La fe se extiende como un manto infinito en los alrededores de la Catedral de Barquisimeto. Miles de devotos, con el rostro iluminado por el amor hacia la Divina Pastora, se congregan en los alrededores del templo, culminando así un recorrido de 7.5 kilómetros que inició en el pueblo de Santa Rosa.
La emoción se en el ambiente. Cada mirada se dirige hacia el punto donde, en breve, hará su entrada triunfal la sagrada imagen de la Divina Pastora. Las plegarias se elevan al cielo, mezclándose con el fervor de los fieles que, año tras año, renuevan su encuentro con la Madre de Dios.
El campanario, testigo privilegiado de esta manifestación de fe, ofrece una vista panorámica impresionante. Con música y alegría, se respira un ambiente de profunda espiritualidad.
La llegada de la Divina Pastora a la Catedral de Barquisimeto es mucho más que una procesión religiosa. Es un reencuentro con de sus hijos con su Madre que les da un abrazo de fe.