpo, pero la persona fornicaria peca contra su propio cuerpo. Primera de Corintios 6, 18.

Quimera y el quimerismo.- La palabra quimerismo proviene del término griego khímaira (χίμαιρα) «Quimera», que significa «animal que vomita llamas». En la mitología griega, Quimera era un monstruo femenino que escupía fuego, que lanzaba fuego por la boca, tenía la cabeza de un león, el cuerpo y el vientre de una cabra y la cola de un dragón o de serpiente. Según la leyenda, Quimera tenía tres cabezas, una por cada uno de los tres animales que la componían. En otras palabras, una quimera puede ser cualquier criatura híbrida. De allí proviene la palabra quimerismo y microquimerismo que explicaré y desarrollaré más adelante.

Martha Hildebrandt y el significado de «hijo de siete leches».- En su sección El Habla Culta, la reconocida lingüista nos explica: Esta frase es más o menos equivalente a “hijo de puta”, se documenta más de una vez en textos de Mario Vargas Llosa. En El héroe discreto escribe: “Tenía la desagradable sensación de que alguien lo seguía, […] hundiéndolo en la inseguridad y la incertidumbre, un hijo de siete leches…” (Lima 2013, p. 53). Y en La fiesta del Chivo se lee esta diatriba: «“Hijo de puta”, “bastardo”, “hijo de siete leches”, «tu madre, la Españolita, fue de burdel antes de ser la querida de Trujillo»…» (Madrid 2000, p. 436). De modo que mucho hay de verdad en esta frase de uso popular, al referirse a aquel que goza de las características fenotípicas, genotípicas o ambas de muchos o de todos los hombres cuyos ADN ha absorbido la madre de sus parejas sexuales.

Los hijos pueden parecerse a las parejas masculinas de la madre y no necesariamente al marido o al que se considera como el padre.-¿Imaginas que la ciencia te confirme que tú guardas el ADN de todos los hombres con los que has tenido relaciones sexuales sin protección durante tu vida? Un ADN masculino presente en ti pero ajeno a ti. Un nuevo estudio descubrió que una vez que el semen entra en el cuerpo de una mujer, el ADN de los hombres se queda en ella por muchos años. La hipótesis es que las paredes vaginales absorben una parte del semen incorporándolo a su organismo en forma de células con material genético independiente; con su propio ADN masculino. De hecho, se comprobó que en algunos casos las células llevaban más de 50 años en sus tejidos.

¿Semen imborrable? .- La Universidad de Seattle conjuntamente con el Centro Fred Hutchinson para la Investigación del Cáncer y enfermedades relacionadas, investigaban sobre las enfermedades neuronales en las mujeres, pero tuvieron otro hallazgo. Mientras hacían los estudios encontraron microquimerismo masculino en el cerebro de las mujeres. El microquimerismo es cuando se encuentra una pequeña cantidad de células de un individuo en el cuerpo de otro genéticamente diferente. Hazte cuenta que en tu cuerpo encuentran células que pertenecen al cuerpo de otra persona. Lo que no es imposible, solo que descartaron todas las causas “normales u ordinarias” del microquimerismo en las mujeres y Eureka, se descubrió que se trata del ADN de las parejas masculinas que ha tenido la fémina durante toda su vida. Los científicos descubrieron que el 63 por ciento de las mujeres que estaban siendo estudiadas tenía microquimerismo masculino en su cerebro. Es decir; células de hombres viviendo en ellas. Descartaron entonces que fuera microquimerismo heredado de sus padres o restos de sus hijos varones, o algún gemelo absorbido en el vientre o restos de un aborto; pero incluso en mujeres que nunca habían tenido embarazos. Por estas razones se llegó a la conclusión de que el sexo sin protección era la causa de la existencia de este ADN masculino en sus cuerpos. El semen se absorbe por las paredes vaginales y termina incorporándose en el organismo femenino resultando como células con material genético diferente.

