Las fuerzas militares colombianas anunciaron el sábado el refuerzo de los operativos en el noroeste del país para contrarrestar lo que calificaron como acciones terroristas de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) tras desatarse una ola de violencia en la zona que ha cobrado varias vidas.
Los enfrentamientos producidos días atrás entre el ELN y una disidencia de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el Catatumbo —fronterizo con Venezuela— llevaron la víspera a que el presidente Gustavo Petro suspendiera los diálogos con esa guerrilla, asegurando que “el ELN no tiene ninguna voluntad de paz”.
Los grupos armados se disputan el control del territorio estratégico por ser fronterizo y con plantaciones de cultivos de hoja de coca.
Las autoridades no han proporcionado hasta el momento una cifra oficial de víctimas. La delegación del gobierno en la mesa con el ELN dijo tener reportes de al menos 20 muertos, mientras la Defensoría del Pueblo reportó haber recibido información de 30 muertos y 10 heridos.
Las acciones del ELN y su “falta de voluntad de paz” vulneran los derechos humanos, el derecho internacional y el “principio de distinción mediante el asesinato selectivo de ex combatientes”, señaló el sábado en declaraciones enviadas a la prensa el comandante de las Fuerzas Militares, almirante Francisco Cubides, agregando que se actuará con contundencia para estabilizar la región.
Dijo que las acciones del ELN «siembran incertidumbre y terror en la población civil y afectan a los gremios especialmente al sector productivo que tanto beneficio hace en la región”.
El gobierno ha señalado al ELN de cometer acciones violentas y coordinadas contra la población civil, delegados de la disidencia y los firmantes de paz del acuerdo de paz logrado en 2016 con las FARC.
José del Carmen Abril, líder social en el Catatumbo, aseguró el sábado en declaraciones a la W radio de Colombia que es buscado por el ELN debido a su participación en las acciones de inserción de ex combatientes guerrilleros. “Si a mí me busca el ELN no es para hablar conmigo, sino para asesinarme”, afirmó tras ser rescatado por fuerzas militares que lo extrajeron de la zona.
La situación de violencia se agudiza por el desplazamiento de la población que huye del conflicto. En Ocaña, el principal municipio del Catatumbo, se recibieron unas 500 personas para atención humanitaria, dijo a la prensa Jorge Amado Bohórquez, personero de la localidad. Llamó a los grupos armados a “cesar las actividades delictivas contra la población civil”.
Tanto el ELN como una de las disidencias de las extintas FARC se acusan de los hechos violentos que incluyen el asesinato de una familia el miércoles. Ambos niegan su responsabilidad en los hechos.
El ELN dijo el sábado en un comunicado publicado en X, antes Twitter, que ya se había advertido que si proseguían las acciones del frente 33 de las disidencias “e incumpliendo compromisos, no quedaba otra salida que la confrontación armada”.
El consejo de seguridad reunido el sábado en Tibú, municipio del norte de Santander, liderado por el presidente Petro, analizó la situación de la zona sin que hasta el momento se haya pronunciado sobre las medidas a tomar.
El ELN fue fundado en 1964 inspirado en la revolución cubana y ha intentado infructuosamente en media docena de ocasiones llegar a un acuerdo de paz con el Estado.