La ciudad de Barquisimeto, conocida por su fervor religioso, se viste de arte y espiritualidad cada año con motivo de la celebración de la Divina Pastora, la patrona de los larenses. En los últimos años, distintos monumentos y creaciones artísticas han surgido en Barquisimeto y Santa Rosa, transformando el paisaje urbano y reforzando la devoción de miles de creyentes hacia la Virgen.
Estas obras no solo son un homenaje a la figura religiosa, sino también una manifestación de la identidad cultural de la región y de su amor inquebrantable hacia la Pastora de almas.
Monumento «Manto de María»: Una obra cinética de 63 metros
Entre las creaciones más emblemáticas se destaca el Monumento Manto de María, inaugurado el 13 de enero de 2016, como parte de la celebración de la procesión número 160 en la ciudad. Esta imponente escultura, concebida por los arquitectos Orlando Perdomo, Rafael Vargas y Jorge Rodríguez, es una de las más grandes de su tipo en el mundo, con una altura de 63 metros.
El monumento, que simboliza la protección divina sobre Barquisimeto, está compuesto por dos torres de concreto y 522 líneas tubulares que conforman la imagen de la Virgen. Además, la estructura incluye seis miradores para que los visitantes puedan apreciar la magnitud de la obra desde diferentes ángulos.
El Arco de Santa Rosa: Un símbolo de bienvenida
El Arco de Santa Rosa, erigido en 2004 como parte de un plan de rehabilitación urbana, es otro de los símbolos de la devoción larense. Diseñado por la arquitecta Elba Cadenas Ríos, la estructura, que representa la silueta de la imagen de la Virgen, da la bienvenida a los peregrinos que llegan al poblado de Santa Rosa.
Este monumento se caracteriza por su integración de elementos arquitectónicos que evocan el templo donde se rinde culto a la Divina Pastora, además de las pinturas interiores que reflejan los elementos más representativos del tributo a la Virgen.
Esculturas de Alexander Méndez: Tributo a la fe post-pandemia
El escultor barquisimetano Alexander Méndez también ha contribuido al panorama artístico de la ciudad con sus coloridas esculturas. La obra “El reencuentro con tu pueblo”, instalada en la Av. Lara con Calle Bélgica y en la Av. Vargas, fue realizada para rendir homenaje a la Virgen tras dos años de suspensión de la tradicional procesión por la pandemia de COVID-19.
Estas esculturas, de 6 metros de altura y compuestas por 4,572 cuadros de PVC, representan a la Divina Pastora en todo su esplendor y se han convertido en un atractivo visual para propios y turistas.
Otro de sus trabajos destacados es la escultura titulada “Caminando con su pueblo”, una obra de 5.50 metros de altura, ubicada en la Avenida Lara con Avenida Los Leones. Con más de 6,500 piezas de acrílico pintadas en diferentes tonos de azul, esta escultura ilustra la imagen de la Virgen acompañada de su hijo, el Niño Jesús, en su caminata hacia su pueblo, evocando la imagen de la devoción y el vínculo entre la Virgen y sus fieles.
Monumentos en las Redomas: La Pastora en bronce
Las Redomas de Santa Rosa y Av. Vargas albergan otras representaciones de la Divina Pastora. En la Redoma de Santa Rosa, la escultora María Eugenia Bigott dejó su huella con una obra en bronce que retrata a la Virgen rodeada de sus ovejas. Esta pieza, que fue inaugurada en 1995 como parte de los festejos por el 40 aniversario del Banco de Lara, simboliza la pureza y la protección maternal.
Por su parte, en la Redoma de la Avenida Vargas, se erige una fuente con una estatua de la Divina Pastora realizada por el escultor Pedro Palma. Este vaciado en resina ensamblada sobre una estructura de hierro y a escala humana se encuentra en este punto de la ciudad desde el año 2006 en homenaje a los 150 años de la peregrinación.
El mural Devoción a la Divina Pastora: Arte en la calle
En la intersección de la Avenida Venezuela con Calle 22, el mural “Devoción a la Divina Pastora”, obra del artista Armando Villalón, captura la emoción y la devoción del pueblo larense. Inaugurado en 2005, este mural retrata una aparición milagrosa de la Virgen ante un grupo de campesinos, representando la intensidad de la fe popular en una atmósfera vibrante de colores cálidos que invitan a la reflexión.
Las diversas esculturas, murales y monumentos que adornan Barquisimeto y Santa Rosa son testamentos de la profunda devoción que el pueblo larense tiene por la Divina Pastora. A través del arte, los barquisimetanos han logrado expresar su fe, convirtiendo estos elementos en símbolos visibles de una tradición religiosa que es celebrada con entusiasmo cada enero. Estos monumentos no solo embellecen la ciudad, sino que también sirven como puntos de encuentro espiritual para quienes vienen a rendir homenaje a la Virgen.