La telegonía y el intercambio de ADN.- La teoría de la telegonía plantea que la descendencia o la estirpe de una hembra y un macho puede tener características de otro macho con el que la hembra se haya apareado previamente. El biólogo alemán August Weismann (1834-1914) fue el primero en usar el término telegonía. Así, los hijos pueden parecerse de distintas formas al primer amor de nuestra pareja – o a los amores adúlteros – . (Idea ya expuesta anteriormente por Aristóteles). Proponía August que los espermas que llegan al ovario después de la primera unión sexual podían penetrar en óvulos inmaduros y dejarlos impregnados. Teoría posteriormente descartada, pero al parecer con estos estudios recientes no tiene nada de loca. «Podemos imaginar que durante el coito millones de espermatozoides que contienen ADN se depositan en el cuerpo de la hembra y los que no se utilizan en la fertilización son absorbidos por la vagina. Si este ADN extraño se llega a incorporar en las células somáticas y los óvulos inmaduros, la descendencia podría mostrar esta influencia en su constitución genética, y de ese modo proporcionar otra base para la telegonía». Una influencia que dejaría su huella visible en el parecido con la anterior pareja de la descendencia engendrada con otro compañero distinto. Estudios que apoyan la telegonía: Un estudio publicado en la revista Ecology Letters encontró que el tamaño de las moscas bebés dependía de la pareja sexual anterior de la madre. Yongsheng Liu, del instituto Henan de Ciencia y Tecnología de Xiangsiang (China), publicó un artículo en la revista Gene en 2013, en el que señaló la posibilidad de este fenómeno en mujeres.

La carga genética.- Si tienes relaciones sexuales con un varón y este deposita carga genética en ti, esa carga genética se va a quedar en tu cuerpo por décadas. Y cuando tengas un bebé con tu esposo o con tu pareja, ese bebé va a ser de tu esposo en alto porcentaje, pero también va a tener partículas de ADN de todos aquellos hombres que se acostaron contigo y depositaron carga genética en ti. Si sabes a lo que me refiero con carga genética, ¿verdad? Obviamente, si esos varones nunca depositaron carga genética en ti, esto no aplica. Pero la ciencia ha demostrado que las mujeres retienen esa carga genética de todos esos hombres con los que tuvieron intimidad y esos hombres depositaron carga genética en ellas. No te enojes con el Señor de los Cielos, enójate con la ciencia. Sé que es una verdad muy incómoda de la cual no se habla mucho, porque imagínense el caos que se armaría. Pero sí deberíamos de ser más conscientes de cómo la ciencia ha avanzado y de cómo nos ayuda incluso para que ya no andemos en promiscuidad.

¡Ahora todo tiene sentido! .- Así lo expresó un padre cuyo hijo guardaba cierto parecido físico con él, pero que a la vez era un total extraño. El hijo no había copiado ninguno de los atributos de la personalidad de su padre. Incluso carecía de las cualidades éticas de las que gozaba el padre y aunque se esmeró en educarlo y en hacerlo un hombre virtuoso, el hijo resultó un Frankenstein, como si fuera hechura de restos o partes de muchos otros hombres desconocidos. Por lo que en su cerebro no tenía ninguna identidad con el padre, ni lealtad, ni respeto, ni amor, ni afabilidad, sino que lo trataba como a un enemigo, o como a uno de esos mala junta o mala conducta con los que él andaba , como si inconscientemente el hijo guardara fidelidad a otros padres o a los otros ADN de los que estaba hecho. El hijo era tal cual un ajeno a ese Pater Familia. Ni siquiera virtudes ni principios éticos emuló de su padre, como si otra información genética rechazara la buena crianza, la educación y la sana cultura. El hijo resultó una persona ruin y despreciable, desobediente , retador injurioso, con malos hábitos y malas costumbres jamás vistas en el hogar, por lo que nadie le dio esos ejemplos; es deshonesto e indecente, con escandaloso carácter, violento, desconsiderado, desaseado, mantenido, sin amor al estudio, ni al trabajo, sin perspectivas de futuro, es un parásito con una holgazanería crónica y escandalosas perversiones morales. De malos hábitos y malas costumbres, con adicciones y promiscuidad. Como dicen en Colombia es una gonorrea o una pecueca. Posee todas las características de la personalidad del propio psicópata narcisista. Recordemos que el monstruo de Frankenstein está hecho de partes de cadáveres y animales. Víctor Frankenstein, el creador del monstruo, lo animó con una chispa misteriosa.

