Un nuevo informe de la ONG Utopix revela una alarmante cifra: más de 100 mujeres venezolanas han sido asesinadas en el exterior durante el año 2024. Esta cifra, que sigue en aumento, evidencia una crisis humanitaria silenciosa que afecta a las mujeres venezolanas migrantes.
Lea también: TSJ impone multa de $10 millones a TikTok y le exige establecer oficina en el país #30Dic.
La organización detalló que hasta el 31 de octubre de este año se contabilizaban 94 mujeres, sin embargo, los reportes de los medios de comunicación durante los dos últimos meses elevaron la cifra a más de 100.
Colombia se erige como el país con el mayor número de femicidios de venezolanas, seguido de Perú y Ecuador. Otros países de América Latina y Europa también reportan casos de violencia letal contra mujeres venezolanas.
La mayoría de las víctimas fueron asesinadas por sus parejas, familiares o conocidos, lo que evidencia un patrón de violencia de género que trasciende las fronteras. Los casos documentados incluyen jóvenes mujeres, madres solteras y trabajadoras sexuales, todas ellas víctimas de circunstancias agravadas por su condición de migrantes.
Lea también: Venezuela está en el quinto lugar de países con más riesgo de lavado de activos #30Dic.
Un duelo silencioso
La violencia contra las mujeres venezolanas en el exterior es un problema complejo con múltiples causas, entre las que se destacan la vulnerabilidad de las migrantes, la falta de acceso a justicia y la impunidad. La situación se agrava por la falta de recursos y protección para las mujeres migrantes, quienes a menudo se encuentran en una situación de mayor riesgo.
El mayor número de venezolanas asesinadas se registró en Colombia, con un total de 39 casos, seguido de Perú con 15 femicidios y Ecuador con 10. Otros países como Chile y México registran 6 asesinatos; Estados Unidos 5, Brasil 4, Guyana 3, Trinidad y Tobago y Portugal 2, y países como España y Argentina un caso cada uno
Estos casos de violencia de género no solo son una tragedia individual, sino también una violación de los derechos humanos y una amenaza para la seguridad de todas las mujeres. Es fundamental que los gobiernos de los países de origen y destino trabajen en conjunto para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres migrantes, garantizando su protección y acceso a la justicia.