La Confederación Nacional de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) ha revelado que en 2024, la superficie destinada a la siembra de vegetales en el país sufrió una alarmante reducción del 43%. Según las estimaciones de la organización, las hectáreas sembradas pasaron de 2 millones en años anteriores a tan solo 1 millón 140 mil en todos los rubros agropecuarios.
Celso Fantinel, presidente de Fedeagro, atribuyó esta significativa disminución a varios factores críticos que afectan la actividad agrícola en Venezuela, siendo los más destacados la falta de financiamiento, problemas en la comercialización y el difícil acceso al combustible. Además, señaló que los rubros más afectados por esta crisis han sido el maíz, el arroz y el sorgo.
La crisis del maíz, arroz y sorgo
Fantinel detalló que las hectáreas sembradas de maíz, uno de los cultivos más importantes del país, pasaron de 700 mil en 2010 a apenas 330 mil en 2024, lo que refleja una caída de más del 50% en la superficie dedicada a este grano. En el caso del arroz, las hectáreas sembradas pasaron de 220 mil en años anteriores a solo 107 mil en 2023, lo que representa también una reducción drástica.
El sorgo, por otro lado, ha sufrido un golpe casi fatal, según Fedeagro. Fantinel comentó que este cultivo prácticamente ha desaparecido, con solo 2 mil hectáreas sembradas para principios de 2025, cuando anteriormente este rubro ocupaba unas 300 mil hectáreas.
El panorama de la caña de azúcar y la necesidad de inversión
Aunque algunos cultivos, como la caña de azúcar, están en proceso de recuperación, Fantinel aclaró que no se ha producido un aumento significativo en la superficie sembrada, que actualmente se calcula en 80 mil hectáreas. Esto deja en evidencia que el sector agropecuario aún enfrenta una fuerte crisis estructural que requiere soluciones urgentes.
El presidente de Fedeagro también destacó que, para alcanzar un 90% de soberanía alimentaria en Venezuela en un plazo de 5 a 6 años, el país necesitaría invertir al menos 1.500 millones de dólares anuales en el sector agrícola. Sin estas inversiones, advirtió Fantinel, será casi imposible recuperar la capacidad productiva del campo venezolano y garantizar la seguridad alimentaria para la población.