Sin que esto constituya apología de la fornicación, otros han tenido mejor azar en el ADN de las parejas sexuales masculinas de la madre.- En esta suerte de lotería o baraja genómica de los ADN de las parejas masculinas absorbidos por la vagina de la mujer e incorporados a la genética de los hijos; hay padres que han salido gananciosos con hijos amorosos, hermosos, talentosos, cultos, educados y con alguna característica sobresaliente que enorgullece, distinta al gen o la estirpe familiar y que se diferencian notablemente para bien de la parentela de acogida. Que para algunas féminas han resultado en alegrías y para algunos padres un orgullo de tener hijos así, aunque conozcan que no hay una total identidad con ellos y que algo no cuadra al punto de afirmar: “no parece hijo mío, ni se parece a nadie en la familia”. Y ya empezaran algunos a remontarse a la semejanza fenotípica o genotípica con los abuelos paternos o maternos para encontrar alguna similitud, rememorando incluso la descendencia atávica. Sin ni siquiera sospechar que se trata de un cacho de ADN de las parejas sexuales masculinas de la madre que ha permanecido “quietecito” infiltrado en el cuerpo de ella y luego incorporado a su descendencia en perjuicio del incauto padre como un alea indeseado. Pero como he dicho, es un azar que no debe justificar la promiscuidad, el adulterio, la infidelidad y la falta de moralidad. Porque también otros males y deformaciones han sorprendido a alguna familia sin tener ninguna tara genética en la casta que justifique tales alteraciones de la herencia familiar.

La mujer ya no es la misma persona.- Por ese quimerismo o la presencia de diversas células «de machos» en su cerebro y organismo, debido a la absorción de los distintos ADN masculinos de sus diversas parejas sexuales, la personalidad de la mujer cambia o se metamorfosea. La hipótesis es que las paredes vaginales absorben una parte del semen incorporándolo al organismo de la mujer en forma de células con material genético independiente, es decir, con su propio ADN masculino. Parece que esos restos nunca desaparecen del cerebro de la mujer. Una mujer que ha tenido muchos amantes, distintas parejas sexuales masculinas; por causa del quimerismo, de esta presencia de células masculinas ajenas inicialmente a ella, de esta existencia de ADN intruso que está dentro de ella y que son células de sus diversos hombres que comportan caracteres y personalidades variadas; la mujer cambia de humor, de pareceres, de carácter, de personalidad y para ser gráfico en la explicación; ya ella no es ella, no es la misma mujer que era antes de tales encuentros; sino que ahora es todos los que dentro de ella están o se encuentran por razón de los diversos ADN que ha absorbido a través de las paredes de su vagina. Es como si se tratase de una legión, por lo cual la mujer manifiesta actitudes e inclusive juicios y criterios que no le eran propios o connaturales antes de tales encuentros sexuales, de tal suerte que ahora literalmente ella es todos ellos. Hay un cambio incluso en su percepción del mundo y de la forma en que lo afronta. Porque por efecto de ese quimerismo que es una condición en la que una persona y en este caso la mujer con distintos amantes sexuales, tiene células o tejidos con más de un tipo de ADN. Ya no es ella quien habla y actúa en puridad; sino que es otro ser amorfo, otra entidad, una combinación perversa de su ADN y los ADN de sus amantes: de Jorge, José, Benito, Kerwin, Pedro, Pablo, Jacinto, Noé y todos los que dejaron su semen, su carga genética o sus espermatozoides en su vagina. Lo que constituye un influjo maligno en el templo del Espíritu Santo.

Víctor Frankenstein está desesperado por crear una criatura a la que amar y respetar, pero se da cuenta de que su creación no responde de la misma manera.

Crisanto Gregorio León

Dr. Crisanto Gregorio León

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