Al jugador de animales
«La vida es un juego de sombras y luces,
y nosotros somos los músicos que le dan ritmo y sentido.»
Bob Dylan
(Nobel de Literatura, 2016)
«Si entendemos que la vida es un juego con múltiples finales,
miraremos cada momento como una oportunidad única.»
Kazuo Ishiguro
(Nobel de Literatura, 2017)
«En este juego de la vida, las cartas siempre están marcadas,
pero es nuestra voluntad lo que puede cambiar el resultado.»
John Steinbeck
(Nobel de Literatura, 1962)
«En el tablero de la vida, no siempre ganan los que juegan mejor,
…sino quienes se atreven a entender las reglas.»
Doris Lessing
(Nobel de Literatura, 2007)
«La vida es el juego más intenso; no lamentemos lo que nos quita,
sino celebremos lo que nos da.»
Albert Camus
(Nobel de Literatura, 1957)
«La vida no es más que un juego mágico,
…un derrame continuo de asombros que moldean nuestro existir.»
Gabriel García Márquez
(Nobel de Literatura, 1982)
- El Hombre del Animal
Eulices (no Ulises el Odiseo de la fábula, uno de los héroes célebres de la mitología griega y figura central en La Odisea, la épica de Homero) sino el negro del barrio vecino de la casa al que apodan MacGyver por una habilidad innata para reparar lo que sea, a lo ñero. No es perito graduado o un experto autodidacta, es un-lanza liga que con intuición e instancia empírica logró pasar el Peloponeso de su vida con mamá y sus seis hijos y esa pena que carga desde que una hija palmó en un dispensario ñero, por mala praxis médica, a manos de una enfermera inepta que le proveyó Ketamina, medicamento que la infanta de seis años no soportó. Demás está decir que eso le rompió el corazón, y lo cambió para siempre, aunque en criollo decimos, «loro viejo no aprende a hablar».
Conocí a Eulices cuando apenas salía de la cárcel por una vida de delincuencia forzosa porque en el país crecía en los barrios populares una juventud inculta y criminal, durante su fase de amigo de lo ajeno. Su nombre con E inicial y c, Eulices fue creado por su mamá, la señora Rosa, toda una doña cordial, querida por todos, que se ubicó en las escaleras de la panadería Sabanamar durante años, en Porlamar, Isla de Margarita, a solicitar apoyo para sus hijos y nietos a los compradores que acostumbrábamos comprar en sus predios, antes que le construyeran un supermercado al frente, y le quitaran el monopolio del pan.
Lo increíble es que doña Rosa conservó su criterio y no fue infiel a las tribunas de la panadería, aunque hoy la mayoría de los parroquianos compraban en el local enfrente. Esa fiel manera de conducirse, ganó el afecto de los dueños de la panadería y de nosotros los panas-derías de la masa. De buena fuente supe que doña Rosa había servido de cocinera a un Pran en sus tiempos muy conocido en la cárcel de San Antonio en Margarita, lo que hizo pensar que la doña se movía entre las arenas movedizas de la ilegalidad y la arena firme del empeño por mantenerse y subsistir en un país venido a menos diez. ¿Quién podría culparla de querer salvar a los suyos en el proceso irreflexivo de bracear entre tintoreras del bien y del mal?… del mismo Eulices supe que fue hijo de un portugués bien vestido de Lisboa que lo salvó de tener pinta de negro fullero prieto, a ser un cafecito con leche desteñido.
- El Animal del Hombre
Eulices vive en una especie de loma que puedo ver desde el mirador de mi vivienda en Porlamar. En la colina hay un grupo de moradas frágiles en la que aparece imperiosa el solar del Odiseo ñero partido en cinco secciones, cada una perteneciente a sus herederos.
A un lado, recién cubiertos, erigió dos tanques de agua de 2 mil litros. Ahí vive con un hermano chispo y mala maña, su madre doña Rosa y además de las 4 niñas, está Eric, el consentido de casa, un infante gordito de dos años, avispado y dotado de hermosura que embruja a todos en el calor de su humilde pero amado hogar.
Papá Eulices se preocupa por el bienestar de la casta y para eso ha venido dándole duro a lo que se cruce para tener abasto en la alacena y el frigorífico. Es capaz de instalar drywall, colocar closets, pegar baldosas, hacer obra limpia, impermeabilizar, rescatar viejos lujos, en fin, un tuttofare insular. Hay que resaltar que, con gran habilidad, realizaba todo trabajo que emprendía. Puedo pensar en lo que se hubiere convertido el joven, si hubiere tenido educación formal, y padres que lo hubieran orientado mejor, como tuve yo, gracias a mamá Carmencita y papá Peppino, unos padres maravillosos, imposibles de olvidar.
La imaginación fértil y, la escasez, formó de Eulises, lo que llaman en la parroquia, un consultor de lotería de animales con una Reel en línea con cerca de 100 seguidores. En jerga computacional, Reel se refiere a un video corto o clip, que se usa para exponer el trabajo o habilidad de la persona, en un campo específico, como diseño web, marketing u otra área creativa. Estos reels, suelen emplearse en plataformas como Instagram, TikTok, YouTube, para resaltar la capacidad del individuo y atraer a clientes o contratantes.
La lotería de animales en nuestra sociedad de pobre producción económica y bajos salarios, ha tenido un impacto revelador. Para muchos individuos, la posibilidad de ganar representa una oportunidad de mejorar la calidad de vida. Además, de desviar la atención de las necesidades urgentes de la gente, como la mejora de la condición laboral y salarial. En síntesis, aunque las loterías de animales pueden ofrecer un respiro emocional, también plantean dilemas éticos y sociales importantes.
- La Ética de Eulices y el Juego de Animales en los Jóvenes del Barrio
Eulices, ilustre por su habilidad innata para reparar cualquier cosa, se transformó en una figura simbólica en su comunidad, especialmente a través de su papel en la lotería de animales. Sin embargo, su involucramiento con esta práctica plantea serios dilemas éticos, tanto para él como para los jóvenes que lo ven como un modelo a seguir.
Mientras que Eulices usa su intelecto y creatividad para ganarse la vida y mantener a su familia, el juego de la lotería de animales, una actividad semi-legal y frecuentemente engañosa, ofrece una salida rápida y aparentemente fácil de las dificultades económicas. La lotería de animales puede considerarse un esfuerzo por sobrevivir, pero igual perpetúa una sumisión en prácticas que no fomentan un desarrollo económico sostenible ni ético. Eulices se encuentra atrapado entre la necesidad de proveer para su familia y la carga de causar un modo de vida poco sano y potencialmente dañino para sus jóvenes seguidores.
Para los jóvenes del barrio, la lotería, puede ser vista como una alternativa viable a las oportunidades limitadas que ofrece su entorno. La posibilidad de ganar dinero rápido resulta tentadora, generando un ciclo de esperanza y frustración que puede desviar su atención de la educación y el desarrollo personal.
Estos jóvenes, al carecer de ejemplos de éxito basado en el mérito y el esfuerzo, pueden caer en la trampa de creer que el juego es una solución legítima a sus problemas, en lugar de una diversión perniciosa. En lugar de fomentar valores de trabajo, dedicación y educación, la popularidad de la lotería de animales promueve una visión de la vida en la que la suerte prevalece sobre la habilidad y el esfuerzo. Este fenómeno socava las bases de una comunidad dinámica y estable, donde los individuos no solo sobreviven, sino que también prosperan a través de medios éticamente sólidos y formalizados.
Marcantonio Faillace Carreño