Post Mortem
Cuando, conforme a invariable pauta semanal, se tomaban en EL IMPULSO las debidas previsiones para la publicación de este artículo en su día asignado, los jueves, nos sorprendió, apenas un día antes, la infausta participación de la muerte de su autor, José Gerardo Mendoza Durán.
Caballerosa y formalmente cumplido hasta estos extremos, el articulista que hizo de su prolífica vida un admirable ejemplo de superación personal y se dedicó a resaltar siempre en sus escritos el lado positivo de las cosas, el flanco amable de los eventos que nos rodean, por trágicos que pudieran parecer, tuvo el gesto, que agradecemos y honramos, de no interrumpir su entrega semanal, la postrera, en la que, como añadidura de significados que ya abundaban, saludó el peregrinar de la Divina Pastora e invocó su intercesión en la esperanza de que nos ayude a “unirnos por el bien de Venezuela”.
No pudo ser más hermosa, excelsa quizá, tal forma de despedirse de su legión de lectores. Es la razón esencial por la cual damos curso, post mortem, al aporte intelectual, humano, de un articulista que por tan largo tiempo fuera dilecto amigo de esta casa y quien, incluso a la hora de expirar, se cuidó de dejarnos un adiós con aliento positivo.
José Ángel Ocanto
Por: José Gerardo Mendoza Durán
La ciudad de Barquisimeto, la Región Centro Occidental y buena parte de Venezuela y del mundo esté catorce de enero estará alegre y feliz en una sola causa y motivo que genera la visita de nuestra Excelsa Patrona La Divina Pastora, le damos la bienvenida con el corazón abierto, con el amor más profundo y sentido que le profesamos a la Divina Pastora, es el alma y espíritu de todos los feligreses que la llevamos en nuestro corazón, esa fe tan grande y poderosa que ha penetrado en nosotros que la sentimos, como una madre amada que todo lo puede a lo que requerimos de ella y el solo pensar en su imagen nos devuelve la fe, la voluntad y nos aleja de los malos pensamientos y nos hace actuar en positivo para que esas acciones sean nobles y del sentir de la humanidad y de nuestros allegados, reforzándonos el amor, la voluntad, el deseo de vivir, de ser útil, de producir, compartir con fuerza y dignidad que la santa Patrona se siente feliz de quienes somos sus devotos, amándola con amor del bueno, con la inocencia de un niño y la voluntad de un adulto obediente a una madre admirada; Divina Pastora que esta visita 167 sirva para unirnos más por el bien de Venezuela, bendícenos y enséñanos el camino para volver a enrumbarnos en beneficio y bienestar para todos en general; usted lo puede todo Divina Pastora y sabrás como devolvernos la paz y felicidad en nombre de todos los creyentes que la adoramos y que cada años somos mucho más los que asistimos a esta peregrinación; te pido Excelsa Patrona que con el mismo amor que mantuvo y escucho las plegarias del Padre Macario Yépez y las oraciones de todos sus hijos amados en el año de la pandemia, nos dé el mismo tratamiento de reintegrarnos el amor y la tranquilidad…
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Durán